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tranquilo, tranquilizante, tranquilidad, tranquilamente

Definición de «tranquilo» y los derivados tranquilizante, tranquilidad, tranquilamente

A- Tranquilo (adjetivo). Libre de perturbación. Apacible, calmado, moderado, pacífico, quieto, sereno. Tratándose de una persona, “que toma las cosas con calma, con tiempo, sin agobiarse, sin preocuparse”. El mar está tranquilo. A pesar de todo, permanezco tranquilo.

B- Tranquilizante (adjetivo). Que produce tranquilidad, que tranquiliza, que elimina el desasosiego. En farmacología, una sustancia de efecto sedante o tranquilizador. Calmante, hipnótico, lenitivo. Tranquilizante viene del verbo tranquilizar (aquietar, sosegar) más el sufijo latino -ante de -ns, -ntis que forma participios de presente activos a partir de verbos, como en las palabras lacerante, paseante y, por supuesto, tranquilizante. Adjetivos que pueden sustantivarse. Tranquilizar a su vez viene del verbo tranquīllo, tranquillāre (sosegar, calmar, tranquilizar), de tranquillus que más abajo explico. La clorpromazina, el meprobamato y el diazepam son tranquilizantes.

Tranquilidad, Tranquillitas tua

C- Tranquilidad (sustantivo femenino). Es el atributo o cualidad de tranquilo. Calma, despreocupación, serenidad, silencio, sosiego, paz, placidez, quietud; un estado libre de agitación o perturbaciones. Del latín tranquillĭtas , ātis (de tranquillus): bonanza o calma de la mar, paz, tranquilidad, la quietud que trae la paz, tranquilidad del alma. Tranquillitas tua —del latín tuus, tua, “tuyo”, “vuestro”, ambos, adjetivos posesivos: Vuestra serenidad. Un título que se daba a los últimos emperadores romanos, en la época de la decadencia del Imperio romano.

De ahí el título de “Su Alteza Serenísima» del General mexicano Antonio Lopez de Santa Anna (1794-1876). Ejemplos con “tranquilidad”: Ya vienes a perturbar mi tranquilidad. Aquella noche volteé al cielo, vi las estrellas y sentí una inefable tranquilidad.

D- Tranquilamente (adverbio). De manera tranquila, apaciblemente, plácidamente. Formado por tranquilo (de tranquillus), más el sufijo adverbial -mente, el ablativo singular de mens, mentis (entendimiento, razón, inteligencia, mente, propósito) que va al final de un adjetivo (en este caso “tranquilo”) y que nos indica el modo en el que algo se hace: ágilmente, finalmente, humildemente, mentalmente (‘lo que se hace utilizando la mente’, ‘desde el punto de vista mental’), rápidamente, pobremente, lentamente, velozmente, torpemente, magistralmente.  (véase la entrada “mente”). Se alejó tranquilamente, sin decir más nada. Murió tranquilamente, sin mostrar angustia en su rostro.

Etimología del término “tranquilo”

“Tranquilo” proviene del latín tranquillus: quieto, tranquilo, sereno, apacible; aplicado al mar, al aire, al alma, a la vida. Tranquillus era el apodo de Suetonio (historiador romano Gaius Suetonius Tranquillus. c. 69-122). De tranquillus (adjetivo) deriva el sustantivo tranquillum que significa: la tranquilidad, la calma del mar, del tiempo, del alma; el hecho de traer o llevar la serenidad, el reposo.

Unas frases

  • Tranquilla senectus (Horacio). “Una vejez tranquila”.
  • Tranquillus animus (Cicerón). “Espíritu tranquilo”.
  • In tranquillo tempestatem adversam optare dementis est (Cicerón). “Desear la tempestad en medio de la calma es una locura”.

Elementos compositivos de “tranquillus

Haciendo una disección del término tranquillus, podemos distinguir dos componentes:

1- El prefijo latino trans- que procede de la preposición trans, que significa “más allá”, “al otro lado de”, “el paso de un punto a otro”, “que cruza”, y forma parte de muchos términos latinos, por ejemplo: trănsădĭgere (hacer pasar o penetrar); transcendĕre, ‘trascender’, ‘pasar de una cosa a otra’, ‘traspasar’, atravesar; transfĭgūrātĭo, -onis, transfiguración.

2- El verbo quiēsco, quiescĕre: ‘descansar’, ‘reposar’, ‘estar tranquilo’, al margen de asuntos políticos, militares y públicos; ‘dormir’, ‘estar en calma’, ‘sosegado’, ‘yacer’, ‘descansar en la muerte’, ‘cesar toda actividad’. La expresión de Virgilio (Eneida 1. 249): Placida compostus pace quiescit se traduce “enterrado ya, descansa en paz”. Las palabras aquietar, aquiescente, quieto, quietud, quiescencia, quiescente, quietar, quietamente, réquiem, etc, llevan la misma raíz verbal (quiēsco, quiescĕre) que tranquilo, tranquilizante, tranquilidad y tranquilamente.

Se ha propuesto la raíz indoeuropea *k w eiə- también *k w yeə- (descanso, quietud) como el hipotético origen de *qĭēs,  quiēsco, quiescĕre, rĕquĭescēre. 

El sentido etimológico de “tranquilo”

Visto lo anterior, el vocablo “tranquilo” y sus derivados, llevan la idea de “más allá de la quietud”, “un estado aún más allá de la quietud”: Por lo tanto, “tranquilo”, de trans (más allá) del reposo y la quietud” (quiēsco, quiescĕre). Entonces los despojos de un difunto descansan tranquilamente, porque el alma ¡Quién sabe! Por eso en la misa de réquiem se implora a Dios por el eterno descanso de su alma.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 7 de septiembre de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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