Significado de bruma
Bruma es un término que significa: niebla débil o ligera que permite una visibilidad superior a un km, por oposición a la niebla propiamente dicha, que no deja ver a más de un km de distancia. En sentido figurado, falta o vacío de claridad del pensamiento, por ejemplo, “las brumas del alcohol”. También se emplea para denotar algo que no podemos conocer a detalle, por la lejanía en el tiempo, por ejemplo: “muchas palabras son tan antiguas, que su origen se pierde en la bruma de los siglos”.
Etimología del vocablo bruma
Una advertencia inicial: la palabra «bruma» de la que ahora nos ocupamos, no tiene relación alguna con los términos «broma», «abrumar«, «abrumado», y «abrumador», que explico aquí.
La palabra bruma es un cultismo que proviene del latín bruma, que originalmente significó “invierno” o más bien, “solsticio de invierno”, o el día más corto del año, que en el hemisferio norte (donde se encontraba la civilización romana, la cuna del latín) sucede entre el 21-22 de diciembre.
Bruma es en realidad una contracción de la palabra brevima, que es el superlativo de brĕvis (de donde procede el término ‘breve’), un adjetivo que significa “algo corto, en extensión o duración”. Precisamente porque, como recién señalé, el día más corto del año se produce en el solsticio de invierno; y debido a que en la región del Mediterráneo se producen estas nieblas ligeras en la temporada invernal, después les dieron este nombre (bruma, brumas) y luego se aplicó a cualquier niebla ligera, sin importar el lugar del planeta donde se produzcan.
Expresiones latinas con brĕvis (Diccionario Gaffiot latín-francés página 227)
En referencia al tiempo: breve tempus, “corto espacio de tiempo” (Cicerón); breviores noctes, “noches más cortas” (Julio César). Referidas al espacio: breviore itinere, “un camino más corto” (Julio César); statura brevis, “baja estatura” (Suetonio).
Los vocablos brūmālis (lo concerniente al solsticio de invierno, los tiempos invernales) y brūmōsus (acerca del invierno), son derivados de brĕvis.
Probable origen indoeuropeo
Estos términos latinos parecen tener nexos con la raíz indoeuropea *mreĝhu-, con el significado de “corto”. También vinculada a la palabra griega βραχύς = brachýs con igual significado, de donde proceden los términos ‘brazo’, ‘braquicéfalia’ (tener la cabeza pequeña), ‘braquícero’ (insectos dípteros con antenas cortas). En lengua gótica, gamaúrgjan que significa ‘acortar’.
Golpe de Estado del 18 brumario año VIII (Francia)
Los que hemos estudiado alguna vez Historia Universal, tal vez recordemos el término “brumario” (literalmente, lo relacionado con la bruma o con la época invernal), palabra derivada del francés brumaire, que era como llamaron al segundo mes del calendario republicano francés, en el cual, los días primero y último correspondían respectivamente al 22, 23 o 24 de octubre y el 20, 21 o 22 de noviembre, época en la que se producen brumas en el Mediterráneo, al sur de Francia. El Golpe de Estado del 18 brumario, año VIII, se realizó el 9 de noviembre de 1799 (del calendario gregoriano), que le dio el poder a Napoleón Bonaparte (1769-1821), quien, después de las victorias logradas en Italia (1796-1797) y Egipto (1789), regresó a Francia e instaló el Consulado (un nuevo gobierno).
El 18 brumario hace referencia a que el 9 de noviembre representa el día número 18 del mes brumario, después del 22 de octubre, cuando comenzó el segundo mes arriba citado.
Además, como este calendario inició el 22 de septiembre de 1792 (día del equinoccio de otoño y fecha en la que se proclamó la República I), entonces, el 9 de noviembre de 1799 ya era el año VIII.
Nomenclatura del Calendario republicano (Calendrier républicain) francés
El calendario republicano constaba de 12 meses de 30 días, más 5 que se agregaban después del último mes. El nombre de los meses obedecía a las cosas más sobresalientes o simbólicas que sucedían en cada caso. Así, por ejemplo, para la temporada otoñal, eran Vendimiario (vendémaire, el primer mes, del latín, vindemia, ‘la vendimia de las cosechas’) Brumario (brumaire, de brume, por las brumas del Mediterráneo) y Frimiario (frimaire, de frimas, ‘niebla’). En invierno, Nivoso (nivōse, del latín nivousus, ‘nevoso’, con nevadas, Pluvioso (pluviōse, ‘lluvioso’, del latín pluviosus, ‘lluvioso’, el quinto mes, por las lluvias invernales propias del clima Mediterráneo) y el Ventoso (ventōse, del latín ventosus, ‘ventoso’, con vientos frecuentes), etc.
El término calima (antes calina)
La calima es una mezcla de polvo, a veces humo o sal marina y humedad que empaña o enturbia el aire. Una nube formada por partículas sólidas en suspensión, que por su tamaño no podemos verlas a simple vista. Algunos la llaman bruma seca, para distinguirla de la que se produce por abundantes gotículas de agua, que miden unas cien micras o menos de diámetro.
Origen
La palabra calima procede de calina (nombre castellano original), voz derivada del latín caliginem, el acusativo de cālīgo, –inis (caliginis), que originalmente quizás significó “abundancia de humo negro”, pero también: “una atmósfera totalmente oscura”, “niebla espesa”, “capa de aire oscura”, “polvareda muy densa”, “algo tenebroso”, “sombra”. Así como oscurecimiento o debilidad de la vista, turbación, confusión. Además se usó con el sentido de “ceguera profunda del alma” (caeca caligo mentis); “lo triste y aflictivo de los tiempos” (caligo temporum); “eclipsar la gloria de alguien” (alicui obducere caliginem). (Gaffiot, página 245). En conclusión, este término nos da la idea de “algo que nubla, oscurece», que no deja ver claramente.
Calima: el significado actual
Calima, en su sentido actual, consiste en partículas de polvo o arena en suspensión, cuya densidad dificulta la visibilidad (DLE 2021). Las calimas son frecuentes, por ejemplo, durante los meses de marzo-mayo en el altiplano de México, cuando abundan las polvaredas, motivadas por los vientos fuertes y secos propios de esa época. En las regiones meridionales de Europa, como en islas Canarias, sur de España y Francia, son frecuentes las calimas motivadas por vientos saharianos que transportan enormes cantidades de polvo. Incluso el polvo del Sahara* puede llegar hasta América en muchos casos.
*Sahara es palabra que procede del árabe aṣ-Ṣaḥara’ al- Kubrā, que significa «el gran desierto».
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 23 de abril de 2021.