DEFINICIONES
Persignar
Persignar, verbo transitivo y en sentido figurado o coloquial, verbo pronominal: a) signar, es decir, hacer la señal de la cruz; b) signar y santiguar en seguida; c) manifestar uno —haciéndose cruces— sorpresa, extrañeza o admiración personal; d) en conversaciones informales, “comenzar a vender, hacer la primera venta del día”. (¡Hola don Andrés! ¿Cómo le va este día? pues apenas me persiné* con la primera venta).
*Persinar es la forma vulgar dominante de persignar en México, pero el DLE —hasta ahora— no aprueba su uso.
1 “Entre los católicos, poner los dedos índice y pulgar de la mano derecha en cruz y trazar con ellos otra cruz en la frente, en la boca y en el pecho, y después una más amplia de la frente al pecho, al hombro izquierdo y al derecho, para terminar besándolos; al mismo tiempo se recitan ciertas palabras, ya sea para encomendarse a Dios, ya sea como inicio y fin de actos religiosos; persignarse: “Los bragados se persinan, tosen y se apretujan entre sí disimulando su espanto”, “Todos los días persina a sus hijos”.
2 “(Popular) Hacer la primera venta del día u obtener la primera ganancia, a veces acompañada del rito antes descrito: “Ya son las doce del día y no me he persinado”. Texto íntegro del DEM. Diccionario del Español de México en línea.
Persignarse
Persignarse es hacer la señal de la cruz, sobre la frente, la cara y el pecho o trazar una cruz sobre uno mismo invocando al dios de los cristianos; del mismo modo que bañarse es tomar un baño y alegrarse es llenarse de alegría. La palabra persignarse está compuesta por el verbo persignar, más el pronombre personal átono ‘-se’ pospuesto (enclítico), como en las palabras abstenerse, acomodarse, adueñarse, ayudarse, bañarse, enojarse, imaginarse, limpiarse, meterse, negarse, ocuparse, olvidarse y quedarse.
Etimología de ‘persignar’
El verbo persignar es latín puro. Contiene dos componentes: ‘per’- más -’signar’. Del verbo persignāre (grabar, imprimir una marca, tatuar), con el prefijo per- más el verbo signo, signāre (señalar, registrar, marcar, caracterizar, acuñar monedas), a su vez del sustantivo signum (indicio, signo, señal, de donde nuestra palabra ‘signo‘).
el prefijo per-
Per- (preposición latina) forma parte de términos españoles como prefijo (per-) con igual significado que en latín (por medio de, a través de, causa, etc). Sin embargo, en persignar, ‘per’- funciona como preverbal (antes del verbo signar), dando a éste un carácter intensificador, como en las palabras ‘perdurar’ y ‘perseguir’.
Más sobre persignāre, signāre, signum
‘Persignar’ es un derivado del verbo persīgno y su infinitivo persignāre —término poco común, no documentado en las obras de Cicerón ni de Julio César— que no tenía el significado religioso actual nacido con el cristianismo, sino que se refería a ‘tomar nota o el registro de’, ‘grabar’, ‘registrar’; ‘tatuar’ —notis corpus, ‘marca en el cuerpo’— sentido con el que aparece en De chorographia (descripción de un país o región) obra del geógrafo hispanorromano Pomponius Mela (siglo I d. C.).
El verbo signo, signāre significa: señalar, marcar, estampar, estampar o acuñar monedas, grabar, distinguir, marcar un campo para distinguir sus límites, designar, indicar, etc): Signāre humum pede certo (Horacio) ‘andar con pie seguro’, ‘sellar la tierra con planta segura’. Signāre jura Suēvis ‘dictar leyes a los suevos’. Signāre ceram figūris (Ovidio) ‘hacer figuras en la cera’.
Signum (sustantivo del que procede nuestra palabra ‘signo’) quiere decir: impresión, marca, marca distintiva, señal, signo, bandera, estandarte. También ‘la señal de iniciar el combate’, ‘presagio’, ‘pronóstico’, ‘síntoma’, ‘retrato’, ‘figura pintada’, ‘estatua’, ‘sello’, ‘huella’; ‘signo del zodíaco’, ‘constelación’. Como puede verse, signum se usaba con muchos sentidos, pero nunca en referencia a la cruz, sino hasta después de Cristo.
Nexos indoeuropeos de persignāre, signāre, signum
La raíz IE sekʷ-1 (seguir) está vinculada a los términos arriba citados, y tiene una gran cantidad de nexos con otras palabras en latín y griego antiguo. Citemos algunas:
En latín
Secundanus (de segunda fila, como los soldados); secundarius (secundario, accesorio); secundum (a continuación, inmediatamente después); secundus (siguiente, segundo); secus (lejos, a lo largo de, a continuación; no confundir con otro secus que se usó con el significado de sexus, ‘sexo’); secutor (seguidor, acompañante); secutus (seguido); sequor, eris, sequi (perseguir, ir detrás); sigillator (fabricante de figurillas de barro cocido); sigillum (figurilla, estatuilla, signo celeste); signator (testigo de un testamento o de un contrato); signatorius (lo referente al sello); socius (aliado, compañero, el que sigue a otro, socio), etc.
En griego antiguo
Epomai = ἕπομαι (consecuencia, efecto, continuación); aossetér = ἀοσσητήρ (ayudante, colaborador); aosseo = ἀοσσέω (yo ayudo).
Existen muchos vocablos de uso actual ligados a la raíz sekʷ-1:
Acechar, asignación, asignar, asignatura, asociación, consecuencia, consignación, contraseña, designación, disociación, ejecución, ejecutivo, exequial, exequias, insignia, obsecuente, obsequio, segundo, secta, secuencia, sociedad, socio, sociología, subsecuente, subsiguiente y muchas más.
El cristianismo tomó el sustantivo signum y el verbo persignāre —que ya existían en latín desde tiempos precristianos— para hacer la señal de la cruz, que representa la cruz en la que Cristo murió, según se narra en los Evangelios.
Nota final
La señal de la cruz (expresión de origen cristiano antiguo, con la que las personas se bendicen a sí mismas, a otros o a ciertos objetos) es una tradición cristiana muy antigua. Según San Basilio de Cesárea (330-379) fue tomada de los apóstoles, ya que se administraba durante los bautizos. Y supongo que se intensificó su uso después de la muerte de Cristo, como un simbolismo derivado del impresionante suplicio que vivió durante su crucifixión.
La señal de la cruz se utiliza en toda ceremonia cristiana, pero además en momentos de necesidad o peligro, al principio y al final de la oración y en muchas otras ocasiones.
El padre de la iglesia y escritor, Tertuliano (siglos II-III d. C.) menciona esta práctica en sus escritos. También el escritor y clérigo romano San Cipriano explicó el ritual en el siglo III en alusión de la muerte redentora de Cristo en la cruz.
Es posible que, cuando el apóstol San Pablo dice en Gálatas 6:17 “De aquí en adelante nadie me cause molestias; porque yo traigo en mi cuerpo las marcas del Señor Jesús”, se haya referido a la señal de la cruz, es decir, las cicatrices de los sufrimientos que padeció en el servicio de Cristo.
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 29 de diciembre de 2022.