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ebrio, briago, embriagar, emergencia

Definiciones de ebrio, briago y embriagar

  • Ebrio (adjetivo), relacionado con personas embriagadas por la bebida, por supuesto, alcohólica o espirituosa. 
  • Ebrio también se usa mucho en sentido figurado para indicar que alguien está intensamente dominado, por una pasión o arrebato. Ebrio de amor, de ira, de emoción. Con este mismo sentido, “ebrio” es estar ciego, ido, trastornado, alucinado por algo o alguien.

Sinónimos de ‘ebrio’: borracho, bebido, beodo, tomado, briago, cuete, pedo, pistiado o pisteado (en México, aunque el DLE le da otro significado a ‘pisto’), estar o andar hasta las chanclas.

Antónimos: sobrio, sereno.

  • Briago, un adjetivo muy usado en México, es lo mismo que ebrio; pero solo usado con el significado de estar bajo el efecto del alcohol. Anoche llegó mi sobrino bien briago. Y todos nos pusimos bien briagos.
  • Borracho, borracha (adjetivo de origen catalán): «que está ebrio»; «que le gusta beber alcohol con frecuencia», «un alcohólico» (sustantivo). Dominado por alguna pasión. Como sustantivo: «bota u odre para el vino». No vayas a esa fiesta, porque irán puros borrachos. Mi tío anda muy borracho y enloquecido.

Origen del término “ebrio”

“Ebrio” deriva del latín arcaico y preclásico (siglos IV-II a. C.) ēbrĭus (femenino ēbrĭa), un adjetivo que significa “que ha bebido lo suficiente para estar lleno”, “ebrio”, “atrapado por el vino”; “saciado, harto por el vino”; pero también en sentido figurado: regina fortuna dulci ebria (Horacio) “intoxicado por la abundancia o buena fortuna; dulcis pueri ebrios ocellos «ebrio de amor». De ēbrĭus derivó el antónimo sōbrĭus (se-, so- + ebrius) ‘sobrio’, ‘que no bebe, que se modera’. Ambos términos comparten el componente -br- -brio.

Ēbrĭus es un érmino atestiguado desde obras del poeta romano Cneos Nevio del siglo III a. C. escritores como Plauto, Cicerón, Ovidio, Horacio, Quintiliano, Séneca y otros también escribieron esta palabra en sus obras. En la Biblia aparece en el libro de La Revelación 17:6 “Vi a la mujer ebria de sangre de los santos…”. Otras frases: ebria bruma (invierno helado que invita a beber); ebria verba (las palabras de un borracho); ebria nox (noche dedicada a la embriaguez).

e- + brĭa

Aunque discutible (algunos piensan que quizá sea una etimología popular), en ēbrĭus podemos distinguir e-, ex- más -brius. E-, ex- puede indicar otras cosas, pero en este caso, ‘separación’, ‘desde’, ‘de’, ‘extraer algo’. Mientras que –brio, -brius, probablemente deriva del término, atestiguado con poca frecuencia, brĭa, un sustantivo que designa a “cierto vaso, copa o jarrón para el vino”. Por lo tanto, a  ēbrĭus podemos interpretarlo como “el que vacía o saca (e-) el vino de la copa (brĭa). Parece convincente, pero algunos lingüistas tienen sus dudas.

Emergere, emergencia, emergencia médica, salir de emergencia 

Un buen ejemplo del significado de e- es el verbo emergo, emergere, ‘emerger’, ‘aparecer’, ‘manifestarse’ (e-, ‘algo que aflora, que sale’ + el verbo mergo, mergere ‘sumergir’, ‘hundir’), es decir, algo que está sumergido, pero de pronto sale, se hace visible, de donde procede la palabra “emergencia”, tan aplicado en los hospitales: ‘emergencia médica’, la persona estaba razonablemente bien, y de pronto emerge un problema de salud inesperado.

briago  

Briago procede de ēbrĭācus, un sinónimo de ēbrĭus, que aparece escrito en la Biblia Vetus Latina (antigua versión latina del Antiguo Testamento o Septuaginta de las siglos II-III, anterior a la Vulgata de San Jerónima. Vetus, veteris en latín significa “viejo”, de donde proviene la palabra veterano y veterinario.

embriagar

embriagar (em- + -briagar) es un verbo que significa “emborrachar”, “intoxicarse con bebidas alcohólicas”, “perder el control por beber en exceso”, “atontar”, “enajenar”, “enloquecer” (tu perfume me embriaga, me embriagan tus miradas). Te lo advertí, ya se embriagó tu amigo. Se embriagaron con ron.

