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estación astronómica y meteorológica

Significados del sustantivo “estación”

Son muy diversos los significados de “estación”, pero todos nos remiten a la idea de “permanecer inmóvil”, “detenerse”, “estado de reposo”. Sólo menciono algunos:

  • Cada una de las cuatro partes en las que se divide el año. Primavera, verano, otoño e invierno.
  • Cierta época o temporada del año. La estación de lluvias. La estación de estiaje debida a la sequía.
  • Lugar donde regularmente hacen parada los autobuses, trenes, el metro, para el ascenso y descenso de pasajeros o mercancías. La estación del metro Nativitas de Ciudad de México.
  • Cada uno de los parajes en los que se hace alto en un paseo, viaje o recorrido.
  • Emisora o estación para transmitir señales de radio o televisión —significado que comenzó a tener desde los años 1920s—. La estación de radio más antigua de México es la XEB, «La B Grande de México». Yo la escuchaba desde que apenas era un niño de unos 10 años.
  • En religión. Altar, cruz o representación de la la Pasión de Jesucristo en el camino del vía crucis. El vía crucis tiene catorce estaciones.
  • Centro o conjunto de instalaciones para ciertas actividades. Estación de policía, de bomberos, meteorológica —desde la primera mitad del siglo XIX—; estación espacial.
  • Manera determinada de mantenerse de pie que toma una persona. Por ejemplo, estación bípeda.
  • Partida de gente emplazada.

Las cuatro estaciones. Autor Alfons Macha 1897. Library of Congress. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Four_Seasons_by_Alfons_Mucha,_circa_1897.jpg

EL TÉRMINO “ESTACIÓN” DERIVA DEL LATÍN

“Estación” proviene del latín clásico stătĭo, ōnis (raíz stit-) que significa inmovilidad, detención, estado de reposo, estancia, plaza pública. Campamento, cuartel. Rada, puerto o bahía donde los barcos permanecen al abrigo de los vientos. Residencia, mansión. Escuela (porque ahí permanecía el alumno para ser enseñado). Parada en un camino cualquiera en donde había posadas o postas con caballerías cada 2-3 leguas (unos 11-16 km) para que los correos y otras correrías fueran relevados más o menos cada 2-3 horas. Cuerpo de guardia. Cierto lugar público donde estar (como ahora las plazas). Paraje donde se conversaba.

Stătĭo, ōnis procede a su vez de stătŭs*, ōnis (parado, estacionado, inmóvil), el participio del verbo sto, stare que quiere decir: permanecer, detenerse, estar de pie en oposición a caminar, estar sentado o acostado. También: permanecer en cierta ciudad, estar listo para una batalla, permanecer un barco anclado, esperar un siervo una orden, etc. A propósito, el verbo “estar” viene de sto, stare

*Statu quo (singular y plural, por eso es incorrecto status quo) es una locución latina nominal masculina muy frecuente, que literalmente significa “en el estado en que” y expresa “el estado en que se encuentran determinadas cosas”. Quo es el ablativo de qui (que, cual, quien): “hasta qué punto”. ¿Quo animo? ¿Con qué intención? Statu quo ante bellum “en el estado que se encontraban las cosas antes de la guerra”.

Derivados de sto, stare

Stătĭonālis. Estacionario.

Stătĭōnārĭus. Estacionario, relativo al puesto de guardia.

Stătīva, -ōrum. Campamento, cuartel.

Stătīvus. Estacionario, que está estacionado.

Stator. De sistor, sto, stare. Epíteto o sobrenombre de Júpiter porque sostiene, protege y defiende.

Statumen. Soporte, sostén, soporte.

Statuminare. Sostener, apuntalar.

Statim (adverbio). A paso firme, constante, que sostiene el paso.

Nexos indoeuropeos

Todos estos términos y muchos otros se asocian a la raíz indoeuropea *sta- indoeuropea *sta- (permanecer de pie), raíz muy prolífica, que agrupa derivados en latín, griego y muchas otras lenguas, y de la que depende una gran familia de palabras que tienen en común más o menos la idea de ‘permanecer’, ‘sobrevivir’, ‘subsistir, por ejemplo, instalación, existencia, estandarizar, institución, instituto, establo, establecer, instituir, obstetricia (literalmente estar enfrente de la parturienta de pie, a la espera del parto), Instagram, epistemología, estatua, instante, prostituta, superstición, instaurar, instantáneo, solsticio (sol aparentemente inmóvil), metástasis (cambiar el lugar donde están las células cancerosas), restaurar, restaurante, histología, histograma, estado, estatua (estar sin moverse) y muchas más.

De *stā- deriva una gran familia de palabras, que tienen en común, más o menos la idea de ‘permanecer’, ‘sobrevivir’, subsistir’, por ejemplo: consistencia, constitución, establo (lugar donde los animales permanecen), estable (que permanece sin cambios), estadística, estatua (estar o permanecer sin moverse), existir, insistir, instante, institución, obstetricia (literalmente estar enfrente de pie, a la espera del parto), persistencia, restaurante, restaurar, solsticio (el sol que se encuentra aparentemente inmóvil), subsistir, etc.

Expresiones latinas con statio

  • Statio rerum (Vitruvio). “Situación, estado en que las cosas se encuentran”.
  • Statio vitae (Cicerón). “El puesto de la vida de cada uno”, “lo que a cada quien le toca hacer a través de su existencia”.
  • Stationes siderum (Plinio). “Estaciones de los astros”. A través de los siglos, statio, stationis, primero se usó para referirse a los solsticios —de solstitium— (cuando aparentemente el sol se detiene e invierte la dirección de su desplazamiento norte-sur, sur-norte en el cielo, o sea, el de invierno y el de verano boreal). Después statio, -onis se usó para hablar de los equinoccios (noche igual que el día) y finalmente, a las cuatro estaciones astronómicas del año, es decir, primavera, verano, otoño e invierno.
  • Statio equorum, también jumentorum. (Ulpiano del siglo III d. C.). “La caballeriza”.
  • Sexta principatus statio (historiador romano Tácito). “Sexto año del reinado”.

