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tifón, huracán, ciclón tropical

Tifón, huracán y ciclón tropical

Un tifón es lo mismo que un huracán. Lo único que distingue a estos fenómenos es el lugar donde se producen. El huracán (palabra de origen taíno) es propio del océano Atlántico noroccidental, concretamente la región del Caribe, el golfo de México y la costa atlántica de Estados Unidos, así como de la región nororiental del Pacífico, en las costas de Centroamérica y México. Un tifón (término de origen grecolatino) se desarrolla en el océano Pacífico occidental (mar del Sur de China y mar de Filipinas), así como en la bahía de Bengala del océano Índico. 

Ciclón tropical es un término que incluye a los huracanes y a los tifones o a cualquier otra tormenta tropical violenta con vientos que superan los 118 km/hora, como los que se producen en el verano del hemisferio sur entre el sureste africano, Madagascar, Australia y el Pacífico centro-meridional, entre las latitudes 10-30º S.  

Recomiendo que lean mis artículos ‘ciclón tropical’ y ‘huracán’ para entender con más detalles estos fenómenos meteorológicos, tan impresionantes y temibles.

Etimología del término ‘tifón’

‘Tifón’ es una palabra cuyo origen se remonta al menos al griego homérico del siglo VIII a. C., pues en la Ilíada se menciona a un ser monstruoso y feroz al que llaman Τῡϕῶν (Typhṓn), del que se decía, era hijo de la diosa Hera. Eso, en referencia al terrible ser mitológico. Pero también se documenta en griego el término τῡϕῶν (typhṓn) para denominar a un torbellino de viento, tromba de agua, tempestad con relámpagos y truenos. 

El nombre del monstruo Typhṓn se debe a que, cada vez que se hacía presente, iba acompañado de fuertes vientos y tormentas. Probablemente primero existió la palabra typhṓn como forma de nombrar a una tormenta violenta y temible, y de ahí tomó el nombre ese ser feroz y espantoso.

Los expertos en etimologías creen que Typhṓn es un nombre que fue tomado de otro ser divino que existía en Asia Menor, Mediterráneo Oriental, en alguna lengua ya extinta quizá del milenio II a. C. Heródoto y otros escritores de la antigüedad asocian a Typhṓn con el dios egipcio Set o Seth que personificaba la violencia y las tormentas de arena del desierto.

Variantes del nombre Τῡϕῶν 

En la antigua literatura griega también se menciona el nombre Τυϕωεύς (Typhoeús) en Esquilo y Heródoto, que dicen era “un gigante oculto en Sicilia en la tierra mítica de Arimi (Αρίμοις)”, que Virgilio llama Inărĭmē en la Eneida. Mientras que Píndaro lo ubica bajo el volcán Etna de la misma isla; y Τυφάων es otro nombre que aparece en ciertos poemas épicos de aquellos años. Según Chantrainne (p. 1148), es probable que Τυϕωεύς  sea una forma alargada del supuesto nombre minorasiático *Τυφως (Typhos).

Los términos pasan del griego al latín 

Los escritores romanos Virgilio y Ovidio citan a Typhōeūs (de Τυϕωεύς) como uno de los gigantes que permanecía en el Etna. 

Plinio el Viejo menciona typhōn, ōnis (de τῡϕῶν) con el significado de ‘torbellino’, y también cierto ‘cometa’.

En la biblia Vulgata (versión latina de la Septuaginta griega, por Sophronius E. Hieronymus) aparece en Hechos 27:14 τυφωνικος = typhōnĭcus con el significado de ‘viento impetuoso’, ‘torbellino’, también llamado ‘euroaquilón’, Εὐροκλύδων, Euroklydon viento del noreste que sopla en el Mediterráneo.

La palabra ‘tifón’, que aparece por vez primera en la RAE en 1780, presenta algunas variantes en distintas lenguas: typhon (francés), tifone (italiano), typhoon (inglés), Taifun (alemán), tyfoon (neerlandés), tyfon (sueco), tufão (portugues).

