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acero, hititas

Significado de ‘acero’

El acero es un metal duro y resistente compuesto por una aleación de hierro (Fe) y de carbono (0,2-1,5%); frecuentemente con otros constituyentes como manganeso (Mn), molibdeno (Mo), cobre (Cu), níquel (Ni), cromo (Cr), tungsteno (W), cobalto (Co), silicio (Si), etc.

Etimología de ‘acero’

El término acero, según algunas fuentes, procede de *aciariu, forma vulgar del latín tardío (entre los siglos III-VI d. C.) aciarium (genitivo aciāriī), de ăciēs, ‘porción aguda’, ‘algo penetrante’, ‘punta’, ‘pico’, ‘filo de algún instrumento’ como de una espada. También en forma retórica, ‘brillo de los astros’, ‘ojos agudos y penetrantes’, ‘inteligencia aguda’, ‘línea de soldados’.

Además de ăciēs, en aciarium está presente el sufijo -ārium (como en los términos latinos armarium, armamentarium, clavarium, cibarium), neutro de -arius, que indica ‘relacionado con’, ‘de’, ‘lugar’ ¿Por qué dieron este nombre a la aleación de hierro y carbono? Pues debido a que con este metal se hacían instrumentos o herramientas cortantes o con filo (ăciēs). Por ejemplo, espadas, arados, puñales, etc.

Relación indoeuropea

Estos vocablos se asocian a la raíz indoeuropea *ak- (agudo, afilado, *ak̑‑ según Pokorny), a la que pertenece una amplia familia de palabras, entre otras, aciculado (como las hojas de los pinos), aguja, acético (por el olor penetrante), oxígeno, oxiuro (por tener la cola aguda), acmé, acné, ácido, acupuntura y muchas más.

Datos históricos

El acero ya era usado por pueblos de la antigüedad. Por ejemplo, los griegos tenían la palabra Χάλυβδικός (chalybdikós) que significaba ‘lo relacionado con el acero’ y Χάλυψ (chályps, o los cálibes) un pueblo antiguo en el Ponto, región norte de Anatolia en la costa sur del Mar Negro, que era famoso por la preparación del acero. Se han descubierto vestigios arqueológicos que revelan el uso del acero en esa región, que datan del año 1800 a. C.

Los pueblos prehistóricos obtenían el hierro allá por el año 4000 a. C. de los meteoritos (con hierro y níquel) que caían a la tierra y hacían herramientas, armas y otros objetos. El primer pueblo que se sabe usaba en considerables cantidades el hierro, fueron los Hititas* (años 1600-1200 a. C.) que vivieron en la región de la actual Turquía, Cercano Oriente. Pueblos de China y de India también desarrollaron métodos para usar este metal.

La Edad del Hierro o el uso de este mineral a gran escala, se estima que comenzó entre los años 1500-1000 a. C. en Asia Menor, de donde se dispersó a Europa, Asia y África. Aunque hacia el año 3500 a. C., algunos pueblos del Oriente Medio comenzaron a fundir hierro para confeccionar herramientas. Los Hayas, una etnia del noroeste de Tanzania, al este de África hacían acero en hornos especiales, probablemente desde el siglo IV a. C. Para el año 2019, la República Popular China ocupó el primer lugar mundial de producción de acero.

Algo sobre los hititas

*Los hititas fueron los primeros pueblos conocidos en lo que hoy es Turquía. Comenzaron el control del área hacia el año 1900 a. C., fundando varias ciudades estado, siendo la más importante, y capital del Imperio Hitita, la población de Hattusa, ubicada justo al este de Ankara, actual capital de Turquía. En los siglos siguientes, conquistaron parte de Mesopotamia y Siria, al grado que en el siglo XVI a. C., eran la fuerza principal en el Oriente Medio.

Fuente:

  • Donald de B. Beaver. Iron and steel. The World Book Encyclopedia. 1998. Vol 10 pp. 436-452. USA. USA. Edición impresa.
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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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