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salario, ‘ración de sal’. Estipendio

¿Qué es el salario?

Salario es la retribución, pago o remuneración regular que se da por un trabajo o servicio.

Origen del término ‘salario’

La palabra ‘salario’ del latín sălārĭum, que significa “ración de sal” (para que cada quien conservara sus alimentos y otros usos) y después, “el dinero que se le daba a los soldados romanos para comprar sal”, emolumento, estipendio, sueldo, remuneración, salario, la paga del soldado. Aunque desde tiempos muy antiguos (c. siglos VI-III a. C.), algunos esclavos que trabajaban en las casas de las familias acomodadas, recibían también una porción pequeña de sal (un salarium, no por mandamiento legal, sino por tradición ). 

Sin embargo, debe aclarase que lo que se pagaba a los soldados recibía más bien el nombre de de stīpendĭum (literalmente una pequeña remuneración, porque en tiempos muy antiguos los soldados recibían un pago pequeño) o el sueldo de un militar (de stips, stipis, ‘pequeña moneda’ + pendo, pendere, ‘pesar’, ‘pagar’, ‘compensar’). Ya en épocas imperiales tardías (siglos IV-V), a la paga que recibían los soldados la llamaban solidata, porque consistía de monedas de oro o solidus. Véase mi artículo ‘soldado’.

Así que debemos diferenciar los términos latinos stīpendĭum (tributo, contribución, pago a los militares), sălārĭum (paga o ración de sal) y sŏlĭdāta (pago en solidus, de donde viene la palabra ‘sueldo’).

sălārĭum < sălārĭus < sāl 

Sălārĭum (sustantivo) es el neutro de sălārĭus, del latín sāl (genitivo sălis), “sal”, más el sufijo de pertenencia -ārius, neutro de -ārium.

Sălārĭus (adjetivo) significa “de o perteneciente a la sal”, “del transporte de la sal”; salarius  annona eran “los ingresos anuales por la venta de sal“. Sălārĭus también era “la persona que vende alimentos salados, como el pescado o la carne”.

Sălāriārĭus era “el hombre asalariado”. 

Sălārĭa Via (Plinio), el camino o ruta de la sal, una de las vías de la antigua Roma que comenzaba en Porta Collina y llevaba al país de los sabinos, el ‘camino de la sal’ porque este pueblo traían la sal del mar. La Porta Collina (al noreste de Roma) fue supuestamente construida en el siglo VI a. C. por el rey Servio Tulio.

Sāl (genitivo sălis), plural sales en latín preclásico y clásico significa “sal”, “sal en grano”. En sentido metafórico “las olas saladas del mar”, “mancha en forma de grano de sal en una piedra preciosa (Plinio el Viejo). En sentido figurado, “emoción” (todavía se dice que las emociones y esas cosas son la sal de la vida, que rompen la monotonía de la vida); “espíritu picante o mordaz”, “finura, pero con mordacidad”; “palabras buenas y placenteras”; “buen gusto”; “finura en la inteligencia”; “condimento”, etc.

Vínculo indoeuropeo de sāl, sălis

El término Sāl se asocia a la raíz indoeuropea  *sal- (sal, agua salada), también vinculada con otras palabras latinas, como salillum (salerito), salinus (de sal), salinum (salero), Sal Tirrhenus (el Mar Tirreno); salarium (salario, honorarios, ración de sal); salio, ire (salar). También salann, en antiguo irlandés; halen en galés; salten en inglés medieval; sealtan en antiguo inglés. En griego ἅλς, ἁλὸς, ἅλας, ἅλιος (lo relacionado con el mar, marino), ἀλιεύς (marinero, pescador). Palabras en español de origen latino vinculadas a esta raíz IE: ensalada, sal, salado, salar, salazón, salitroso, salinidad, salino, salchicha, salmuera, salobre, salsa, salario.

LA IMPORTANCIA DE LA SAL EN TODAS LAS CULTURAS DEL MUNDO

En el lenguaje ordinario, el término (sal) se aplica particularmente al cloruro de sodio (NaCl), que todos conocemos como “sal común” y es un compuesto esencial en la dieta de todos los mamíferos, incluido el hombre. La sal ha sido un producto destacado en todas las culturas como objeto de comercio a través de la historia. Lo mismo en Europa, en Asia, que en los pueblos de Mesoamérica. 