La palabra ‘tifón’ se documenta desde los inicios del siglo XVI

Esto es una prueba de que ‘tifón’ tiene un origen común que se remonta al siglo XVI, cuando en las regiones del océano Índico y del Pacífico nororiental (lugares comunes donde suceden los tifones), comenzó la era de los descubrimientos de nuevas tierras por parte de los europeos y se intensificó el tráfico marítimo; propiciando el intercambio de palabras entre los pueblos nativos y los navegantes del occidente europeo (ingleses, italianos, franceses, escandinavos, portugueses, españoles). Por eso, el término es una compleja combinación de lenguas como: árabe, chino, urdu, pero con la influencia del griego τῡϕῶν y el latín typhōn

Porque es indudable que los pueblos de esa región asiática necesariamente tuvieron que tener algunos nombres para estas temibles tormentas, que, de seguro, sucedían miles de años antes de la llegada del género humano.

Puede ser no muy exacto, pero según el DLE, el sustantivo español ‘tifón’, llegó del portugués tufão y este del urdu* ṭūfān (tormenta con intensos vientos y lluvias copiosas) del gr. τυφών typhṓn ‘torbellino’, ‘tormenta con vientos muy intensos que se mueven en círculo’. 

Pero las cosas no sucedieron así de sencillas. Tal vez se dio la influencia del término (y otros relacionados) toi o tai fung** en el dialecto cantonés, que se habla en la ciudad de Cantón, China que precisamente recibe la influencia del monzón del sureste asiático y frecuentes tifones.

*La lengua urdu pertenece al grupo de los idiomas indios y se habla en la India, Pakistán y Bangladés. Está muy influenciada por el persa y el árabe y se escribe con el alfabeto árabe.

**El cantonés tai fung (un viento muy fuerte) se forma de ta (grande) y féng (viento).

SOBRE EL MÍTICO TIFÓN

Tifón (τυφών) es quizá una de las deidades griegas más antiguas, tomadas de la región de Asia Menor. Hesíodo en su Teogonía lo llama el “padre de todos los monstruos”. Un ser gigantesco generador de las peores tormentas; que retó al cielo, pero fue derrotado por Zeus y encarcelado en la fosa de Tártaros. Era el provocador de esas devastadoras tormentas que surgían de ese oscuro y tenebroso reino de inframundo. En escritos más tardíos, se describe como un gigante que producía violentas erupciones volcánicas, cuando estaba ya atrapado bajo el peso del monte Etna. En esta forma se le identificó con el gigante Encélado (Ἐγκέλαδος en griego), quien participó en la Gigantomaquia contra los dioses del Olimpo.

Era un gigante alado, tan grande que su cabeza casi llegaba a las estrellas. De la cintura para arriba, tenía forma humana y en lugar de piernas, tenía dos serpientes enroscadas, que emitían un siseo. Tenía cien cabezas de serpiente por dedos, una barba sucia y enmarañada, orejas puntiagudas, ojos de fuego y alas enormes, que al agitarlas provocaba terribles tormentas. Sencillamente aterrador.

Según algunos (hay diversas descripciones), tenía doscientas manos que consistían en cincuenta dedos con cabeza de serpiente en cada mano y cien cabezas propiamente dichas: una era humana y las otras noventa y nueve bestiales (de toros, jabalíes, serpientes, leones y leopardos). Como demonio-volcán, Tifón lanzaba al cielo rocas al rojo vivo y de su boca brotaba fuego.

Aunque según Homero, era sólo hijo de Hera, otras versiones dicen que era hijo de Gea, otros que de Tártaro y Gea (Hesíodo), etc. Su esposa era Equidna, un ser espantoso con torso de mujer y cuerpo de serpiente…

Su combate contra Zeus

La lucha entre Zeus y Tifón fue razonablemente balanceada. Sin embargo, en cierto punto del enfrentamiento, Zeus quedó abandonado en la gruta de Coricia, desarmado y sin sus tendones en brazos y piernas. Por fortuna, el mensajero Hermes y Pan, el dios de los rebaños, lograron recuperar los tendones, que eran custodiados por el dragón Delfine y los colocaron de nuevo en su lugar. Entonces Zeus volvió de nuevo a los cielos y logró que Tifón volviera a Tracia, le hirió y tras su huida pudo sepultarlo en el Etna. Se cuenta que era tan espantoso, que tuvo que ponerlo en el fuego, enterrándolo vivo en el monte Etna.

Numerosos escritores de la antigüedad escribieron sobre Tifón, por ejemplo: Homero, Hesíodo, Heródoto, Píndaro, Esquilo, Estrabón, etc. Así que hay muchas cosas que saber sobre esto, y también diversas versiones que no coinciden del todo.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 25 de mayo de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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