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orgullo, orgulloso, enorgullecer

Orgullo, orgulloso y sus definiciones

Orgullo (sustantivo)

El orgullo es un sentimiento de satisfacción y a veces de superioridad, causado por la valoración de que lo que se es, se hace o se tiene es muy bueno. Tiene una connotación positiva y otra negativa.

  • Si alguien siente orgullo o satisfacción de sí mismo, de los propios méritos, habilidades, cualidades y de lo que a uno le pertenece ¡excelente! Porque guió a sus hijos por el sendero del bien ¡Qué bueno! Sentir un gran orgullo por haber contribuido en la formación académica de miles de alumnos, por haber salvado muchas vidas en su desempeño como médico ¡Enhorabuena! ¡Congratulaciones!
  • Pero en el mal sentido, orgullo es un sentimiento de superioridad y menosprecio de los demás, es arrogancia, vanidad, exceso de estimación propia, un veneno que puede demoler nuestra existencia. Por ejemplo: Sentir orgullo de beber más alcohol que los demás sin “perder el control” de sí mismo. De pertenecer a una pandilla delictiva. De engañar hábilmente a sus padres. De ser el chico más temido del barrio. Eso es un orgullo que carcome al que lo siente.

Orgulloso (adjetivo)

Orgulloso significa ‘que tiene orgullo’, o ‘que tiene orgullo’, pero en demasía. Eres orgullosa, altanera y bonita. Me siento orgulloso de haber sorteado tantas dificultades. En el término “orgulloso” encontramos la palabra “orgullo” más el sufijo -oso, del latín -osus, que forma adjetivos a partir de sustantivos y a veces de verbos, por ejemplo, miedoso de miedo, gozoso de gozo, boscoso de bosque, delicioso de delicia, famoso de fama. Un buen ejemplo en latín es ‘portentosus’ que significa portentoso, prodigioso. El sufijo -oso a veces indica ‘semejante a’, como en azuloso de azul y verdoso de verde.

Sobre el origen de la palabra orgullo

Ahora se acepta que el término “orgullo” viene del catalán pero tiene origen germánico, pero entre los siglos XVII-XVIII hubo algunos que le atribuían un origen griego, de ὀργάω (orgao) “entusiasmarse, excitarse”, a su vez de ὀργή (orgé) “propensión, impulso natural, cólera, ira” (diccionario Francisco del Rosal 1611). 

En cambio, el diccionario de la RAE de 1737 dice: Orgullo. “Hinchazón del corazón y soberbia del que intenta alguna cosa. Covarrubias dice que algunos quieren que venga del verbo latino Arguo, con cierta inflexión, por ardor e inquietud con el que arguye…”

En ambos casos se trata de etimologías populares mal fundamentadas. El verbo latino argŭo (página 160) y su infinitivo arguĕre, significa “exponer con claridad”, “argüir”, “argumentar”, “inculpar”, “refutar”, “inculpar”. De este término deriva argüir, argumento, argumentar…

El origen del vocablo “orgullo” aceptado ahora consta de muchos elementos hipotéticos. Se sabe con certeza que llegó al español del catalán y que se documenta en nuestra lengua a mediados del siglo XIII (c. 1270). Orgulloso y enorgullecer son derivados de “orgullo”.

“Enorgullecer” significa llenar de orgullo, alardear, pavonear, presumir, vanagloriarse, etc. contiene el prefijo en-, em- antes de b o p, del latín in- que, sin significación clara (algo así como ‘hacer que sea’) forma derivados. Por ejemplo: embellecer, embrutecer, importunar, ensuciar, entristecer, enardecer, empecinar, embellecer, enorgullecer. Y la terminación -er (del latín –ēre) de los verbos en infinitivo de la segunda conjugación, como aborrecer, cometer, comer, cocer, tener y padecer.

“Orgullo” proviene del catalán orgull y éste del fráncico *ŭrgōlī (término no atestiguado) que significa “excelencia”, “eminencia”, “superioridad”, “grandiosidad”, “excelsitud”. Del alto alemán antiguo urguol “insigne”, “excelso”, “eximio”, “eminente”. Corominas (página 426) dice que “la ll (doble ele) de orgull y el cambio de o abierta en u solo puede explicarse por la fonética catalana”.

Catalán, fráncico, alto alemán antiguo

  • El catalán es una lengua romance hablada por unos 10 millones de personas en Cataluña, Valencia, las islas Baleares, Rosellón (Francia), Andorra, Alguer (noroeste de la isla de Cerdeña) y en partes de Aragón. Tiene dialectos como el valenciano y el mallorquín. Hay desacuerdos sobre su origen. Unos creen que es una prolongación del provenzal (occitano) y otros que es de origen iberorrománico, que comprende lenguas romances, sobre todo el portugués, español, gallego y catalán. Hay documentos en catalán desde el siglo XI. 
  • Fráncico lengua germánica medieval, hablada entre los siglos V-IX por los antiguos francos de la clase media que dominaban la Galia.
  • El alto alemán antiguo se hablaba en el centro de Alemania entre los siglos VI-XI. 

El término urguol ( “insigne”, “excelso”, “eximio”, “eminente”) del alto alemán antiguo ya citado, probablemente sea un derivado del hipotético radical protogermánico *uzgōljō, de or- (fuera) más *gōl (ostentación, alarde, jactancia, vanagloria). De tal modo que el orgullo es el sentimiento de satisfacción, de alarde (*gōl ) que se exhibe, que se saca (or-) a la luz pública.

orgullo en francés

En francés actual es orgueil, del francés antiguo orgoill. Incluso, se especula que en bajo latín o latín vulgar medieval, tal vez se usaban los términos *orgollia, *orgolla, por influencia germánica.

Esta fuente menciona: *orgōliō (latín medieval), orgoglio (italiano), orgueil (francés), orgueilleusement (orgullosamente), orgoill (antiguo francés), orgulho (portugués), orgull (catalán y valenciano). Lo que evidencia un origen común.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 22 de octubre de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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