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abuelo, atavismo, bisabuelo, tatarabuelo

definiciones de abuelo, bisabuelo, tatarabuelo

Abuelo es el padre del padre o madre de una persona. Lo mismo aplica para ‘abuela’, la madre del padre o madre de una persona.

En sentido figurado, abuelo(a) es un anciano o una anciana. Mira a ese pobre abuelo, nadie se preocupa por él. En México es común decir ‘abüelito, agüelita’, y también ‘agüe, ‘mi agüe’. A veces también papá grande y mamá grande. Así lo usé cuando era niño, pues me crié en la frontera norte de México, de seguro influenciado por grandfather o grandmother en inglés.

Etimología de «abuelo»

La palabra abuelo deriva del latín medieval aviolus, avolus (abuelito), y abuela, del femenino aviŏla (abuelita), diminutivos del latín clásico ăvus o ăvŏs, que significa ‘abuelo’, ‘antepasado masculino’; y su femenino ăvĭa,  ‘abuela’. Había el sobrenombre romano Avĭŏla que de seguro significó “el viejo o el abuelo”.

De manera más sencilla

Abuelo < avolus < ăvus, ăvŏs, ‘antepasado masculino o abuelo’

Abuela < aviŏla  < ăviă, ‘abuela’.

ăvus, ăvŏs, ăvis, aboleo, abolere

No deben confundirse ăvus o ăvŏs con ăvis (‘ave’, ‘pájaro’, ‘auspicio’ o ‘presagio’). Ni debemos creer que abuelo tiene relación con la palabra ‘abolir’ (derogar, dejar algo sin efecto) que deriva del latín aboleo, abolere, verbo que significa “desaparecer, destruir, hacer desaparecer”.

En ambos casos (avolus, aviŏla) la ‘v’ se cambió por ‘b’ y se agregó una ‘u’ después de la ‘v’, lo que en lingüística se llama diptongación, como del latín bŏnus a bueno. Eso ha sucedido a través de los siglos, es decir, se trata de palabras patrimoniales.

Estas  palabras (abuelo, abuela) llevan los sufijos diminutivos y a veces despectivo -uelo, -uela, del latín -ŏlus, como en los vocablos anzuelo, arroyuelo, jovenzuelo, mozuelo(a), mujerzuela.

Bisabuelo

Bisabuelo es ‘el papá o la mamá del abuelo o abuela de una persona’, está formado por “abuelo” más el elemento compositivo bi- por bis- (forma arcaica dui-, del IE *dwi-, ‘dos’); adverbio latino que quiere decir ‘dos’ o ‘dos veces’, ‘de dos maneras’, ya que el bisabuelo es “dos veces abuelo”. Palabras con este adverbio hay muchas: bicameral, bicentenario,  bicicleta, bifocal, bigamia, bimestre, bisexual, bilingüe, bipolar, bilabial, bióxido, bisnieto (una persona con respecto a su bisabuelo) ¡Biblioteca, biología y bismuto no! Eso es otra cosa.

Tatarabuelo

Tatarabuelo(a), del latín trĭtăvus (de ter, tres, ‘tres’ más ăvus, ‘abuelo’; tritavi nostri, (‘nuestros ancestros’,  en escritos de Varrón, siglo I a. C.) . ‘El tatarabuelo es el padre o la madre del bisabuelo o bisabuela’; o también, ‘el abuelo o abuela del abuelo(a) de una persona’, del mismo modo que un tataranieto es ‘el nieto de un nieto’. Término formado de ‘abuelo más tatara- de la preposición latina trans-, tras-, ‘más allá’, ‘al otro lado’, ‘a través de’, ‘del otro lado’, ‘de más allá’, como en las palabras transformar, transiberiano, transpeninsular, transparente, transverso, transeúnte, trashumante, traspaso transliterar (representar los signos de un sistema de escritura mediante los signos de otro, como lo hago con frecuencia en mis artículos, por ejemplo: en griego ὄρνις = ornis, ave’). Por lo tanto, “el tatarabuelo es el antepasado más allá o todavía más lejano que el bisabuelo”.

