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Faraón, hormiga faraona, faraónico

Faraón se refería primero en Egipto a una gran casa, un palacio

Faraón es el título de los antiguos reyes de Egipto tomado como nombre propio. El nombre era originalmente referido al palacio, pero luego pasó a denominar al título o dignidad del gobernante, y después, por antonomasia, fue el nombre del rey desde el tiempo de Akhenaton, que reinó hacia los años 1352-1336 antes de Cristo, el décimo faraón de la dinastía XVIII del Imperio Nuevo.

Según los egiptólogos, el primer faraón fue Narmer, quien gobernó alrededor del 3100-3075 a. C. y el último, Ptolomeo XV (c. 47-30 a. C.) hijo de Cleopatra y Julio César a quien por eso llamaban Cesarión o “el pequeño César”. A los 17 años de edad fue asesinado en Alejandría por órdenes del emperador Augusto. Debe señalarse que la cronología sobre estos hechos es muy controversial, por lo que pueden encontrarse otras dataciones.

Etimología de “faraón”

El sustantivo “faraón” deriva del latín tardío bíblico Phărăo, genitivo Pharaōnis, del griego Φαραώ (pharaó), a su vez del hebreo par’ōh (פַּרְעֹה), y este del egipcio pr-ꜥꜣ o también pr-ʿōh que quiere decir “la gran casa”, de pr “casa” y ʿʾ “grande”. Por eso faraónico significa «grande», «gigantesco».

El término hebreo par’ōh está testimoniado en Génesis capítulo 47 versículo 1 de la Biblia hebrea. Mientras que en la Biblia Septuaginta (LXX, hacia los siglos III-II a. C.) griega aparece Φαραώ. Y Phărăo en la B. latina Vulgata de los siglos IV-V d. C. También los teólogos cristianos Tertuliano, Orígenes de Alejandría y San Ambrosio lo mencionan.

Las diez plagas de Egipto

Cuando la muerte de todos los primogénitos (primogénito es el hijo mayor de la familia) o la décima plaga que cayó sobre Egipto, el Faraón (Phărăo, -ōnis), desesperado y derrotado les ordenó a los hebreos tomar sus vacas y ovejas e irse (Éxodo 12:32). Triunfante y jubiloso, Moisés condujo a los judíos fuera de Egipto, pero como respuesta, el faraón quiso venadear o emboscar a los judíos muy cerca del mar Rojo. Entonces sucedió un gran milagro: Moisés extendió sus manos y se desató un fuerte viento del levante que ¡abrió un camino a través de las aguas! El pueblo y Moisés cruzaron, pero cuando el ejército del faraón intentó seguirlos, las aguas retornaron a su cauce ahogando a las tropas egipcias (Biblia Vulgata Génesis 12, 15).

La hormiga faraónica 

La hormiga faraónica es nativa de África, pero ha invadido todas las casas del mundo, cuyo nombre biológico es Monomorium pharaonis (L. 1758). La especie pharaonis tal vez deba su nombre en referencia a las diez plagas que Jehová mandó a Egipto ante la negativa de Pharaón de liberar a los hebreos esclavizados: ranas, piojos, pulgas, moscas, langostas, granizo, etc., según se narra en el libro veterotestamentario del Éxodo capítulos 7-12. 

Así como todo Egipto se vio invadido por moscas, pulgas, piojos, ranas y langostas, las casas de todo el mundo son invadidas por las hormigas faraónicas. Se cree que eso pensó Linneo cuando bautizó esta especie de hormigas.

Éxodo 7:16  Y dile: Jehová el Dios de los hebreos me ha enviado a ti, diciendo: Deja ir a mi pueblo, para que me sirva en el desierto; y he aquí lo que hasta ahora no has querido oír.

Éxodo 8:21-22 Porque si no dejas ir a mi pueblo, he aquí yo enviaré sobre ti, sobre tus siervos, sobre tu pueblo y sobre tus casas toda clase de moscas; y las casas de los egipcios se llenarán de toda clase de moscas, y asimismo la tierra donde ellos estén. Y aquel día yo apartaré la tierra de Gosén, en la cual habita mi pueblo, para que ninguna clase de moscas haya en ella, a fin de que sepas que yo soy Jehová en medio de la tierra.

Faraónico pharaoh + -ico

En el siglo XIX comenzó a usarse el adjetivo “faraónico” con el significado de “viviendo con el esplendor de un faraón”; “una cosa o una obra enorme”, es decir, faraónica, grandiosa, que lleva  el sufijo -ico formador de adjetivos, como en: poético, público, mecánico, arcaico, etc

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 13 de agosto de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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