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sepulcro, sepelio, sepultura

Definición

Un sepulcro es ‘una tumba’, ‘una construcción, generalmente de piedra, que se hace sobre el suelo, para dar en ella sepultura al cadáver de una o más personas y honrar su memoria’. Sepultura es ‘la acción o el hecho de sepultar, de ‘enterrar un difunto’; ‘un pozo excavado en el suelo donde se entierra un muerto’, ‘el lugar donde se entierra el cuerpo de un finado’. Y sepulcral es lo relativo al sepulcro, por ejemplo: ‘inscripción sepulcral o epitafio’, ‘silencio sepulcral’, ‘silencio profundo o absoluto’, como el que debe reinar dentro de las tumbas.

Etimología

Sepulcro deriva del latín sepulcrum, que significa ‘sepulcro’, ‘tumba’, ‘monumento funerario’ (en escritos del romano Cicerón); ‘túmulo’, ‘montículo’ (Virgilio); ‘espacio para la pira u hoguera donde se quemaba a los muertos (Tertuliano, Virgilio); ‘lápida donde se pone una inscripción’. Sepulcrum proviene del viejo término sepultus (sepultado), participio pasado del verbo sepelio, sepelire: ‘sepultar’, ‘enterrar’, ‘enterrar un muerto’; en sentido figurado, ’enterrar un dolor, una pena’; también ‘extinguir’, ‘aniquilar’, ‘ocultar’, ‘encubrir,  ‘arruinar’, ‘hacer dormir’. Si el verbo sepelire significa sepultar o enterrar un muerto, entonces ir a un sepelio, es acudir a presenciar el enterramiento.

 

Según el lingüista De Vaan (p. 555), sepulcrum y sus derivados, podría provenir del hipotético radical protoitálico *sepel-je/o- (enterrar), *sepel-to- (enterrado), *sepel-tlo- (sepultura), de la raíz indoeuropea *sepel-ie/o- (honorar, honrar), relacionada además con saparyáti (adorar, venerar) en sánscrito; hapti (preservar) en antiguo avéstico); ἓπω = épo (cuidar de) en griego antiguo.

Derivados de sepulcrum y una variante

De sepulcrum derivan: sepultūra (un entierro, una cremación, las exequias o los honores fúnebres); sepulcrālis (relacionado con el sepulcro, fúnebre, sepulcral); sepulcrētum (cementerio, lugar donde hay tumbas o sepulturas).

Había además una variante popular y menos correcta de sepulcrum, que era sepulchrum, término formado por: 1) el prefijo latino se-, que da la idea de ‘separar’, ‘hacer distante’, como en las palabras sedición, secreto, segregar, más 2) el adjetivo pulcher, pulchra (bello, limpio), cuyo neutro es pulchrum, de donde procede nuestro adjetivo pulcro (aseado, bello, alguien que se esmera en comportarse y hablar con delicadeza).

Entonces sepulchrum se traduce como «hacer algo alejado o separado (se-) de lo bello o agradable (pulchrum)». Esto, debido a que, sin duda, las cosas relacionadas con el cuerpo de un muerto, así como sepultarlo, no eran ni bellas, ni limpias, por su carácter profundamente sombrío y lastimero. Pero esto es en realidad una etimología popular, por lo tanto, la explicación más aceptada es la que primero expuse.

Precisamente, de sepulchrum proviene ‘sepulcher’ (sepulcro, en inglés) y su variante ‘sepulchre’. 

En el vocablo sepulcro  (sepulcrum) encontramos el sufijo instrumental (medio para realizar algo) -cro, latinizado, -crum, también presente en las palabras ambulacro y simulacro
Además, en la dicción o palabra sepultura está como elemento compositivo el sufijo de resultado -ura (-ura), como en los términos cultura, agricultura, tortura, premura.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 15 de octubre de 2020.

Sepulchre of Pedro de Aragon y Anjou, Basilica of Santa Maria, Castello  d'Empuries, Girona, Foto de Stock, Imagen Derechos Protegidos Pic.  XE1-2927886 | agefotostock
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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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