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Fedra

Fedra un antropónimo de mujer

Fedra, nombre femenino de persona, deriva del griego Φαίδρα = Phaídra, Phaedra a su vez del griego antiguo φαιδρός = phaidrós que significa “brillante”, “claro”, de φάος (phaos) “luz del día”, de la luna, de las estrellas, de los ojos, etc., relacionado con φῶς (phos) “luz”. Федра en ruso, búlgaro y ucraniano.

El antecedente escrito más antiguo del nombre Φαίδρα = Phaídra, Phaedra se encuentra en el poema épico homérico Ὀδύσσεια, Odýsseia en griego antiguo, Odisea XI, 321 cuando Odiseo nos narra se viaje al Hades.

El mito de Fedra y de Hipólito  

Sobre el mito de Hipólito y Fedra hay varias versiones, ya que aparece en escritores como Apolodoro, Eurípides (representada en Atenas el año 429 a. C.), Estrabón, Filóstrato, Ovidio, Plutarco, Séneca el Joven, Servio, Sículo, el francés Jean Racine (siglo XVII) y otros.

Según la mitología griega, hace mucho mucho tiempo, cuando se difuminaban dioses, héroes y mortales, allá por el año 1700 antes de Cristo, durante la Grecia Preclásica, Fedra era hija de Minos, soberano de Creta y de su esposa Pasífae, practicante de la brujería, hija inmortal del dios Helios. Fedra era además hermana de Ariadna y otros. Deucalión, hermano de Fedra, la ofreció en matrimonio a Teseo (Θησεύς, Theseús), rey de Atenas, aun estando casado con Hipólita (Ἱππολύτη), reina de las amazonas. Fedra tuvo dos hijos de Teseo, pero Afrodita, por venganza (no era venerada por Hipólito), hizo que se enamorara perdidamente de su hijastro Hipólito, hijo de su marido. Pero Hipólito (Ἱππόλυτος, Hippólitos)  despreció a su madrastra por su enfermiza obsesión incestuosa, porque a él no le interesaban las mujeres, era feliz cazando y con sus caballos, precisamente su nombre significa “el que libera los caballos».

Por el temor de que Hipólito fuera a contarle a Teseo de sus torcidas intenciones, lo acusó de haber tratado de seducirla. Teseo le creyó a Fedra y pidió fervientemente a Poseidón (el dios griego del mar y de las tormentas) que provocara la muerte de Hipólito. Un horrible monstruo salió del mar y aterrorizó a los caballos arrastrando a Hipólito entre las rocas hasta que murió. Cuando Fedra se enteró, se sintió inmensamente culpable y se ahorcó. Y así termina el mito.

Hipólito, Fedra y Teseo. Siglo XVIII. Lo está acusando de intentar violarla y Teseo muestra un rostro iracundo. Autor: Desconocido. German School 18th century. Fuente https://commons.wikimedia.org/wiki/File:German_school_Hippolytus,_Phaedra_and_Theseus.jpeg.

Fedra en diferentes obras literarias

La temática de F. ha servido de inspiración a muchas obras literarias. Por ejemplo, Sófocles le dedicó una tragedia ahora perdida. La mejor tragedia de Séneca se llama Fedra. Platón escribió hacia el año 370 d. C. su diálogo Fedro (Φαίδρος), donde trata sobre temas eróticos de sexo y amor. Aquí puedes leer su versión en español. También hubo un mártir cristiano del siglo III llamado Phaedrus

Puedes disfrutar en este sitio la versión de Séneca el Joven (finales del siglo I d. C.) del mito de Hipólito y Fedra

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 19 de octubre de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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