El prefijo em- del latín in-, en este caso da la idea de ‘provocar algo’, ‘hacer que’, como en: embrutecer, empobrecer, empecinar y empoderar. Embriagar es un derivado del adjetivo español poco usado ‘embriago’, que finalmente también deriva de ēbrĭācus, de donde “briago”

Otras palabras derivadas de ēbrĭus

Ēbrĭōlus: ‘medio borracho’, ‘ligeramente ebrio’.

Ēbrĭōsus: ‘alcohólico’, ‘bebedor’, ‘entregado a la bebida’, como sustantivo, ‘un borracho’. Con el sufijo -osus que indica abundancia o mucha frecuencia, por ejemplo, en ‘lluvioso’, ‘furioso’ y ‘oloroso’.

Ēbrĭĕtās, ātis: ‘borrachera’, ‘embriaguez’. En sentido figurado, ‘abundante jugo en los frutos’.

Probable origen indoeuropeo de ēbrĭus

El término ēbrĭus y sus derivados, probablemente proviene del protoitálico *ēɣʷrjos (¿ebrio?, ¿borracho?), a su vez del Indoeuropeo *h₁ēgʷʰ-ryo-s, de *h₁egʷʰ- o también *egʷh, forma más antigua *h1egwh‑ (beber). También vinculada a otras voces en distintas lenguas. Por ejemplo, en antiguo griego:  

νήφω (népho) “ser o mantenerse sobrio”; νήφων (néphon) “austero”, “sobrio”;  νηφάλιος (nephálios) o νεφᾰλέος (nephaléos) “que no está mezclado con alcohol”, “una bebida compuesta de agua, miel y leche, νηφάλιος μειλίγματα (nephálios meiligmata), “bebida que ofrecían a las Euménides que persiguieron a Orestes; νηφαλιζω (nephalizo) “yo purifico mediante una libación sin vino”. 

ALGUNOS DATOS DE INTERÉS

El alcohol es una droga que se absorbe en el intestino delgado y que deprime o ralentiza el sistema nervioso central. Casi la totalidad (95%) es metabolizado en el hígado, mientras que entre el 5-10% se elimina sin cambios en la orina, el sudor y el aire exhalado. Una persona puede metabolizar (asimilar) unos 10 ml de alcohol puro o el equivalente a una onza (unos 28 gramos) de licor (whiskey, tequila, vodka, ginebra) cada 90 minutos. 

Regularmente se acumula en la sangre (alcoholemia), porque se absorbe con mayor rapidez que su oxidación y eliminación, cosa que sucede con mucha frecuencia, debido a que la persona bebe más rápido de lo que su cuerpo puede procesar y termina ebrio, porque le gana la carrera al hígado.

Expresando los valores en miligramos de alcohol por decilitro (100 ml) de sangre: Una alcoholemia de 50 produce tranquilidad y sedación; 50-150 inicia la falta de coordinación de movimientos y del habla; 150-200 una evidente intoxicación, probablemente se produce el delirium; 300-400 pérdida de la conciencia; 400 o más, pueden ocasionar un estado de coma y tal vez la muerte. El límite legal para conducir (algo variable según los países y estados) es de 100 mg/dl o menos. Es decir 5 gramos si una persona tiene 5 litros de sangre circulando en su cuerpo.

El grado de embriaguez se mide directamente en sangre o con un alcoholímetro que mide las concentraciones de alcohol en el aire que exhala una persona al respirar, que obviamente están determinadas por la alcoholemia . Si sobrepasa el límite arriba mencionado, el conductor se mete en problemas jurídicos. El motivo es que una persona ebria tarda más en tomar decisiones (frenar, aumentar o disminuir la velocidad, cambiar de carril, evadir obstáculos en el camino) que requieren rapidez, muy a menudo necesarias cuando uno conduce un vehículo.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 26 de diciembre de 2023.



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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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