Migraña y sus características más sobresalientes
La migraña —también llamada hemicránea y jaqueca— es una cefalea o cefalalgia (dolor de cabeza), cuya causa no está muy clara, pero se relaciona con alteraciones vasculares del encéfalo. Puede durar más o menos entre 4 a 72 horas. Es pulsante, de intensidad moderada a severa, casi siempre unilateral, pero no cada vez en el mismo lado. Empeora con el ejercicio, y suele ir acompañada de náuseas, vómitos, hipersensibilidad a la luz, a los sonidos y a los olores. Entre el 10 y el 20 % de las migrañas van asociadas a auras visuales (luces, destellos), es decir, sensaciones reconocibles que la anteceden.

I’ve had a migraine/headache for 6 days straight. Today was so bad I couldn’t concentrate on what I was saying. I’m not even sure I knew WHAT I was saying because of the pain. I even mixed up two people’s names and felt really dumb afterwards. Anyone got a migraine cure? :). TRADUCCIÓN: Llevo seis días seguidos con migraña y dolor de cabeza. Hoy fue tan fuerte que no podía concentrarme en lo que decía. Ni siquiera estoy segura de saber qué decía por el dolor. Incluso confundí los nombres de dos personas y me sentí muy tonta después. ¿Alguien tiene una cura para la migraña? :). Fuente: Can’t Concentrate: 14/363. Autor: Sasha Wolff from Grand Rapids. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Migraine.jpg
Origen de los términos migraña, hemicránea y jaqueca. Los tres llevan el significado literal de “la mitad de la cabeza”.
Migraña, hemicránea
Migraña y hemicránea (literalmente “la mitad del cráneo«) son palabras que proceden de la antigüedad grecolatina. Nada más que “migraña” es una voz patrimonial, porque fue transformándose a través de los siglos por el uso en el lenguaje vulgar. En cambio, “hemicránea” es un cultismo porque prácticamente no ha cambiado desde su forma antigua.
Jaqueca
Por otro lado, “jaqueca” deriva del árabe hispánico šaqíqa = شَقِيقَة (“un lado de la cabeza”, “jaqueca” y su forma arcaica xaqueca, “intenso dolor de cabeza”), y este del árabe clásico šaqīqah (“dolor de cabeza”), del verbo shaqq: “partir”, “hender” (Gustavo Benitez P.). Esto podría uno interpretarlo como el hecho de sentir que la cabeza se parte en dos mitades por el intenso dolor migrañoso.
En el diccionario español-italiano de Lorenzo Franciosini Florentín de 1620, dice: Jaqueca. “Dolore che viene nelle tempie”, “Dolor que viene de la sien”. En castellano antiguo o medieval había las variantes axaqueca y xaqueca y se acepta que fue el rey Alfonso X el Sabio (1221-1284), el que introduce el término al castellano, ya que lo usa en su obra Lapidario donde en un pasaje dice: “la dolor que se faze en la media cabeça, a que llaman en arábigo xaqueca”.
Migraña, forma patrimonial y hemicránea forma culta
Tanto la palabra patrimonial ‘migraña’, con evolución a través del latín vulgar medieval y su forma culta ‘hemicránea’ derivan del latín tardío (entre los siglos II-VI) hēmĭcrānia, hēmĭcrānĭum: “dolor en un lado de la cabeza”, documentado, por ejemplo en la obra del médico romano Celio Aureliano del siglo V d. C. A la enferma o enfermo de migraña lo llamaban hēmĭcrānĭci. Pero el latín tomó estos términos del griego antiguo ἡμικρᾱνία = hēmikrānía “dolor en un lado de la cabeza o de la cara”, en escritos del médico griego Galeno (siglo II d. C.). Los que sufrían migraña eran οἱ ἡμικρανικοί = oi hemikranikoí.
El término ἡμικρᾱνία = hēmikrānía está compuesto por dos elementos lingüísticos
La antigua palabra griega ἡμικρᾱνία = hēmikrānía está formada por dos componentes:
A)- ἡμι- (hēmi-), un prefijo inseparable que significa “la mitad”, equivalente a sámi- en sánscrito y semi– en latín como en semicírculo y semipermeable.
B)- κρᾱνίον = kraníon (caja craneana, la cabeza del hombre y de los animales), que dio crānium en latín medieval y cráneo en castellano.
Con el prefijo ἡμι- (hēmi-) hay muchas palabras griegas antiguas, por ejemplo, ἡμίανδρος = hemíandros: ‘un medio hombre’, ‘un eunuco’; ἡμίβιος = hemíbios: ‘medio animado’; ἡμίσοφος = hemísophos: ‘medio inteligente’ o ‘medio sensato’.
