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póstumo

“Póstumo” es un adjetivo que se refiere a:

Un hijo que nace después de la muerte de su padre. José es el hijo póstumo de don Miguel.

Una obra que sale a la luz pública después de la muerte del autor. Entre las obras póstumas de César Vallejo destacaron Poemas humanos (1939) y España, aparta de mí este cáliz (1940) donde muestra su visión sobre la Guerra Civil Española, entre otros.

Un homenaje o acto que se celebra en honor de algo o alguien, quien siempre es una persona ya fallecida. Especialmente si su muerte es reciente. La poetisa Gabriela Mistral, nombrada como Ciudadana Ilustre Póstuma por el Concejo Municipal de La Serena.

Etimología de “póstumo”

La palabra “póstumo” proviene del latín tardío posthumus (forma errónea por etimología popular), tomado del latín clásico postŭmus (nominativo singular masculino), que originalmente significa ‘último’, ‘que sobrevive’, ‘el último hijo’ (en Plauto), el superlativo de postĕrus , un adjetivo que significa ‘que viene después’, ‘siguiente’, por ejemplo en postero die, ‘al día siguiente’; también ‘la posteridad’, ‘los descendientes’: postera et consequentia, ‘los resultados y consecuencias’. 

Postumus (el superlativo de posterus), entonces significa “el último de los últimos”, “el definitivamente último legado o herencia material o espiritual, que deja una persona cuando muere” ya que nada más puede dejar, pues ha abandonado para siempre la existencia. Dicho legado puede ser material (bienes, deudas, hijos) o espiritual (enseñanzas, principios morales, obras escritas, ideales).

¿Cómo se forma postŭmos, el superlativo de posterus?

Postumus lleva al final el sufijo superlativo -mus, -umus, -imus (del indoeuropeo *mo-). Por ejemplo, ultĭmus es el grado superlativo de ulter que significa ‘lo más (-mus) alejado o remoto’, ‘que está más allá’; de donde deriva el término «ulterior». El mismo sufijo está en intimus ‘lo más oculto o profundo’ y celeberrimus, ‘celebérrimo’, ‘con mucha celebridad y aplauso’, superlativo de celeber, ‘célebre’.

Simplificando más las cosas, “postumus” se forma con el prefijo post- (después), más el sufijo superlativo -umus. Entonces postumus se traduce como “lo verdaderamente último”, o en lenguaje coloquial, «lo ultísimo» o bueno, «lo ultimísimo». Del mismo modo que uno dice «esta comida está sabrosísima», «estás guapísima», «quedó buenísima la sopa». Adjetivos con el sufijo también superlativo -ísimo del latín –issimus, y que tiene relación de origen con -umus. Pero eso es otro asunto del que tal vez luego me ocuparé.

Posthumus producto de una etimología popular

Es muy importante aclarar que “posthumus” es un término que los hablantes del latín adoptaron de una manera errónea y lo reemplazaron por postumus, el verdadero origen de nuestro adjetivo “póstumo” ¿Qué fue lo que sucedió? 

Según los estudiosos de las etimologías, las personas identificaron de una manera incorrecta el sufijo -umus (ya citado) con el término también latino humus que significa “la tierra”, “el suelo que pisamos”, relacionándolo con la tierra que cubre al difunto cuando es sepultado. 

Luego entonces, en lugar de post- más –umus ya explicado arriba, unieron post- con humus, es decir, “después (post-) de que la tierra (humus) ha cubierto la tumba de una persona muerta”. Y lo curioso es que el inglés aceptó el incorrecto posthumus y creó su adjetivo posthumous, “póstumo”. El francés hizo lo mismo y creó posthume (en lugar de póstumo), con el significado de: “después de la muerte”, “nacido de un padre muerto”. Este es un excelente ejemplo de etimología popular.

En cambio, el italiano y el portugués crearon el término a partir de la etimología correcta. Postumo y póstumo respectivamente.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 31 de enero de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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