Los antiguos la utilizaban como condimento, con fines curativos, en el curtido de pieles, así como para conservar los alimentos, ya que sin la sal no podían guardarse los productos  perecederos como el pescado y la carne. Así que el control de la sal en las minas, en aguas salobres continentales o las salinas a la orilla del mar, daba gran poderío a los pueblos.

Los chinos usaban monedas de sal y en muchos lugares alrededor del Mediterráneo también se usaban barras de sal como moneda. Algunas culturas antiguas cobraban un impuesto sobre la sal.

Las principales fuentes de sal entre los antiguos europeos fueron las costas áridas. Las primeras rutas comerciales se encontraban sobre todo en España, Italia, Grecia, Egipto, etc., y se establecieron con la finalidad de transportar sal. 

Tan solo para tener una idea de la importancia de la sal en la Roma antigua, basta con decir que cada habitante de aquellos tiempos necesitaba unos 55 gramos de sal al día (para comer y otros usos), y según estimaciones, durante la época republicana (509-27 a. C.), en el sur de Italia vivían unos 3,5 millones de personas, por lo tanto, el consumo de sal ascendía a unas 70 000 toneladas por año. 0,000055 X 365 X 3 500 000 = 70 262 kg. Por eso la sal se usó (al menos por algún tiempo, como forma de paga (salarium, salario) para los esclavos domésticos y los militares. en  

En Mesoamérica 

“El nombre náhuatl de Ixtapan se conserva en algunas poblaciones que desarrollaron actividades relacionadas con la producción de sal. Ixtapan significa “donde hay sal” y proviene de la lengua náhuatl iztatl que se traduce como sal. De este modo, de la raíz iztatl, se derivan palabras que tienen que ver con este producto, por ejemplo, a la sal de mar la llamaban iztaxalli; a las salinas o al lugar donde se hacía sal se le nombraba iztachihualoyan o iztaquixtiloyan, mientras que los especialistas en la producción de sal llevaban el título de iztachiuhqui o iztatlacatl; y los vendedores de la sal eran los iztanamacac quienes la comerciaban en forma de panes iztayaualli; molida iztapinolli; o bien en salmuera o iztayotl” (Beatriz Zúñiga Bárcena. La sal en la época prehispánica. INAH Estado de México).

SALAR, SALADO EN MÉXICO Y OTROS PAÍSES LATINOAMERICANOS 

Salar echar la mala suerte, estar salado

En México y otros países de América existe la superstición de que tirar la sal es echarse la mala suerte. Salar significa “comunicar o echar la mala suerte” (¡estoy bien salado! Nunca me saco un premio; los agiotistas se salan, porque trafican con las penurias de los pobres). Estar salado es que todo le salga a uno mal (el día que decidí lavar mi auto cayó un tremendo aguacero; me encontré un billete en la calle, pero resultó falso; compré un boleto de lotería y salió premiado, pero lo perdí; por fin conseguí permiso para la ir a la fiesta, pero se suspendió por mal tiempo; fundé un circo y los enanos que contraté crecieron). Pero ¿de dónde surgió esa creencia? La verdad no se sabe con certeza. 

Unos dicen que se debe a que en algunas culturas antiguas la sal a veces simbolizaba algo negativo. Otra posibilidad es que, debido a que la sal era una forma de pago, surgían a veces dificultades y desavenencias en algunas transacciones o intercambio de sal por algunos bienes; por eso, dicen que es de mala suerte pasar (intercambiar) el salero entre los comensales, por lo tanto, es mejor ponerlo en el centro de la mesa, al alcance de todos. 

O quizá esto tenga orígenes religiosos, pues algunos pasajes bíblicos mencionan la sal con sentido peyorativo:

Génesis 19:26 “Entonces la mujer de Lot miró atrás, a espaldas de él, y se volvió estatua de sal”.

Jueces 9:45 “Y Abimelec peleó contra la ciudad todo aquel día, y tomó la ciudad, y mató al pueblo que en ella estaba; y asoló la ciudad, y la sembró de sal”.

¡Uy! Hay mucho más que contar, pero…

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 5 de marzo de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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