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motín, amotinar, amotinamiento

Motín, amotinar, amotinamiento y sus definiciones

Motín (sustantivo masculino) es un movimiento desordenado o rebelión de una muchedumbre  contra la autoridad constituida. Originalmente se aplicó el término para referirse a revueltas que se daban en soldados o marinos, muchas veces por falta de pago, pero también es común en lugares donde hay sobrepoblación y malos tratos, por ejemplo, en las cárceles, donde a menudo sucede y cobra numerosas vidas.

Amotinar es un verbo que significa “insubordinar en motín a una multitud”.

Amotinamiento: “una sedición o rebelión, la acción de amotinar”. Con el sufijo -miento, del latín mentum, que en los sustantivos derivados de verbos (deverbales) indica acción o efecto. Del mismo modo que en ‘cumplimiento’, ‘levantamiento’, ‘movimiento’, ‘procedimiento’ ‘acorralamiento’ y ‘hostigamiento’.

Asesinato del general Bassa durante las Bullangas de Barcelona (siglo xix).

Esta palabra la tomó el español del francés, pero su origen está en el latín, como más adelante lo explico.

scompiglio, un dato curioso

Como dato interesante, el primer diccionario español que incluye el término “motín” es el de Cristóbal de las Casas de 1611, donde sólo dice que en toscano (dialecto medieval del latín que dio origen al italiano) significa scompiglio, literalmente desbarajuste, desorden. Un vocablo  formado por s-, del prefijo dis- que da la idea de negación, más -compiglio, es decir, reunir o compilar (del latín compilare o reunir, como diversas obras escritas). O sea, un desorden que sucede en un grupo de personas reunidas. Actualmente motín en italiano es rivolta, tumulto, ammutinamento y scompiglio ahora significa ‘desbarajuste’, ‘desorden’, mientras que el verbo scompigliare es ‘desbarajustar’, ‘hacer un desorden’.

Etimología de “motín”

“Motín” proviene del francés mutin, un sustantivo y adjetivo que significa “sedición”, “revuelta”, “disturbio”, “asonada”, un término atestiguado en esa lengua desde la segunda mitad del siglo XV, un derivado de meute (desde mediados del siglo XII), que aparece en ese tiempo con el sentido de “perros corriendo tras una presa de caza” y unas décadas después: “banda, grupo de gente enardecida en búsqueda o persecución”. Del latín movĭta*, a su vez de *movitus; finalmente del latín clásico motus, mōtus (‘agitación’, ‘movimiento’, ‘temblor’) como en terræ motus “movimiento o temblor de tierra, terremoto”). Véase mutin en CNRTL.

También, Mōtus es el participio pasado del verbo mŏvĕo, movēre, ‘mover’, ‘remover’, ‘agitar’. Palabras como conmoción, emoción, remoción, conmovedor, mover, inmóvil, movimiento, mobiliario, inmobiliario, inmueble, mueble, semoviente y otras, tienen el mismo origen. 

En latín medieval, *movĭta significaba “sublevación” y motio, “expedición militar”, también “insurrección”, “revuelta”. Así mismo, “muebda” es un sustantivo español ya en desuso que significa “movimiento”, “impulso”, y también proviene de movĭta*, por cierto, una palabra no atestiguada, pero que según la lingüística debe haber existido.

En francés actual, mutin es un adjetivo que significa: ‘rebelde’, ‘insubordinado’, pero también ‘malicioso’, ‘travieso’. O puede ser un sustantivo que quiere decir: ‘persona que se amotina’, que se moviliza como una señal de rebeldía. Mutinerie es la acción de amotinarse: Une mutinerie de prisonniers (un amotinamiento de prisioneros).

Naturalmente que términos como ‘motivo’, ‘motivación’ y ‘motilidad’, tienen el mismo origen que “motín”. 

Vínculos indoeuropeos del vocablo “motín”

Todos los términos citados, se relacionan con la raíz indoeuropea *meu̯ǝ- (mover). Pokorny 2. meu̯‑ 743; también asociada al verbo griego ἀμεύσασθαι = ameúsasthai (sobrepasar). Palabras como: mover, movimiento, motor, mueble, inmobiliaria, emoción, emotivo, momento, motivación, promotor, remoto, remover, motivar, motivo, motel (hotel donde uno llega y estaciona su auto justo frente a su habitación), motocicleta, maremoto, terremoto, motín, motilidad y muchas otras, pertenecen a esta misma raíz. 

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 11 de marzo de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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