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¿Qué es un liceo?

Liceo es el nombre de la escuela fundada y dirigida por Aristóteles (384-322), bajo el auspicio del antiguo reino de Macedonia, a partir del año 338 a. C. Como enseguida veremos, este nombre se debe a su ubicación, porque después se cambió al Perípatos (el paseo cubierto o peripato), de donde surge el segundo nombre de esta escuela: peripatética, que más bien se refiere a los seguidores de Aristóteles del siglo III a. C. 

En ciertos países, llaman liceo a los institutos de segunda enseñanza, que a veces también ofrecen la enseñanza primaria. En Chile y Argentina llaman liceo a un instituto de segunda enseñanza y en México a una donde se da la instrucción primaria. Lyceum era, durante el siglo XIX, en Estados Unidos, una escuela para adultos. Y en la Grecia actual, el Λύκειο (lýkeio) es una institución que imparte educación secundaria superior para jóvenes de entre 15-20 años.  

De cualquier manera, el nombre «liceo» se originó en Grecia, hace unos 2362 años.

Origen del nombre liceo

De una forma simple, la versión más aceptada dice que “liceo” viene del latín Lycēum y este del griego Λύκειον Lýkeion.

Λύκειον (Lýkeion, de donde Lycēum en latín) o “el Liceo”, era en la antigüedad un gimnasio*; un lugar salubre con caminos cubiertos, en un suburbio al este de Atenas y a un lado del río Ilisos  (Ιλισός, antigüamente Ἰλισσός). Al que dieron ese nombre por su cercanía al templo de Apolo (uno de sus epítetos era Λύκειος = lýkeios, ‘el que mata lobos’) que se llamaba Ἀπολλώνιον (Apollóvion), término derivado de ἀπόλλῡμι (apollumi), ‘matar, destruir, ‘arruinar’, ‘perecer’. 

El Λύκειον llegó a ser un lugar de descanso para Sócrates, según dice Platón en el Eutifrón, uno de sus diálogos. Allí Aristóteles pronunciaba sus disertaciones mientras que caminaba entre la arboleda, por eso a sus discípulos y seguidores los llamaron Λύκειος  Περιπατητικοί (Lýkeios Peripatetikoi), “los que aprenden mientras pasean”. De περιπατητικός peripatētikós (que pasea).

El gimnasio griego no era sólo un lugar para ejercitar el cuerpo

*La palabra gimnasio es un sustantivo que proviene del latín clásico gymnăsĭum (del griego γυμνάσιον = gymnásion): “lugar público que los griegos destinaban para ejercitar el cuerpo»,  pero también un gimnasio era una “escuela filosófica, academia de letras», pues los gimnasios no sólo servían para ejercicios atléticos, sino para el aprendizaje de ciertas disciplinas del conocimiento y las artes; “lugar de reunión para las conversaciones”, etc. Es necesario que el lector lea también la entrada «gimnasio» en este mismo sitio.

Apolo y sus epítetos

Apolo (Ἀπόλλων Apollôn), un dios olímpico y su hermana gemela Artemisa, nacieron en la isla flotante y estéril de Delos (Δήλος). Ambos fueron hijos de Zeus y de Leto (Λητω o Latona para los romanos), que tuvo que huir de Hera a ese lugar. 

Apolo tenía muchos epítetos (decenas de apodos o sobrenombres), por poseer (según Homero y otros escritores griegos) muchas facultades y títulos: era básicamente el dios del bien y la belleza, el que presidía el arte adivinatorio, cantaba sobre los hechos del pasado, maestro de canto y de música. Era el dios de los arqueros, cuyas flechas eran las armas que herían y purificaban, el médico que devolvía la salud (ἰατρός, iatrós) y padre del legendario médico Asclepio; también un talentoso intérprete de la lira. Se le rendía tributo como dios del Sol y de la luz. Tuvo amores con varias ninfas y con algunas musas, a las que dirigía en los coros. Se le representa como un joven con el pelo largo y suelto.

Λύκειος

Λύκειος (Lýkeios), Ἀπόλλων (Apollôn) Λύκειος (Lýkeios) suele traducirse como “el matador de lobos”, aunque su significado es algo discutible, pero es el que parece más aceptado. 

Deriva de λύκος (lýkos) que significa “lobo”, el emblema griego de la fiereza y la crueldad. Otros dicen que proviene de *λύκη, lukê, un radical que significa “luz”, que nada más se encuentra en las Saturnales del escritor romano Macrobio (finales del siglo IV d. C.), en este caso el apodo significa “el dador de luz”. Finalmente, otros creen que el epíteto se refiere al país de Λυκία Lykia (latinizado como Lycia, Licia en castellano) al suroeste de Anatolia, hoy Turquía; ya que era adorado en el Monte Cragus que ahí se encuentra, pero también se le rendía adoración en otros lugares griegos.

El problema sobre este enigma, es que si se revisa la literatura griega antigua, hay ciertos pasajes que dan crédito a cada una de estas tres versiones. 

Así mismo,  siempre que el dios aparece con el nombre Λύκειος, existen tradiciones vinculadas a los lobos. Leto llegó a Delos como una loba; los lobos protegían los tesoros de Apolo; y cerca del gran altar de Delfos había un lobo (véase).

Λύκοκτονος (Lykoktonos)

Otro epíteto de Apolo es λύκοκτονος (lýkoktonos), que también significa “el que mata lobos”, en escritos de Sófocles (siglo V a. C.) y Pausanias (siglo II d. C.). De λύκος (lobo) y κτείνω (yo mato), κτανών (asesino, el que mata).

Hay un género de hongos que se llama Rhizoctonia y que precisamente significa ‘que mata raíces’, con ῥίζα (rhiza, raíz) más κτείνω (kteíno, yo mato o destruyo). Por supuesto que es un neologismo de los micólogos.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 21 de enero de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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