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vahído, vaguear, vago

‘vahído de la cabeza’, ‘vértigo, ‘vaguear’

El término vértigo (véase) se usó durante todo el Medioevo (en Isidoro de Sevilla de los siglos VI-VII y otros escritos). En el siglo XV se registra en obras médicas como “vaguido dela cabeça” o “vahído de la cabeza (Dicciomed en línea). Entendiéndose por vahído, ‘un desvanecimiento, un leve desmayo, turbación breve o pasajera del sentido por alguna indisposición o quebranto’. 

‘Vahído’ deriva de ‘vaguido’ o ‘váguido’ (desvanecimiento, desmayo, también cuando alguien tiene la mente vacía), del verbo vaguear (holgazanear, permanecer ocioso por voluntad propia). ‘Vaguer’ a su vez proviene de vago (que no quiere esforzarse o se resiste a trabajar, que no tiene ocupación ni domicilio determinados, un haragán sin oficio ni beneficio). 

Y ‘vago’ procede del latín văcŭus, ‘un holgazán’, ‘un desocupado’, ‘la idea de estar vacío, sin actividad’, ‘libre de toda ocupación y preocupación’, como en la expresión de Julio César, vacua possession regni, ‘posesión vacante de un reino o un trono’ y vacui dies, vacuum tempus (Cicerón), ‘días libres, tiempos libres’. Así que el término vahído hace alusión al hecho de que la persona que lo padece tiene su mente vacía (văcŭus) en blanco o totalmente confusa y errante.

Văcŭus es un derivado del verbo văco, văcāre, ‘estar desocupado’, ‘permanecer inactivo’, ‘vacante’, ‘desierto’; ‘ser libre, no estar casada una mujer’, ‘descansar’, ‘estar con licencia’.

El sufijo -ear de –idiāre

No estaría completa esta explicación si no menciono que el verbo ‘vaguear’ (no confundir con ‘vagar’, palabra con etimología afín), que coloquialmente quiere decir ‘holgazanear’ (se pasa todo el día vagueando en la cama), lleva el sufijo español -ear —que forma verbos, principalmente a partir de adjetivos y sustantivos— el cual proviene del latín vulgar -idiāre, y este del gr. -ίζειν -ízein ‘-izar’ (hacer que sea, volverse) que produce verbos, por ejemplo en memorizar, actualizar y simpatizar. Con -ear (-idiāre) hay palabras como: cecear, delinear, escamotear, gatear, humear, menear, pelear, tantear, tutear y, por supuesto, vaguear. 

Relación indoeuropea de  văcŭus, vahído

Estos vocablos parecen estar vinculados a la raíz indoeuropea (IE) *eu-1, *euǝ- (que indica ‘vacío’). Raíz también relacionada con los términos latinos:

A) vāstus: enorme, despoblado, vacío, desolado, desierto, espacioso, muy extendido, de donde el término ‘vasto’, por ejemplo, ‘una vasta o enorme planicie’, ‘el huracán afectó vastas zonas habitadas’. 

B) el verbo vasto, vastare, ‘devastar’, ‘asolar’, ‘hacer de algo unas ruinas’, ‘convertir algo en un desierto’, en ‘algo desolado’, ‘arrasar con todo lo que hay’. 

C) También se relaciona con văco, vacare (recién citado), verbo que significa ‘estar desocupado’ (de donde la palabra ‘vacante’), ‘deshabitado’, ‘que puede disfrutar de tiempo libre’ (que originó la palabra ‘vacacionar’, ‘vacación’ o descanso temporal). En sentido figurado, ‘una mujer que no está casada o comprometida’, ‘disfrutar de una licencia o permiso para dedicarse a otra cosa’. De vacare derivan términos como: ‘evacuar’ (vaciar), ‘vagar’ o andar libremente por allí, ‘vacío’, ‘vaguada’ o la línea más profunda de un valle por donde las aguas fluyen; también, ‘depresión barométrica’ en meteorología.

En síntesis: vahído < váguido < vaguear < vago < vacuusvăco, văcāre < raíz indoeuropea *eu-1, *euǝ-. 

Mareo, vértigo

A menudo la gente confunde el mareo con el vértigo, pero son cosas distintas. Este último consiste en que la persona que lo sufre siente que todo lo que la rodea da vueltas (vértigo objetivo) o que ella es la que gira (v. subjetivo) y con frecuencia se acompaña de náuseas, vómito, nistagmo, marcha tambaleante y tinnitus o zumbido de oídos. Casi siempre es causado por trastornos del oído interno o cerebrales, lo padece sólo un 3-5% de la población, y requiere de un diagnóstico médico adecuado.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 29 de noviembre de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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