Cristo, Mesías
Cristo ¿quién era?
Cristo es el Ungido, un título de Jesús de Nazaret, Jesus Cristo, el Cristo o también Jesucristo, sinónimo de Mesías (Messiah, “ungido” en hebreo y arameo). El Cristo o Jesucristo (Jesús el ungido) es uno de los grandes líderes religiosos del mundo. Su religión, el cristianismo fue fundada sobre su vida y sus enseñanzas. La mayoría de los cristianos creen que él es el hijo de Dios, quien fue enviado a la Tierra para salvar a la humanidad.

Cristo o el Mesías, Salvador del Mundo. Imagen tomada de https://commons.wikimedia.org/wiki/File:El_Greco_(Domenikos_Theotokopoulos)-_Christ_Blessing(%27The_Saviour_of_the_World%27)_-_Google_Art_Project.jpg
Cristo o el Mesías en el cristianismo y en el judaísmo
En el Cristianismo, “Jesús de Nazaret» es considerado como el cumplimiento de las profecías del Antiguo Testamento, según las cuales vendría El Ungido” y, por lo tanto, lo llamaron Cristo.
En el Judaísmo —mucho más antiguo que el cristianismo— , el Mesías es “el libertador prometido descendiente de David y esperado por los judíos, quie traerá una era de paz y justicia”.
Lo que sabemos acerca de la vida de Cristo —Christus, “Jesús el ungido”—, viene principalmente de cuatro libros del Nuevo Testamento, a saber, Mateo, Marcos, Lucas y Juan.
La palabra cristo es mucho más antigua que El Cristo al que llaman también Jesucristo o El Hijo de Dios
Pero no se crea que el término latino Christus del griego Christós o Khristós (“el ungido” del verbo chrio, chriein “ungir”), nació en la época en la que vivió Jesús, sino que “un Cristo” para los judíos, era toda persona consagrada por santa unción. Por ejemplo, reyes, profetas y sacerdotes. Es decir, quienes, por tener una sagrada misión, recibían en su cabeza, barba y vestimenta, una unción de esencias aromáticas u óleos, pero muy especialmente, se refiere a Jesucristo o el Mesías.
“Ungido”, que en hebreo se escribe mĕšīāḥ, origen de nuestro término “mesías”, se aplicaba durante la antigüedad hebrea no sólo a los reyes, sino a todos los personajes, que, por su función social, se creía eran enviados de Dios. Y Cristo fue Rey, Profeta y Sacerdote… por eso fue ungido.
Por eso, dice el diccionario de Covarrubias de 1611, en la definición de Cristo: “…En el Testamento Viejo, eran ungidos los Reyes, los Profetas, los Sacerdotes de los Reyes… El hijo de Dios, segunda persona de la santísima Trinidad (Dios Padre, Dios Hijo, —o sea Cristo— y el Espíritu Santo), tomado nuestra naturaleza humana, fue dicho Christo, porque fue juntamente Rey y Sacerdote… Como Rey peleó por nosotros…”.
Hallé a David mi siervo; lo ungí con mi santa unción
En Salmos 89:20 se lee claramente: “Hallé a David mi siervo; lo ungí con mi santa unción”. Y si los Salmos fueron escritos entre los siglos XV-V a. C., y David vivió hace unos 3000 años, entonces podemos asegurar que hubo muchos personajes ungidos, algo así como muchos “cristos”, pero tomado el término como adjetivo, o sea, “cristo”, “que ha sido ungido”. Sin embargo, “Cristo” como el personaje que todos conocemos, sólo hay uno.
ORIGEN DEL NOMBRE DE CRISTO
Es importante remarcar que el nombre de Cristo era Jesús (en hebreo Yeshua “El Salvador”) y que fue impuesto por Dios a través de un ángel, según Lucas 2:11. Pero Cristo (el ungido) es un título indisolublemente asociado con Jesús, tanto así, que terminó siendo parte de su nombre, esto es, Jesucristo o “el hijo de Dios hecho hombre”, pero como Cristo (Christus en latín, Christós en griego, “El ungido”) es una traducción de məšiḥā (mesías o “el ungido”) en arameo, entonces también suele decirse Jesús el Mesías.
“Cristo” deriva del latín Christus, citado por Plinio el Viejo y el historiador romano Tácito. Pero Christus fue tomado del griego Χριστός = Khristós o Christós, que literalmente significa “El ungido”, derivado a su vez de χριστός = christós, khristós “estar ungido”. Esta voz está atestiguada en la obra Hipólito (Ἱππόλυτος, Hyppolitus) del dramaturgo griego Eurípides del siglo V a. C., hacia el año —428. Y es que la unción era una práctica común en todos los pueblos de la región mediterránea de aquellos siglos.
La palabra griega χριστός deriva del verbo χρίω, χρῑειν
La palabra χριστός = christós, khristós “estar ungido” y por lo tanto el nombre Χριστός = Khristós o Christós, es decir, Cristo, deriva del antiguo verbo griego χρίω, χρῑειν chrío, chriein que significa —desde los tiempos de Homero, hace unos 2800 años—“frotar”, “ungir”, “untar aceite después del baño”, o “a un muerto para su funeral”. Siglos después, χριστός significó también “untar o ungir para una consagración”, según la Biblia griega Septuaginta (LXX), una traducción de la Biblia hebrea hecha probablemente por judíos egipcios más o menos entre 280-110 a. C.
