infarto, isquemia, necrosis
definición de «infarto», isquemia y necrosis
En medicina, un infarto es un área de tejido en algún órgano (corazón, pulmón, intestino, médula espinal, riñón, bazo, etc) que sufre necrosis (muerte celular) después de que el flujo sanguíneo arterial se ha interrumpido, causando isquemia o disminución del riego sanguíneo en cualquier órgano, debido a la oclusión por un coágulo sanguíneo, estenosis o a veces torsión de la arteria que normalmente lleva la sangre. O más raramente, el infarto se produce por el taponamiento de la vena que drena ese tejido.
Se trata de un proceso potencialmente mortal o que puede dejar secuelas muy graves o serias limitaciones al enfermo.
También puede decirse que es una sección necrosada de cualquier tejido que resulta de una obstrucción de la circulación local, generalmente causada por una trombosis* o un embolismo**.
*Un trombo es un coágulo de sangre formado dentro de un vaso sanguíneo que permanece fijo en el lugar de su formación.
**Émbolo es un coágulo sanguíneo o burbuja de aire que anda circulando en la sangre. Un émbolo que se forma en una pierna (trombosis venosa profunda) puede, por ejemplo, llegar a un vaso pulmonar y producir una embolia o irse al cerebro, al corazón, riñón, etc.
- Isquemia (disminución del riego sanguíneo) es un neologismo médico del siglo XIX que proviene del latín científico ischemia o ischaemia, término formado por los elementos griegos: ἴσχω (ischo), ‘yo retengo, yo no dejo pasar’; más αἷμα, αἷματος = haima, genitivo haimato ‘sangre’.
- Necrosis (muerte de células, tejidos u órganos). Del griego νέκρωσις nékrosis “un muerto” o “un cadáver” de donde vienen las palabras necrobiosis, necrótico, necrópolis, necrofobia, necrofilia y otras

Vista anterior de las principales zonas de dolor de pecho en un infarto de miocardio (rojo oscuro = la zona más frecuente, rojo claro = otras posibles regiones). J. Heuser JHeuser – self made (based upon image:Gray1219.png from Gray’s Anatomy) – selbst gemacht unter Verwendung von image:Gray1219.png aus Gray’s Anatomy. File:AMI pain front.png – Wikimedia Commons.
Origen del término infarto
El término infarto (infarctus) no existía en la antigüedad. Deriva del latín medieval īnfarctus y su acusativo singular īnfarctum, una palabra que significa “la acción y efecto de rellenar, atiborrar, hacer entrar”, también, de “hacer engordar a los animales con exceso de comida”, de “cebarlos o engordarlos”, “atiborrarlos de comida”. También “relleno”, “repleto”, “colmado”, “atascado”, “taponado”.
Infarctus (que está relleno), en latín medieval y científico, no es más que el participio pasado del verbo infarcĭo, infarcīre, también infercĭo, infercīre (rellenar, atiborrar el interior de alguna cosa, llenar hasta que ya no cabe más). Recalcando, entonces, infarcĭo, infarcīre significa “meter cosas dentro (“in-”) apretándolas hasta que se llene (farcīre”).
El verbo infarcīre
Infarcīre se forma con:
A- el sufijo in-, en este caso con el sentido de “dentro”, “hacia adentro”, “en la parte interior”. En el caso de infarctus, se refiere al interior una arteria o raramente a una vena.
B- el verbo farcĭo, farcīre, raíz farc- (apretar, llenar, atiborrar, embutir), precisamente lo que sucede en un infarto, cuando una arteria se atesta en su interior (in-) con un coágulo sanguíneo y la sangre ya no puede circular (isquemia), provocando una anoxia (falta de oxígeno) en los tejidos que irriga.
En el participio infarctus, infarctum (in- + farc- + tum) encontramos al final el sufijo latino -tum (castellanizado -to) que forma sustantivos que indican resultado de una acción. Como en el vocablo arbustum “plantío, arboleda, floresta, lugar plantado de árboles”. Gaffiot, 153.
