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propóleos

Generalidades sobre el ‘propóleo’

El propóleos (DLE, 2020) o propóleo es una sustancia parduzca o rojiza y resinosa recolectada por las abejas de los brotes de ciertos árboles, que estos insectos utilizan como pegamento y para sellar grietas y endurecer las celdillas en la construcción de sus panales, antes de iniciar la elaboración de la miel.

Propóleo sobre la barra superior . Foto tomada por Tiktaalikbreeder – Own work, CC BY-SA 4.0, https://commons.wikimedia.org/w/index.php?curid=46418754.

https://en.wikipedia.org/wiki/Propolis#/media/File:Propolized_bars_pulled_apart.JPG

Etimología de ‘propóleo’

La palabra propóleos proviene del latín prŏpŏlis (diccionario Gaffiot p. 1258), que escritores romanos como Marco Terencio Varrón (116-27 a. C.) y Plinio el Viejo (23-79 d. C.) usaron para denominar a “la materia resinosa de las abejas, que sirve para sellar o cerrar los panales que ellas construyen”. A su vez derivado del griego antiguo πρόπολις = própolis y su genitivo προπόλεως propóleōs. La palabra πρόπολις significó originalmente ‘las proximidades, la muralla o los suburbios de una ciudad, y después, en sentido figurado, “la materia resinosa de los panales, pegamento de las abejas…”. Este significado se debe a que los escritores y eruditos de aquellos tiempos, encontraron una analogía entre el propóleo de estos himenópteros, con la ubicación de la própolis de los griegos o las afueras de las ciudades… o frente a los panales. Ya que su interior, donde se encuentra la reina y miembros de otras castas, puede equipararse a una ‘ciudad’, con su propia dinámica.

En la palabra πρόπολις (própolis) están presentes el prefijo  προ- (pro-), que indica ‘antes’, ‘antes de’, ‘anterior’, ‘enfrente de’, ‘a la entrada de’; más πόλις = pólis, que significa ‘ciudad’, ‘Estado’, de donde proceden palabras como política, metrópoli, cosmopolita, megalópolis, necrópolis y otras. Por lo tanto, y como ya se explicó, la própolis es lo que se encuentra ‘antes del’ (pro-) ‘interior del panal’ o la ciudad (pólis) en la que las abejas habitan.

¿Qué es?

El propóleos (el DLE también acepta ‘propóleo’) es una mezcla resinosa que producen las abejas (Apis mellifera L. 1758), mezclando su saliva y ciertas ceras, con exudados recogidos de los brotes de ciertos árboles, savia de flores y otros productos botánicos. Su color varía pero predomina el café oscuro o marrón. Sirve para proteger los panales de bacterias, hongos, y otros microorganismos lesivos a la colonia de abejas. Asimismo, le da más firmeza y bloquea entradas innecesarias y peligrosas

Ha sido utilizado como remedio natural contra muchas enfermedades en humanos desde tiempos muy remotos por egipcios, griegos, romanos, sudamericanos. Existen ciertas evidencias de que puede curar infecciones bacterianas, víricas (herpes labial), por hongos, etc. Así como efectos antiinflamatorios, hepatoprotectores y promotores de la salud cutánea.

El propóleos es muy apreciado por sus propiedades medicinales, sobre todo en el este de Europa, Asia y Sudamérica. Hay pruebas de que posee propiedades antitumorales, es protector hepático, antioxidante y antimicrobiano.

Propóleo en bruto o en su estado natural, foto copiada el 11 de diciembre de 2020. https://fr.wikipedia.org/wiki/Propolis#/media/Fichier:Propolis_taruvaik.jpg

Referencias bíblicas

No hay certidumbre si los primeros registros mencionan o no el uso del propóleos. Según el libro bíblico del Génesis (hacia el año 1700 a. C.), el tzori (tal vez palabra hebrea arcaica que significa propóleo, quizás un bálsamo o un compuesto vegetal curativo), fue llevado a Egipto, y sus propiedades curativas se mencionan tres veces en el libro de Jeremías (¿siglo VII a. C.?). Probablemente la cera negra que se menciona en el papiro egipcio de Ebers, que data más o menos del año 1550 a. C., era propóleo.

Propóleo en la colmena. Foto tomada por Abalg. Copiada el 11 de diciembre de 2020.

https://en.wikipedia.org/wiki/Propolis#/media/File:Propolis_in_beehives.jpg

Datos históricos

Los egipcios sabían bien de las propiedades preservativas del propóleo, y lo usaban como ingrediente para embalsamar. Asimismo, los médicos griegos y romanos de la antigüedad (Dioscórides, Plinio, Galeno y otros), conocían los efectos curativos del propóleo. Aristóteles (384-322 a. C.), probablemente le atribuyó propiedades medicinales o cicatrizantes contra llagas supurantes y contusiones. Según el romano Varrón, el propóleo era más caro que la miel, porque se utilizaba con éxito para hacer cataplasmas.

También se empleó como antiséptico y cicatrizante para tratar heridas de la boca. Y sus usos continuaron durante el Medievo, incluso entre los médicos árabes. Los incas lo usaban contra la fiebre, y en Londres (s. XVII) era un fármaco oficial. Durante los siglos XVII-XX se usó mucho en Europa debido a su propiedad antibacteriana.   https://www.ncbi.nlm.nih.gov/pmc/articles/PMC3657397/

Advertencia

Debe aclararse que el panal es «el grupo de celdillas prismáticas hechas de cera… que las abejas y algunas avispas construyen dentro de la colmena para almacenar la miel. Mientras que la colmena es la habitación natural (por ejemplo, un tronco hueco) o construida por el hombre (el apicultor), donde las abejas viven y construyen su panal (DLE, 2020). Colmena es palabra de origen céltico. En cambio, el vocablo panal procede del latín.

Lectura sugerida:

Simone-Finstrom & Marla Spivak. February 2010. Propolis and bee health: the natural history and significance of resine use by honey bees. Online.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 11 de diciembre de 2020.

Categoría: ciencia, cultismos

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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