Como todos o casi todos los términos griegos homéricos, el origen preciso del verbo χρίω χρῑειν (chrío, chriein) no se conoce con certidumbre, pero probablemente sea de origen micénico, una civilización indoeuropea que se desarrolló en Grecia continental, Creta y Asia Menor entre el 1800-1100 a. C. La civilización micénica escribió «cristo» (ko-ri-si-ja = khristia) en Lineal B, una forma de escritura griega muy primitiva o arcaica, en tablas de arcilla, encontradas en la ciudad de Cnosos, Creta, con una antigüedad entre los siglos XV-XIII antes de Cristo.
Raíz indoeuropea *ghrēi-
Los indo europeístas asocian estos verbos con la raíz PIE *ghrēi- (frotar, ungir) en Pokorny página 457, de la que también destacan los términos crema, Cristo, crisma, cristianismo, cristiano, cristología, Cristóbal, Christopher, Cristina, etc.
Términos griegos derivados de Χριστός = Khristós
Φάρμακα χριστά = fármaka christá: ungüento. Este término se documenta en Esquilo y en Eurípides, escritores griegos del siglo V antes de Cristo. Muchísimos días antes de que viviera Jesucristo. Véase la entrada “farmacia”.
Χριστήριον = christérion: un ungüento.
Χριστιᾱνιζω = christianizo: yo profeso el cristianismo.
Χριστιᾱνισμός = christianismós: la acción o profesión del cristianismo.
χριστοθεράπευτος = christotherapeutos: sanado por Cristo. Véase la entrada “terapia”.
χριστολάτρης = christolátres: un adorador de Cristo.
χριστομίμετος = christomimetos: imitación a Cristo.
MESÍAS
El griego Χριστός es una traducción de məšiḥā (mesías) en arameo, la lengua más hablada por Cristo
El nombre giego Χριστός es una traducción del arameo məšiḥā (ungido) y éste del verbo məšaḥ, (ungir) o del hebreo māšîaḥ (מָשִׁיחַ), que significan también “el ungido”, a su vez del verbo māšaḥ “ungir”, raíz *מ-ש-ח («ungir»).
Mesías en griego es Μεσσίας, Μεσσιου (Messías, Messiou). En caldeo —dialecto del arameo— se escribe מְשִׁיחָא, y en hebreo מָשִׁיחַ, equivalente al griego Χριστός Christós, que podemos leer en Juan 1:41. https://bibliaparalela.com/greek/3323.htm.
Origen semítico de “mesías”
Tanto məšiḥā como mĕšīāḥ son términos semíticos y nos remiten a la raíz *mšḥ- que significa “ungir” y que dio en inglés massage (masaje) y masseur (masajista, instrumento para dar masaje), del árabe masaḥa “ungir”, “frotar”, también relacionados con la raíz *mšš- (tentar, buscar tentando).
Conviene mencionar que en árabe cristiano, Jesús sigue llamándose يَسُسوعَ الْمَسِيح (Yasū‘ al-Masīḥ), conservando la forma semítica.
El Mesías en latín tardío era Messĭās, voz que se encuentra en escritos Lucio C. F. Lactancio (c. 240-320 d. C.), escritor y defensor del cristianismo.
Masaje en español y massage en inglés
Pero hay que tener cuidado, porque masaje y masajista en español no tienen origen semítico sino que llegaron al castellano del francés massage (la acción de masajear o amasar) y éste del verbo masser (amasar, masajear), a su vez del latín massa (masa, amasijo), aunque algunos suponen que en esto hay alguna influencia árabe.
Por lo tanto, cuando decimos Cristo, estamos usando una palabra de origen griego, pero si decimos Mesías, nuestra palabra viene del arameo y del hebreo, lenguas emparentadas con el árabe. El arameo era la lengua más usada por Cristo, aunque también se comunicaba en hebreo y en griego o a lo mejor también en latín.
“Mesías” aparece en el Antiguo Testamento
Si buscamos en el Antiguo Testamento, podemos leer en el libro de Daniel 9:26., escrito tal vez en tiempos de Nabucodonosor hacia el siglo VI a. C.: “Y después de las 72 semanas se quitará la vida al Mesías, mas no por sí; y el pueblo de un príncipe que ha de venir destruirá la ciudad y el santuario…” Algunos creen que ese Mesías es Antíoco Epífanes del año 175 a. C., un rey seléucida que intentó imponer la cultura griega y por ser un persecutor de los judíos, provocó la revuelta de Macabeos. Pero la Biblia Reina Valera identifica al Mesías con Jesús o el Cristo ungido, y entonces debe referirse a la destrucción de Jerusalén el 70 d. C., durante la primera guerra judeo-romana (años 66-73 d. C.).
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 11 de diciembre de 2025.