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Pegaso

Pegaso, un caballo mitológico y una constelación boreal

Según la mitología griega, Pegaso es el caballo alado que nació del cuerpo o más bien del cuello de Medusa en el momento de su muerte. Otra versión dice que nació de la unión de Poseidón en forma de semental y Medusa. La morada de Pegaso era el monte Olimpo (Ὄλυμπος en griego antiguo).

Así mismo, Pegaso es una constelación —la séptima en tamaño—  del cielo boreal que se encuentra entre Andrómeda, Lagarto, Cisne, Delfín, Caballito (Equuleus, la segunda constelación más pequeña), Acuario y Peces. El centro de Pegaso se localiza a 20ᵒ N de latitud. Esta constelación puede verse cada año en el meridiano de cada lugar, el 20 de octubre. Por lo tanto, cada 20 de abril se encuentra exactamente en posición opuesta.

Etimología de “Pegaso”

“Pegaso” procede del latín clásico  Pēgăsus, -ŏs: El caballo alado nacido de la sangre de Medusa, que con una coz o patada hizo brotar la fuente de Hipocrene, Fons caballinus según Aulo Persio Flaco, poeta romano del siglo I d. C. Horacio y Ovidio también lo citan. El polímata Higinio escribe sobre Pegaso como una constelación. Hubo además un jurisconsulto con ese nombre en los tiempos de Vespaciano.

Pēgăsus procede del antiguo griego

Pēgăsus deriva del antiguo griego Πήγᾰσος, Πήγασος = Pêgasos (Chantraine p. 910): “el mitológico caballo alado”. De πηγός = pegós que significa ‘fuerte’, sólido’(ἵππους πηγοὑς, hippoús pegous aparece en la Ilíada con este sentido). De una manera más tardía πηγός también significó ‘blanco’.

Otra posibilidad es que derive de πηγή = pegé que en origen significa ‘agua’, ‘agua que corre’ pero además ‘manantial’, ‘fuente’, también a veces ‘fuente de luz’. Los que creen en este otro origen, aducen que se debe a que Pegaso nació en el mar, de la sangre de Medusa cuando fue decapitada por Perseo; o ponen como explicación que se debe a la fuente de Hipocrene (arriba citada) que creó con la patada que le dio al monte Helicón. La palabra πηγή está estrechamente relacionada con el verbo πηγάζω, ειν = pêgazô o pegázo, ‘yo broto o salgo a borbollones’, ‘hacer brotar’.

Según Hesíodo, Pegaso recibió este nombre porque nació cerca de las fuentes (pegé) del dios  Océano (ᾨκεανός = Okeanós). Lo que confirma lo recién explicado.

 No se han encontrado nexos indoeuropeos con este nombre. Probablemente sea derivado de algún muy antiguo término mediterráneo.

EL MITO DE PEGASO

El origen del mito de Pegaso es incierto, unos creen que procede de algún lugar de Europa, pero otros dicen que tal vez surgió en Mesopotamia, quizá hacia el milenio II a. C. El Pegaso o el caballo alado se ha descubierto en tablillas babilónicas en el Valle del Éufrates y aparece en monedas griegas del siglo IV a. C.

Pegaso era un hermoso caballo con alas que nació de la sangre de la Gorgona Medusa, cuando fue decapitada por Perseo con la ayuda de la diosa Atenea. Una variante del mito dice que Pegaso fue creado por Poseidón de las gotas de sangre que cayeron al mar, luego que la cabeza de Medusa fue cercenada. Después de su nacimiento, Pegaso voló por los cielos hasta al monte Helicón en Corinto, donde, con una patada, creó la fuente de Hipocrene (véase mi artículo ‘crenoterapia’). Esta fuente se convirtió en sagrada para las musas, quienes bebían de ella para inspirarse y componer poesías. 

El rescate de Andrómeda

Cuando la princesa Andrómeda estaba encadenada frente al mar, esperando que Cetus la devorara, pasó por ahí Perseo, y viendo la frágil figura de la hermosa joven, se conmovió tanto, que no dudó en rescatarla justo a tiempo, de  manera que bajó en picada cabalgando sobre el caballo alado Pegaso (aunque otros dicen que volaba ayudado de las sandalias alígeras del dios Hermes).

