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tumbar, tumbo

significados de tumbar y tumbo

Tumbar es un verbo transitivo que significa: ‘derribar o hacer caer alguna cosa o persona’ (Antonio fue tumbado por el golpe que recibió en la cabeza); en sentido figurado, ‘aturdir o quitar a alguien el sentido una cosa fuerte, como un olor intenso’; como verbo intransitivo, ‘rodar por tierra, caer’; también ‘echarse a dormir o descansar’.

De tumbar deriva tumbo, un sustantivo que significa ‘bamboleo o vaivén violento con peligro o riesgo de caer’, ‘vuelco’, ‘caída violenta o estrepitosa’ (la roca cayó al desfiladero dando tumbos), ‘ondulación de la ola del mar, especialmente cuando es grande’, ‘estruendo’. Tumbo es también la primera persona del indicativo de tumbar, por ejemplo, ‘yo tumbo o derribo un árbol’. También como locución verbal se emplea la expresión ‘dar de tumbos’, con le significado de tener tropiezos y dificultades: ‘di muchos tumbos hasta lograr la culminación de mis estudios‘.

Etimología de ‘tumbar’

Tumbar procede de la raíz onomatopéyica tumb-, que imita el sonido de una caída, de algo que da saltos, como un acróbata que cae, que va en descenso, más la terminación -ar, de los verbos de la primera conjugación, como amar, cantar, diseñar, brillar, escuchar, jurar, sepultar, cantar.

Ejemplos 

Una de las mejores y más claras muestras de esta onomatopeya, nos las regala la naturaleza en la playa, cuando las olas del mar se rompen estrepitosamente en la arena o en los acantilados, escuchamos con nitidez el “tumb, tumb, tumb…»

Pero también escuchamos un sonido semejante, con el retumbo (en México también decimos ‘retumbido’) de los truenos que se producen por los relámpagos de una tormenta eléctrica algo lejana, pero no tanto, porque los estruendos de una descarga eléctrica de tormenta a más de 32-40 km (depende de las condiciones de la atmósfera) de distancia, ya no se escuchan. En retumbar (verbo), retumbo (sustantivo)  está el prefijo re- que en este caso indica ‘repetición’, ‘otra vez’, ‘reiteración’ como en las palabras rehacer, reencarnar, recobrar, recordar, recrear, renacer, reanimar.

A manera de digresión

Una onomatopeya es «palabra cuya forma fónica imita el sonido de aquello que designa» (DLE, 2020). Algunos ejemplos donde se cita lo que cada una expresa:

Bah (desprecio), jajaja (risa fuerte), cronch (crujido), uff (alivio), boom (explosión), oink (un cerdo chillando), guau (un perro ladrando), miau (un gato maullando), mmmm (sabroso), riiiing (timbre), tic tac (segundero de reloj), hmmm (duda), shhh (solicitar que se callen, pedir silencio), splash (salpicar). Entonces tumbar es tumb- más la terminación -ar. Onomatopeya deriva del latín tardío ŏnŏmătŏpoeĭa, ‘onomatopeya’, a su vez del griego antiguo ονοματοποιια = onomatopoiia (A Greek-English Lexicon p. 1057), que significa ‘la acción de hacer palabras o nombres, especialmente expresando sonidos naturales, ὀνομάτοποιός (onomátopoios), ‘creación de palabras, sobre todo imitando sonidos’

Diccionarios de los siglos XVIII-XIX

En 1780 la RAE define tumbo como “vuelco o caída de un lado a otro, o dando vueltas al rededor (sic), latín devolutio”. Y en 1788, “caída, vuelta que se da, cabeza abajo o rodando. Caída o avenida de agua sobre algún paraje”.

El diccionario de la RAE de 1803 dice además que tumbo es “el libro de pergamino antiguo de los que se hallan en las iglesias, monasterios y otras comunidades, y donde estaban copiados a la letra los privilegios y demás escrituras de sus pertenencias”. Pero en este caso, el término no procede de la raíz tumb-, sino del giego τύμβα (túmba), que pasó al latín como tumba, con el significado de ‘sepulcro’, ‘túmulo o el sepulcro levantado de la tierra’. Seguramente porque se encontraba una semejanza entre dicho libro sobre una mesa, y el túmulo o volumen de tierra sobre una tumba.

En 1853 el diccionario de Ramón Joaquín Domínguez dice: “tumbo de mar, caída o golpe que dan en la playa las olas, cuando el viento las arrolla hasta la orilla del mar”.

En fin, si el lector desea más detalles al respecto, le sugiero que consulte el Nuevo Tesoro Lexicográfico de la Lengua Española, en: https://buscon.rae.es/ntlle/SrvltGUILoginNtlle.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 11 de octubre de 2020.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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