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bucanero, barbacoa

BUCANERO

El término «bucanero» en español era un corsario, filibustero o pirata que, durante los siglos XVII-XVIII, se dedicaba a saquear las posesiones españolas en América. Aunque el término ya existía, la RAE lo incluye hasta 1927.

El vocablo ‘bucanero’ deriva del francés boucanier, atestiguado en esta lengua desde 1654: ‘aventurero que cazaba bueyes silvestres en las Antillas’, y después se usó con el significado de ‘pirata’ o ‘corsario’, derivado de boucan más el sufijo -ier que indica ‘ocupación. De donde pasó al inglés como buccaneer, hacia el año 1660. Algunas fuentes dicen que el español ‘bucanero’ no llegó del francés, sino del inglés. 

Boucanier en francés (cazador de bueyes silvestres) deriva de boucan (‘carne ahumada’, ‘el que atasajaba la carne para después ahumarla’ o ‘hacer comercio con las pieles’), del tupí moka’ẽ, mboka’ẽ, mocaém, ‘parrilla indígena para asar carne’. Los boucanier eran los aventureros franceses de Santo Domingo, quienes preparaban la carne de bueyes y cerdos a la manera de los indígenas.

Por lo antes dicho, se concluye que las palabras bucanero y barbacoa tienen un origen común.

El tupí es una lengua de la familia lingüística tupí-guaraní, de origen sudamericano, especialmente de Brasil y Paraguay.

Los llamados boucanier en francés, luego se hicieron piratas o bucaneros

Por los hábitos de saqueo y pillaje que luego adquirieron esas gentes (los boucanier), se comenzó a aplicar el mismo término a los piratas que merodeaban por las costas de América, en los tiempos de la Colonia.

Todo comenzó en los primeros años del siglo XVII, cuando aventureros europeos (ingleses, franceses, holandeses) ocuparon algunas islas antillanas, que inicialmente se dedicaban a la caza de reses salvajes, cuya carne la secaban y ahumaban al estilo de los nativos; método que en francés se llamó boucanage (de boucan más el sufijo -age que indica acción o colectividad).

Pero, como esta actividad era clandestina, y además practicaban la piratería o correrías marítimas contra las colonias españolas, fueron confundidos —bueno, hacían lo mismo— y perseguidos como los filibusteros, principalmente por españoles y franceses. 

Los bucaneros primero se asentaron en la isla San Cristóbal, pero los españoles los expulsaron (hacia 1630), así que ocuparon luego la isla Tortuga y la región norte de Santo Domingo. Como el asedio español continuó, se fueron a Jamaica, bajo la protección británica. Finalmente, por diversas razones, allá por el año 1713, la actividad de los bucaneros comenzó su declive.

BARBACOA 

La barbacoa es: a) ‘la parrilla utilizada para asar carne o pescado’; b) ‘Los alimentos que se preparan de esa forma’. Esta palabra viene de barbacoa (la parrilla para asar carne), probablemente un término de origen taíno, una lengua hablada por los indígenas de Las Antillas Mayores y las Bahamas, sin duda, relacionado con el vocablo boucan arriba citado.

De ‘barbacoa’ en español de América, surgió el verbo inglés barbecue (hacia 1690): “asar sobre una parrilla”, y pocos años después, el sustantivo barbecue, “el animal o su carne que se asa en dicha parrilla”.

El vocablo español barbacoa aparece en el diccionario de Vicente Salvá de 1846: “zarzo que levantado del suelo sobre unas horquillas, sirve para varios usos”.

Los españoles quizá tomaron el término “barbacoa” de barbacoa o barbakoa, como la llamaban los arahuacos taínos, que ya vivían en Haití antes de la llegada de los europeos.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 8 de octubre de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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