Según Hesíodo, Pegaso también era siervo de Zeus, a quien le transportaba el relámpago y el trueno. Así mismo, era el corcel favorito de Apolo y las musas. Además, Pegaso fue una importante figura en las aventuras del héroe mitológico Belerofonte, a quien se atribuye haberlo domado con un freno de oro que le regaló Atenea.

Belerofonte mata a Quimera

Cuando se le encomendó a Belerofonte la misión de matar a Quimera —el dragón que vomitaba fuego y que aterrorizaba a Caria y a Licia, en la costa de Asia Menor— iba montado en Pegaso. 

Como muestra de adoración, los Corintios acuñaron monedas con la figura de Pegaso. Los romanos consideraban a este mitológico caballo como símbolo de inmortalidad. 

PEGASO, LA CONSTELACIÓN

La figura celestial de Pegaso realmente representa sólo la cabeza, el cuello, las patas delanteras, el tórax y las alas del caballo. No tiene realmente astros muy brillantes, sin embargo, es relativamente fácil de localizar porque tiene tres estrellas conspicuas que, junto con Alpha Alpheratz de Andrómeda, forman el famoso Gran Cuadro de Pegaso.

Los griegos Arato (ss. IV-III a. C.) y Claudio Ptolomeo (s. II d. C.), conocían a la constelación como Ἵππος (Hippos, El Caballo), aunque se sabe que entendían que se trataba de Pegaso, y con el paso de los siglos terminó por así llamarse.

La estrella Alpha Alpheratz

La estrella Alpha Alpheratz (a 97 años luz de nosotros),  se ubica a unos 28 grados latitud norte. Según los antiguos griegos, marca tanto al ombligo del caballo como la parte superior de la cabeza de Andrómeda. El nombre Alpheratz procede del árabe سرة الفرس o surrat al-faras (el ombligo del caballo), por la posición que ocupaba cuando se la consideraba parte de Pegaso. Un nombre árabe ya obsoleto era precisamente Sirrah, que procede de surrat (ombligo), evocando la obra de Ptolomeo.

La doble identidad de Alpha Alpheratz

Cuando el cartógrafo de estrellas Johann Bayer (1572-1625) asignó letras griegas a las estrellas —en su Uranometria— a principios del siglo XVII, le dio una identidad dual a α Alpheratz: Alpha (α) Andromedae y Delta (δ) Pegasi. Pero ahora ya no “existe” esta última. Esto significa que el Cuadrado de Pegaso ¡Sólo tiene tres estrellas!

Los astrónomos musulmanes o árabes (c. siglos VIII-XVI) llamaban a la constelación Pegaso al-Faras al-A’ẓam que significa “el caballo grande”, como una forma de distinguirlo de Equuleus (El Caballito), que en árabe era Qiṭ‘at al-Faras, o sea, “una parte del caballo”. Se cree que Equuleus —que muy poco se menciona en la mitología y se cree representa a Celeris, probablemente hermano de Pegaso— fue inventado por el astrónomo Hiparco (siglo II a. C.) para cubrir el espacio entre Pegaso y el Delfín.

Ya considerando nada más las tres estrellas: Alpha Pegasi (α Peg), en árabe es Markab (la montura) o quizá mankib (el hombro); Beta Pegasi (β Peg), es Scheat del árabe Al sā’id, (la parte superior del brazo); Gamma Pegasi (γ Peg) es Algenib, de al-janb (ala o costado).

En cuanto a distancias en años luz: Markab (139,55); Scheat (199,14) y Algenib (332,99)… debemos resignarnos a mirar a las estrellas como eran hace años.

Quizá la estrella más lejana que puede verse sin telescopio

Rho (ρ) Cassiopeiae (magnitud aparente de 4,5 y absoluta de -8,25) es una estrella supergigante que según esta fuente, se encuentra alrededor de 8200 años luz de nosotros, y puede verse sin telescopio, a un lado (2.5° al oeste) de β Cassiopeia; ya que su luminosidad es 450 000 veces mayor que el Sol. En cambio la estrella Proxima Centauri (en el pie del Centauro, una constelación austral ya reconocida por Ptolomeo en el siglo II d. C.) es la más cercana, a 4,25 años luz, o unas 1930 veces más cerca que Rho Cassiopeiae.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 13 de noviembre de 2023.

Categoría: ciencia, cultismos

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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