Tata

La palabra tăta (en griego antiguo  τέττα, tétta, «papá») en latín significa ‘padre‘, en la voz del niño que aún no pronuncia bien. En México adquiere cierto valor reverencial: tata Dios, tata Lázaro, el tata de mi barrio.

Relación indoeuropea de abuelo, bisabuelo, tatarabuelo

Abuelo se vincula a la raíz indoeuropea *au̯o-s o *awo- (‘abuelo’ ‘un hombre adulto o viejo  familiar distinto al padre’, en Pokorny 89), también relacionada con el latín ăvuncŭlus ‘tío materno’, avunculus magnus, ‘hermano de la abuela’ o ‘tío abuelo’; avunculus maximus ‘hermano de la tercera abuela’. Raíz IE también asociada al vocablo latino ătăvus*, ancestro lejano, más allá del abuelo, el tatarabuelo, de donde los términos atávico y atavismo. Así como al viejo término au, aue ‘abuelo’ en antiguo irlandés, etc.

Algunos dichos con la palabra ‘abuelo, la’

  • ‘Contárselo uno a su abuela’. Negar o poner en duda lo que alguien refiere como cierto. Me dices que no te abrieron la puerta. Cuéntaselo a tu abuela.
  • ¡Tu abuela! Exclamación que sirve como protesta contra alguien. Me ofreces disculpas ¡Tu abuela!
  • ¡Si mi abuela tuviera ruedas, sería carreta! Locución con buena dosis de ironía, con la que se recibe, de manera burlesca, la afirmación de que algo puede suceder en caso de que se dieran ciertas condiciones que se saben imposibles. Como aquel viejo cuento de que una vez se encontraron tirado un reloj de pulso funcionando y marcando la hora exacta, de esos que se les daba cuerda. Decián que estaba al lado del hoyo por donde a diario salía una serpiente, que, al deslizarse por el suelo, le daba cuerda.
  • Criado por abuelo, nunca bueno. Cuyo mensaje es que, los abuelos, por ser tan complacientes con sus nietos, no los educan bien ¡aunque conozco abuelitos mucho más severos que los padres!

ATAVISMO 

Se llama atavismo (de *ătăvus arriba citado) o salto atávico, cuando aparece alguna característica en un organismo cualquiera, después de varias genetraciones de ausencia, debido a la recombinación de genes o a genes recesivos que de pronto apareces. Por ejemplo, una manera muy peculiar de caminar, cierto lunar en una región precisa del cuerpo, heterocromía (literalmente ‘de distinto color’) del iris, etc. *Atăvus procede a su vez de atta, nombre reverencial que los niños daban a los abuelos, del griego ἄττα (atta), un saludo que se hacía a los ancianos.

También se llama atavismo a cualquier costumbre muy vieja heredada de culturas o antepasados muy  antiguos. Las supersticiones son un buen ejemplo de atavismos.

REFLEXIONES FINALES

Cada persona tiene dos padres, cuatro abuelos, ocho bisabuelos, dieciséis tatarabuelos, y si le seguimos unas cuatro generaciones más allá, tenemos 256 antecesores que vivieron hace unos 240 años. Eso representa, en porcentaje de herencia genética, 50% (padre y madre), 25% (abuelos), 12,5 (bisabuelos), 6,25 (de los 16 tatarabuelos), 3,125 (de los padres de cada tatarabuelo), 1,156 – 0,78 – 0,39 … pero como las cosas no son tan sencillas en genética (hay entrecruzamientos, mutaciones, epistasis, etc), es a veces imposible seguirle la pista a cierto rasgo heredado en alguna persona.

Si consideramos una generación humana cada 30 años, entonces un niño nacido el año 2020, tiene padres más o menos del 1990, abuelos de 1960, bisabuelos de 1930, tatarabuelos del 1900. De este modo, de un turista estadounidense que visita México, puede que el abuelo de uno de sus tatarabuelos haya sido un soldado que participó en la guerra de México contra Estados Unidos (1846-1848), que nos costó la pérdida del algo más de la mitad de nuestro territorio. De hecho, la frontera México-Estados Unidos la determinaron los norteamericanos hace unos 175 años.  

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 30 de junio de 2023. Casi casi a mitad del año.

Categoría: ciencia, patrimoniales

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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