LAS ESTACIONES ASTRONÓMICAS

Estación astronómica  —no confundir con las estaciones meteorológicas donde se registran variables meteorológicas— es cada uno de los cuatro períodos que comprende el año solar (365 días, 5 horas, 48 minutos y 46 segundos, o 365,2422 días terrestres, por eso el año bisiesto de cada 4 años). Cada estación dura alrededor de tres meses, y su inicio corresponde al paso del Sol por los equinoccios (cuando cruza el ecuador celeste) o cuando se encuentra sobre cada trópico celeste (23° 27′ norte o sur). En el momento de escribir esta nota, el Sol está justo sobre el trópico de Cáncer, es el solsticio de invierno boreal y comienza nuestra estación invernal.    

Las estaciones astronómicas varían un poco en su duración

La estación astronómica es el tiempo que pasa (alrededor de tres meses) entre un solsticio y un equinoccio, por ejemplo, entre el solsticio de Capricornio en diciembre y el equinoccio del 21 de marzo. Los intervalos de estas estaciones son:

Solsticio de diciembre-equinoccio de marzo: 88,99 días
Equinoccio de marzo-solsticio de junio: 92,76 días
Solsticio de junio-equinoccio de septiembre: 93,65 días
Equinoccio de septiembre-solsticio de diciembre: 89,84 días. 

De esto podemos colegir que la estación más larga es el verano boreal o invierno austral. La más corta es el invierno boreal o verano austral, con una diferencia máxima de 4,66 días o 111,84 horas, es decir, 6710 minutos.

 ¿Por qué estas diferencias?

Sin tantos detalles, las diferentes estaciones se deben a las distintas posiciones que ocupa la Tierra en su revolución anual alrededor del Sol, y a que el plano de la eclíptica está inclinado con respecto al plano ecuatorial en un ángulo de 23° 27′.

Debido a que la órbita terrestre es elíptica (no circular), de la que el Sol ocupa uno de sus focos, la Tierra no se mueve con velocidad uniforme —con una media de 107 200 km/h—, sino de acuerdo a la ley de las áreas o Segunda Ley de Kepler, según la cual, “en tiempos iguales, las áreas barridas por el planeta son iguales”. Por eso, durante el perihelio (cuando la Tierra está más cerca del Sol, alrededor del 3 de enero de cada año), crece su velocidad de traslación, alcanzando unos 110 700 km/h; en cambio, durante el afelio, cuando se aleja del Sol, con una máxima distancia hacia el 4 de julio, se mueve con mayor lentitud, unos 103 536 km/h. Una diferencia de 7164 km/h.  

Por eso, el invierno boreal (o el verano austral) es la estación astronómica más corta del año, ya que nos lleva menos días llegar del solsticio de diciembre al equinoccio de marzo. Por eso también el Sol permanece cada año unos 7 días y 16 horas más en el hemisferio norte que en el sur.

La duración de las estaciones astronómicas van cambiando a través de los milenios

Sin embargo, estos tiempos varían a través de los siglos y milenios debido al fenómeno de la precesión de los equinoccios (con un ciclo de unos 25 765 años), lo que también hace que ahora los signos y las constelaciones del Zodíaco no coincidan, y que cada signo está en la constelación que le precedía en la época de Hiparco (siglo II a. C.). Por ejemplo, Aries, primero del Zodíaco, ahora coincide con la constelación de los peces (véase mi artículo “Zodíaco”). Y la estrella polar estaba, cuando Hiparco, a 12° del polo norte y ahora a solamente 1° 15’, y su menor distancia estará hacia el año 2605 ¿Quién lo verá? 

Según estimaciones astronómicas, el invierno boreal o el verano del sur, comenzaron a ser la estación más corta pasado el año 1246, y alcanzará una duración mínima de 88,71 días allá por el año 3500 ¡Dentro de 1475 años!, y dejará de ser la más corta hasta el 6430 (según datos de Tierra-Cielo 21 de diciembre de 2024).

Estaciones meteorológicas

Desde el punto de vista climatológico, la palabra estación se refiere a las condiciones meteorológicas prevalecientes en cierto período del año, generalmente asociadas, pero no coincidentes, a las estaciones astronómicas recién mencionadas, por ello, se las conoce con frecuencia como “estaciones meteorológicas». 

Así, por ejemplo, para los astrónomos, la estación del invierno en el norte comienza el 21 de diciembre, día del solsticio de Capricornio, mientras que el 1 de diciembre —cuando se intensifican las bajas temperaturas en las latitudes al norte del ecuador, especialmente en la región subtropical y templada—, comienza el invierno según el criterio meteorológico. Así mismo, el 1 de marzo (para los climatólogos) comienza la primavera; el 1 de junio el verano y el 1 de septiembre el otoño. También se habla de la estación de lluvias, del estiaje o de la sequía, etc.

Estas diferentes estaciones meteorológicas no tienen el mismo significado en todo el planeta. Por ejemplo —sin más explicaciones—, en la región ecuatorial, se dice que se tienen “dos veranos”. El contraste entre las estaciones se va incrementando en la medida que aumenta la latitud. No es lo mismo la diferencia entre el verano y el invierno en Puerto Vallarta, México que en Moscú, Rusia o en Kiruna, Suecia.  

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 21 de diciembre de 2024.

Categoría: ciencia

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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