Con hēmi– existen también muchas palabras de uso actual: hemisferio, hemíptero, hemiparásito, hemiciclo, hemiplejia o hemiplejía, hemiparesia, hemicelulosa, hemimorfita, hemiopía.
Y aquí está el motivo por el que a la jaqueca (vocablo de origen árabe), también la llamamos migraña (forma vulgar o patrimonial) o hemicránea (forma culta), porque lo más característico de esta dolencia es que duele intensamente uno de los lados o la mitad ( ἡμι- “hēmi-”) de la cabeza o el cráneo (κρᾱνίον, “kraníon”).
“Migraña” se documenta en español desde mediados del siglo XIII y aparece en el diccionario de Esteban de Terreros y Pando de 1787. Mientras que “hemicránea» lo registra el DRAE en 1803 y dice que “es lo mismo que xaqueca”.
ALGO MÁS SOBRE LA MIGRAÑA Y LA CEFALEA O DOLOR DE CABEZA
La cefalea o dolor de cabeza no es en sí una enfermedad, sino un síntoma que puede revelar un sinfín de trastornos. La migraña es la segunda categoría de cefalea primaria más común, ya que sólo le gana en frecuencia la cefalea tensional.
El cerebro no duele
El cerebro, en sí mismo, es casi totalmente insensible al dolor. Incluso el corte o la estimulación eléctrica de las áreas sensoriales de la corteza cerebral, solamente de manera ocasional causan dolor. Por lo tanto, la gran mayoría de las cefaleas no son causadas por daño directo del tejido cerebral.
En cambio, un estiramiento en los senos venosos alrededor del cerebro, un daño en la tienda del cerebelo, o el estiramiento de la duramadre en la base del cerebro, sí causan un intenso dolor de cabeza. También, casi cualquier tipo de traumatismo, aplastamiento o estiramiento de los vasos sanguíneos de las meninges (membranas que cubren al cerebro, de afuera a adentro: duramadre, aracnoides y piamadre) pueden causar dolor de cabeza. Y la arteria meníngea media es especialmente sensible.
La migraña frecuentemente inicia con varias sensaciones previas o prodrómicas, como náuseas, pérdida de la visión en parte del campo visual, aura visual y otros tipos de alucinaciones. Estos síntomas previos, regularmente comienzan entre 30-60 minutos antes de iniciar la migraña.
Ya se dijo que las causas no se conocen muy bien, pero parece que emociones o tensiones prolongadas provocan vasoespasmos de algunas arterias de la cabeza, incluyendo las que irrigan al cerebro. Estos vasoespasmos teóricamente ocasionan isquemia (disminución del riego sanguíneo) de ciertas áreas cerebrales y son las responsables de las sensaciones prodrómicas recién citadas. Después, como resultado de la intensa isquemia, algo sucede en las paredes vasculares. Tal vez el agotamiento de las contracciones de los músculos lisos, que a su vez produce flacidez e incapacidad para mantener el tono vascular por 24-48 horas, más o menos lo que dura un ataque migrañoso.
Asimismo, la presión sanguínea propia de los vasos hace que se dilaten y pulsen intensamente, lo que se cree que causa un estiramiento excesivo de las paredes arteriales, incluyendo algunas extracraneales, como la temporal, que puede ser el motivo real de la migraña (Guyton & Hall. p 560-561).
Los factores detonantes de una migraña pueden ser: exposición a luces muy brillantes; comer ciertos alimentos, por ejemplo, chocolate, vino tinto, frutos secos; falta de sueño, estrés, estar en un lugar de mucha altitud, tiempo tormentoso, exceso de cafeína o de alcohol.
Es probable que tengan que ver ciertos cambios hormonales, ya que alrededor del 65 %, de los casi 350 millones de personas que padecen migraña alrededor del mundo, son mujeres de entre 15-55 años, es decir, mujeres que menstrúan, lo que las mantiene con cambios hormonales en cada ciclo menstrual. Además, la migraña comienza a desaparecer en las mujeres menopáusicas, que ya sobrepasan los 55 años de edad.
Algunas drogas o fármacos que se han desarrollado para tratar otras condiciones, se han usado como tratamiento de larga duración para disminuir la frecuencia de los ataques de migraña. Dentro de estas drogas se incluyen algunos antidepresivos, anticonvulsivos, y antihipertensivos betabloqueadores y bloqueadores de los canales de calcio. (Shier et al. p 356).
Lecturas sugeridas
Guyton & Hall. 2000. Medical Physiology p 560-561. USA.
Shier Davi. et al. 2007. Hole’s Human Anatomy & Physiology. USA.
Ambas son ediciones impresas.
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 3 de mayo de 2025.