Significados del término amor
Antes que nada debe advertirse que la palabra “amor” es polisémica, y puede referirse, por ejemplo, a una relación sexual sólo física o bien unida a sentimientos no necesariamente sexuales (delicadeza, afecto, estimación). También se da el a. entre amigos, al prójimo, a ciertos estilos de vida, a la naturaleza, paternal, maternal. El a. de Dios a los hombres y de éstos a Dios.
Naturalmente que sobre el amor se han hecho abundantes disquisiciones filosóficas y religiosas, pero no pretendo abundar en estas cosas por ahora. Asimismo, existe mucha información sobre la experiencia amatoria como un fenómeno psicológico extremadamente complejo, que involucra procesos neurológicos y hormonales que tampoco por ahora voy a abordar.
Amor (sustantivo)
- Amor es una pasión del ánimo, un tierno y profundo sentimiento de afecto, cariño o devoción por una o varias personas. Una expresión sublime de afecto. Un sentimiento de amistad y buena voluntad hacia otra u otras personas.
- Un poderoso gusto o interés por alguna cosa. Mi a. por la lectura comenzó cuando apenas tenía 16 años.
- Amor es también un vigoroso, usualmente apasionado afecto de una persona por otra, en parte basada en una intensa e irresistible atracción sexual; o “amor” es también la persona misma, quien es el objeto de esa ternura; por eso ¡Mi amor! ¡Mi cariñito! Bueno, mientras dura ¡el amor!
- Amor también se usa con el sentido de pasión sexual, relación sexual, por eso a esta se le suele decirse ‘hacer el a.’.
- En teología, es muy propio hablar del infinito a. de Dios hacia todos los humanos.
Siendo el a. un sentimiento universal de todos los tiempos, las mitologías de todos los pueblos tienen los dioses del a. Los griegos tenían a Eros (Ἔρος o Ἔρως), hijo de Afrodita y Ares. Los romanos conocían a Cupido —también lo llamaban Amor—, hijo de la diosa Venus y del dios Marte. Ishtar (𒀭𒈹 en escritura acadia cuneiforme) era la gran diosa mesopotámica del a. y de la guerra
Era una divinidad violenta y dotada de gran poder que espantaba tanto a humanos como a dioses. Entre los mayas, Ixchel era la diosa del amor, la luna y de la medicina…
Amar (verbo)
Amar es sentir amor, devoción o fervor por alguien o algo. Mostrar amor mediante abrazos, caricias, besos, palabras tiernas y dulces. Vivir y sentir las indescriptibles emociones del amor. Deleitarse o complacerse en algo. Amar la buena música, la lectura, el canto de las aves, las montañas, los atardeceres, la sabiduría de los ancianos.
Amante (adjetivo y sustantivo)
El adjetivo ‘amante’ significa: 1) que siente o expresa a., y como sustantivo, 2) persona que ama con intensidad a alguien o algo; también 3) quien ama romántica o sexualmente a otra persona. Asimismo, amante es ‘una pareja extramarital que vive en concubinato o amasiato’, del latín amasius “amante, querido(a)”. “Amante” contiene el sufijo -ante, del latín -ans, -antis que forma adjetivos derivados de verbos llamados participios activos, como en estudiante, caminante, comediante y comerciante.
Enamorado, da (adjetivo y sustantivo)
El adjetivo ‘enamorado’ es el participio del verbo enamorar (sentir un amor intenso con pasión y deseo) y significa: ‘que siente un inmenso y profundo a. por alguien’. Que le gusta cotejar a muchas mujeres a la vez. La condición de sentir un entusiasmo muy especial por algo.
Como sustantivo, ‘enamorado’ es el que se enamora, el que mantiene con otra persona una relación amorosa.
Si no estás enamorada, enamórate de mí. Siempre he tenido un enamorado. ¡Uy!, en mis años mozos fui muy enamorado. Estoy enamorado de la naturaleza, de las letras, de los buenos libros, y bueno, de…
En el término ‘enamorado’ tenemos la raíz latina ‘amor’ más el prefijo en- del latín -in que interviene en la formación de derivados, pero sin un significado preciso. Por ejemplo: ensimismado, ensombrecido, entristecido, entusiasmado, entretenido, ensordecido, entorpecido. Y el sufijo -ado, del latín ātus, que en este caso forma un adjetivo a partir del verbo amar, del mismo modo que las voces acalorado, fortificado y amaestrado.
Etimología de “amor”, “amar”
El verbo latino ămo infinitivo amāre y su derivado ămŏr no han cambiado desde hace al menos 2200 años; ya aparecen en obras del latín preclásico siglos III-II antes de Cristo, como del escritor y poeta Cneo Enio (261-201 a. C.) y el comediógrafo Tito Maccio Plauto (254-184 a. C).
