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miel

¿Qué es la miel?

La miel es un fluido dulce y viscoso, cuyo color va desde casi blanco o amarillento, hasta ámbar o marrón, producido por varias especies de abejas, que toman el néctar (líquido acuoso azucarado) de ciertas flores, que luego lo regurgitan a través del esófago. Otros insectos, como algunas hormigas, avispas, etc., producen una sustancia semejante. La abeja doméstica o abeja europea es la especie (Apis mellifera L. 1757) más importante en la producción de miel, aunque existen unas ocho más. A. mellifera ha sido aprovechada al menos desde el año ―6000 (otros dicen que desde el ―7000 o mucho antes), como lo prueban ciertos grabados en cuevas de Valencia, España. Existen fósiles de abejas que datan al menos de hace unos 170-150 millones de años, durante el Mesozoico, cuando existían los dinosaurios; muchísimo antes de la aparición del hombre en la Tierra.

Las abejas son insectos sociales que pertenecen al orden Hymenoptera, superfamilia Apoidea, familia Apidae, género Apis (en latín, ‘abeja’), especie mellifera (que literalmente significa ‘que produce o porta miel’).

Etimología de la palabra miel

La voz ‘miel’ procede del latín mĕl, genitivo mellis (diccionario Gaffiot p. 961) que significa ‘miel’; y en sentido figurado, ‘dulce’, ‘dulzura’, ‘gracia’, ‘encanto’, como lo citan los escritores romanos Horacio y Plinio el Viejo. También significa ‘ternura o cariño’, ‘querido’, ‘querida’, ‘cielo’, ‘amado’, ‘alma mía’. Así como ‘suavidad’, ‘deleite’. Este vocablo se asocia a la raíz indoeuropea *meli-t- (miel), asimismo vinculada a las palabras latinas mulsus (algo mezclado con miel), mulsum (vino mezclado con miel) y su derivado mulseus (con la dulzura de la miel). Y en griego, μέλι = méli, ‘miel’, y μέθυ = méthu o méthy, ‘vino, vino de miel fermentada’; y metafóricamente, ‘cualquier cosa dulce, principalmente en relación a la elocuencia o persuasión’; también ‘goma dulce obtenida de ciertos árboles‘.

Datos históricos de interés

Según The Honey Association, Reino Unido. 17 de diciembre de 2020:

“Los más antiguos registros de cría de abejas en colmenas, fueron encontrados en el Templo solar egipcio, construido hacia el año 2400 a. C., cerca del Cairo. Donde las abejas aparecen representadas en jeroglíficos, siendo consideradas por los faraones como símbolo de realeza.

Los antiguos egipcios usaban la miel como un endulzante, un obsequio y una forma de aplacar  a sus dioses y un ingrediente en los procesos de embalsamamiento». 

Los griegos

«Los griegos la utilizaban en la elaboración de pasteles y los ofrecían a los dioses. Y también la consideraron como una medicina. En sus recetarios sobre cocina, abundaban las formas de elaborar dulces, pasteles y tortas, donde debía añadirse miel. Los quesos eran mezclados con miel para hacer pasteles, descrito por el poeta griego Eurípides (siglo ―V).

Los romanos

Los romanos también emplearon la miel como ofrenda a los dioses y la usaban mucho en la cocina y como curativa en llagas y otras lesiones de la piel. La apicultura o cría de abejas se desarrolló mucho durante el Imperio. Con la generalización de la cristiandad, la producción de miel y cera creció significativamente para satisfacer la demanda de velas en las iglesias

Medievo y Edad Moderna

La miel continuó siendo muy importante durante el Medievo, hasta que, en el Renacimiento, llegó el azúcar de caña, que comenzó a reemplazarla, y para el siglo XVII su uso se generalizó.

  • El escudo del papa Urbano VIII (1568-1644) tenía tres abejas grabadas.
  • La abeja fue el símbolo de los reyes durante la Primera Dinastía (circa 3200 a. C.) del bajo Egipto..
  • La bandera de Napoleón llevaba abejas en vuelo.
  • En el siglo III a. C., la abeja fue usada en monedas de la ciudad de Éfeso, ubicada al occidente de la actual Turquía.
  • La abeja era el símbolo de la diosa griega Artemisa (Ἄρτεμις, Artemis), hija de Zeus y de Leto.
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Escudo de Urbano VIII, con tres abejas de oro. Imagen de De Echando una mano – Trabajo propio, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=46850247

Información adicional sobre la miel

Las abejas obreras liban el néctar de las flores y lo transportan a su colmena, donde lo comparten con otras obreras. Cada abeja tiene una bolsa pequeña en su cuerpo, llamada estómago de la miel o buche, donde el néctar es temporalmente almacenado y se mezcla con enzimas que favorecen un proceso llamado inversión, en el que el azúcar del néctar se simplifica, formando dos azúcares simples: glucosa y fructosa. Luego que la inversión concluye, las abejas usan sus piezas bucales para exponer el néctar al aire tibio, evaporándose parte del agua, para después ser depositado en las celdillas del panal, donde el agua continúa evaporándose, y se transforma en miel, cuando contiene menos del 19% de agua, por unidad de peso.

La miel es una excelente fuente de energía, ya que contiene azúcares sencillos, fácilmente aprovechados por el organismo. También contiene pequeñas cantidades de minerales y otros compuestos.

Durante los siglos XV-XVI, los colonizadores europeos trajeron abejas a las Américas. China es el país que produce más miel, seguido por Estados Unidos (Lawrence J. Connor).

La miel puede durar prácticamente inalterada por tiempo indefinido, si se mantiene en un lugar fresco y alejada de los rayos solares. Si se cristaliza, basta con ponerla en Baño María.

Hay una gran variedad de mieles, con colores, sabores, olores y texturas diversas. Estas diferencias se deben sobre todo al tipo de flores que las abejas visitan.

Fuente:
Connor J. Lawrence. 1998. Honey. pp. 314-315. The World Book Encyclopedia. Vol. 9. Edición impresa.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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