ciencia, patrimoniales
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ponzoña, sustancia dañina

Definición

Ponzoña es una sustancia que tiene en sí propiedades dañinas para la salud, y algunas veces fatales o destructivas para la vida. A diferencia del veneno, que es introducido en la víctima por  mordedura (ciertas serpientes y otros reptiles) o picadura (algunas arañas, insectos, escorpiones y otros artrópodos), la ponzoña es liberada cuando el organismo que la contiene es comido o devorado (sapos, ranas, salamandras).

También se denomina ponzoña a ciertas ideas, doctrinas o prácticas que perjudican las buenas costumbres (DLE 2021).

Etimología de la palabra ‘ponzoña’

Ponzoña es sustantivo femenino que proviene del castellano arcaico pozón. Todavía en el siglo XIX, algunos diccionarios españoles tenían el término con el significado de ‘veneno’. Pozón es probablemente derivado de la forma no atestiguada *pontionia, -ea (bebida venenosa, ponzoña), procedente del verbo pōtĭōno, -āre (‘administrar o dar de beber un brebaje medicinal o venenoso’), documentado desde el latín clásico hasta el medieval; a su vez de pōtĭo, -ōnis, que significa ‘la bebida’, ‘el acto o acción de beber’, ‘poción’ o líquido que se bebe’, en especial con propiedades medicinales; también, ‘filtro mágico’ y ‘veneno’. Asimismo, Pōtĭo deriva del verbo pōto, pōtāre, cuyo significado es ‘beber’, ‘absorber’, de donde proviene el vocablo potabĭlis, que dio en español nuestra palabra ‘potable’ (que se puede beber).

En resumen: ponzoña < pozón < *pontionia < potionare < potio < potare.

Vínculos indoeuropeos

Estas palabras se asocian a la raíz indoeuropea *pō(i) = ‘beber’, también relacionada con la voz latina bibo, bibere (beber, brindar, de donde los términos: biberón, bebedor, bebercio, beber y quizá beer, ‘cerveza’ en inglés); y con el griego antiguo πόσις (pósis), ‘el acto de beber’, ‘bebida; así como con pātran (copa en sánscrito), etc.

Diferencia entre veneno y ponzoña

En el lenguaje ordinario o coloquial, los términos veneno, ponzoña, tóxico y tósigo son sinónimos, de manera que podemos decir, por ejemplo: araña venenosa o ponzoñosa. Sin embargo, en el lenguaje biológico se considera veneno a cualquier sustancia tóxica que secreta un animal y daña la salud o incluso produce la muerte del que la recibe, por medio de una mordedura o una picadura. Mientras que la ponzoña es una sustancia que afecta la fisiología normal o causa  la muerte cuando se ingiere, bebe, inhala, inyecta o es absorbida por cualquier vía.

La totalidad de los animales venenosos son ponzoñosos

Como puede verse, el concepto de ponzoña es más amplio que el de veneno. En lingüística, a la palabra que representa a conceptos más extensos se le llama hiperónimo, cuyo significado está incluido en el de otras palabras. En cambio, veneno es un concepto más restringido, y a la palabra en este caso se la llama hipónimo, es decir, cuando su significado incluye el de otra. De este modo, piojo es hipónimo de insecto. A su vez la palabra insecto es el hiperónimo de piojo, mariposa y mosca.

Luego entonces, todos los animales venenosos son ponzoñosos, pero no todos los ponzoñosos son venenosos. Un alacrán del género Centruroides y una serpiente mamba son animales ponzoñosos y venenosos, porque introducen su veneno por picadura o mordedura. En cambio, muchos anfibios (ranas, sapos, salamandras) son ponzoñosos no venenosos, debido a que llevan toxinas en la piel y otros órganos, que pueden ser peligrosas si alguien pretende comérselas. Así que lo mejor será no hacerlo.

Pero insisto, eso es en el lenguaje médico, porque en el habla común las cosas no son estrictamente de esa manera. Así, por ejemplo, solemos decir indistintamente: la araña viuda negra es venenosa o es ponzoñosa, de igual modo de los alacranes, serpientes de cascabel, etc. Finalmente los animales venenosos son, en primer lugar, ponzoñosos.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 21 de septiembre de 2021.

Categoría: ciencia, patrimoniales

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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