“Amor” es un derivado del latín ămŏr (genitivo singular amōris), que ya desde aquello tiempos lejanos significa: ‘amor’, ‘afecto’, ‘preferencia’, ‘apego’, ‘devoción’, ‘aspiración’, ‘benevolencia’, ‘cariño’, ‘deseo intenso’, ‘la persona amada’ (mi amor), ‘cualquier deseo’, ‘pasión sexual’. Como arriba lo señalé, a Cupido los romanos también lo conocían con el nombre de Amor.
En la palabra ămŏr se encuentra el sufijo de calidad, estado y actividad -or, una terminación que forma sustantivos abstractos (que no denominan cosas concretas) a partir de verbos —en este caso amor de amare— como en los términos calor, error, esplendor, favor, horror, rubor.
Expresiones latinas de la antigüedad con amor, amare
Plauto escribió ex amore insanit: “amor insano que hace perder la razón”. Con el sentido de sexo, el poeta Virgilio (c. año 29 a. C.) escribió amor omnibus idem: “el sexo es el mismo para todos”, refiriéndose a personas y animales. Amor in patriam (Cicerón): “amor a la patria. Amor multitudinis (Cicerón): “el amor de mucha gente”. Amare se (Cicerón): “amarse”, “ser presuntuoso y engreído”. Ibi insuevit excercitus amare (Salustio): «allí se acostumbró el ejército a los amoríos”. Ibi significa “allí” e insuevit es la tercera persona singular del verbo insuesco, insuescere (acostumbrarse).
La palabra amor deriva del verbo amare
El vocablo ămŏr a su vez proviene del verbo ămo (yo amo) y su infinitivo amāre que significa ‘amar’, ‘tener afecto por alguien o por algo’, ‘enamorarse’, ‘atraerse’, ‘gustarse’. Hasta aquí el origen de los términos “amor” y “amar” es bien conocido y documentado. El problema es dilucidar cómo llegaron al latín.
El origen de amare no está muy claro y se manejan varias hipótesis al respecto. A pesar de que se han propuesto algunos nexos indoeuropeos, parece que no se han encontrado vínculos muy sólidos. El lingüista Pokorny menciona la raíz IE *am(m)a, amī̆ – (voz de un niño para llamar a su madre o mamá) que estaría también asociada a las palabras amoroso, amorío, amable, amabilidad, amante, amasiato, amigo, amistad, enemigo. Así como con vocablos latinos derivados de amāre, entre otros: ămāsĭus (amante); ămīcus (amigo, fiel, sincero); ĭnĭmīcus (enemigo, hostil, contrario); ĭnĭmīcĭtĭa (enemistad, mala voluntad). En cambio “madre” se relaciona con la raíz *mātér- (véase).
Asimismo, por allí circulan explicaciones disparatadas como la que dice que la palabra amor se forma con el componente a- que indica carencia o negación, más -mor que sería como un acortamiento de mors, mortis que en latín significa “muerte”; y luego dicen, por lo tanto, el a. significa “aquello que no muere”, “eternidad”, “inmortalidad” ¡nada más absurdo y demencial.
Términos relacionados con “amor”
En antiguo griego
- Eros (como el dios Ἔρος o Ἔρως) era “el a. natural”.
- Ágape. El a. de Dios a los hombres y de éstos a Dios. Del latín tardío ăgăpē “amor” “amistad”, ”caridad” y este del griego ἀγάπη = agápe “amor”, especialmente fraterno, “festín de los primeros cristianos, para estrechar lazos de afecto”, “caridad”, “objeto amado”; del verbo ἀγαπάω = agapáo “yo amo”. Ahora un ágape es un banquete que se organiza para festejar a alguien.
Del latín
- Caridad. Actitud de solidaridad con el sufrimiento ajeno. Del latín cārĭtās, ātis “a., ternura, cariño, aprecio, gran estimación”; pero también “precio alto”, “carestía”, “falta de algunas cosas” como los cereales. De donde derivan nuestras palabras “encarecer”, “carestía”.
- Dilección. A. ponderado, juicioso o reflexivo; aprecio, preferencia. Del latín tardío dīlectĭo, ōnis: “el a.”, del verbo diligĕre, (di- y lego, legere “escoger”) “amar”, “estimar”, pero previa elección, de forma reflexiva. De donde se formaron las palabras predilecto y predilección. Este es mi pan predilecto por su sabor. No debe haber hijos predilectos.
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 14 de febrero de 2025.