Y como dato interesante, el comediante romano Plauto (siglos III-II a. C.) usó el verbo farcīre con sentido figurado: farcire alicui centones (llenar a uno de mentiras o invenciones). Cento, onis significa en latín, entre otras cosas, ‘fanfarronadas’, ‘invenciones’, ‘mentiras’, ‘engaños’.
El término infarctus ya con sentido médico
Pero ya como vocablo de uso médico, infarctus se documentó en inglés en el año 1689: G. Harvey, en Curing Dis. by Expect iv. 10, dice: “Los humores se compactarán dentro en casi todas las zonas infartadas”. En 1822 se usa el término infarct, infarcted en inglés en una cita en la publicación Good ‘s Study Med. (ed 4) IV. 315: “One or more of the abdominal organs, considerably infarcted and enlarged”, que más o menos se traduce: “Uno o más de los órganos abdominales, considerablemente infartados y agrandados”. Nótese que se refiere a órganos abdominales, tal vez el intestino, el hígado o los riñones. De seguro los médicos, desde el siglo XVII encontraron una similitud entre una arteria tapada, con el significado medieval de infarctus, “algo interiormente atiborrado”.
Infarto, farsa y farsante tienen afinidad etimológica
El término infarto está etimológicamente ligado a las palabras farsa y farsante, que también derivan del verbo farcĭo, farcīre, que arriba acabo de explicar, de donde derivó farse en francés medieval, que en ese entonces era una breve obra cómica o interludio para ‘rellenar’ el tiempo entre las dos partes en las que dividían la obra principal, a fin de mantener al público entretenido.
¡Naturalmente que un infarto, como suceso infortunado, es algo que ni remotamente tiene relación con una farsa! Bueno, las palabras sí, pues ¡Tienen un nexo etimológico! Recomiendo al lector que lea mi artículo “farsa, farsante”.
UN POCO MÁS SOBRE LOS INFARTOS
El infarto agudo al miocardio sucede cuando la circulación en una región del corazón se obstruye y produce una necrosis. Regularmente se caracteriza por un dolor severo, con frecuencia asociado con notoria palidez, sudoración, náuseas, disnea y mareo. Las principales irregularidades del electroencefalograma consisten en alteraciones de las ondas Q, T y el segmento ST. Puede ser infarto anterior, anteroinferior, anterolateral, anteroseptal o apical, inferior, inferolateral, posterior, etc., según la sección obstruida de las arterias coronarias.
También hay infartos al miocardio silenciosos que suceden sin dolor u otros síntomas, que sólo pueden reconocerse en el electrocardiograma o en el examen postmorten o autopsia. Los infartos al miocardio a veces causan una muerte súbita cardiaca, aunque también puede haber muerte súbita por otras causas, por ejemplo, en una fibrilación ventricular, una falla hepática fulminante, un ictus cerebral, etc. Ictus viene del latín ictus, “golpe”, “choque”, “daño”, del verbo icio, ico, icere que tiene varios significados, entre otros, “golpear”, “concluir”. Alguien puede estar “bien” y nomás repentinamente se desploma ya sin vida.
Infarto cerebral. Una condición que produce isquemia (irrigación sanguínea insuficiente) y que provoca un persistente déficit neurológico en el área de distribución de una de las arterias cerebrales. Puede producir hemiplejia, paraplejia, incapacidad para hablar, cambios sustantivos en la conducta o en la manifestación de emociones. He conocido varios casos.
I. mesentérico. Causa necrosis de los intestinos, debido al decremento en el flujo sanguíneo de los vasos mesentéricos, a veces por taponamiento de las arterias mesentéricas o por anormalidades cardiogénicas, o también por hipovolemia causada por una hemorragia profusa. Suele presentarse con un dolor abdominal muy intenso e inesperado, náusea, vómito.
I. pulmonar. Produce una necrosis (muerte de tejido) en el tejido pulmonar, causado por obstrucción del suministro arterial, en la mayoría de las veces por embolismo o un coágulo sanguíneo que viene de otra región del cuerpo, casi siempre de una vena profunda de una pierna, desde donde ascienden por la vena cava al lado derecho del corazón y de ahí, por la arteria pulmonar, a los pulmones.
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 6 de agosto de 2025.