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estornudo

Significado de la palabra ‘estornudo’

El sustantivo estornudo significa ‘la acción o el efecto de estornudar’. Es una repentina expiración, espasmódica, violenta y audible, a través de la nariz y la boca, propiciada por un estímulo intenso que actúa sobre la mucosa nasal. La función del estornudo es expulsar moco con irritantes desde el interior de la nariz. Dicho estímulo puede ser de origen alérgico, congestión nasal, un olor irritante, polvo, una infección viral, aire frío. Al estornudar se pueden arrojar hasta unas 40.000 gotículas (gotas pequeñas) de moco y saliva de entre 0,5-5 micras de diámetro, y ser lanzadas hasta unos 8 m de distancia, en un lapso de unos 15-20 segundos; por lo tanto, son un medio de transmisión de enfermedades, como la gripe, la COVID-19 o SARS-CoV-2 y otras.

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Esta foto de 2009, captura un estornudo en curso, revelando la columna, en forma de cono alargado, de gotículas de saliva y moco, tal y como son arrojadas desde boca y nariz de este hombre. De este modo se ilustra la razón por la que uno necesita cubrirse su boca con el antebrazo al toser o estornudar, con el propósito de proteger a otras personas de gérmenes potencialmente patógenos. Foto de James Gathany – CDC Public Health Image library ID 11162. https://en.wikipedia.org/wiki/Sneeze#/media/File:Sneeze.JPG

Etimología de ‘estornudo’

El sustantivo estornudo procede del latín sternūmentum, literalmente, ‘estornudo’, con el sufijo latino -mentum, que en este caso indica resultado. Es decir, ‘el estornudo es la resultante (-mentum) de estornudar (sternutāre). Mientras que estornudar proviene del verbo sternūto, sternutāre (estornudar con frecuencia, estornudar a menudo), que es el frecuentativo del verbo sternŭo, sternuĕre (estornudar, chisporrotear o despedir chispas una vela, de seguro, por la analogía con lo súbito del estornudo). Locuciones: sternŭere omen (dar un presagio favorable estornudando); sternŭere approbationem (aprobar estornudando). Y es que entre los romanos de la antigüedad había muchas supersticiones.

Vínculos indoeuropeos

Estos vocablos se asocian a la raíz indoeuropea *pster-, *ster-, *ster-nu- (estornudar), de probable origen imitativo u onomatopéyico, simulando el típico sonido del estornudo. A la misma familia parece pertenecer el verbo stĕrere (roncar). Raíz también vinculada al griego antiguo πταρμός = ptarmós, ‘un estornudo’, término documentado en escritos de Hipócrates, Tucídides y Aristóteles. Así como al verbo  πτάρνυμαι = ptárnymai o ptárnumai, ‘estornudar’, como buen presagio, pero a veces también malo (A Greek-English lexicon página 1338).

Supersticiones acerca del estornudo

El estornudo ha sido motivo de diversas supersticiones en muchas culturas del mundo. En este caso, haré solo unos breves comentarios sobre algunas creencias ancestrales de los pueblos europeos, de donde —por razones históricas— procede buena parte de nuestras costumbres en América.

Cada cultura cree en la necesidad de expresar bendiciones después que alguien estornuda. Los italianos dicen ‘Felicita’; los alemanes, Gesundheit, (‘Jesús’ o ‘Salud’); los mexicanos decimos, ‘Jesús’, ‘Salud’, ‘Que Dios te proteja’, ‘Que Dios te cuide’; los estadounidenses dicen ‘God Bless You’ o ‘God Bless’ (que Dios te bendiga, ‘Salud’, ‘Jesús’), o simplemente, ‘Bless You’. Los árabes estrechan sus manos y se inclinan con reverencia.

Esto se debe a que hace siglos, el estornudo era considerado como un signo que ponía en peligro a la persona que lo hacía. Pues durante mucho tiempo, los humanos creían que el alma, —la esencia de la vida— habitaba en la cabeza, y que un estornudo podría, por accidente, expeler la fuerza vital. Esta sospecha era reforzada por ocasionales estornudos de personas que se encontraban en el lecho de muerte. Se hacían todos los esfuerzos por contenerlos o evitarlos, y un estornudo repentino e incontenible, era recibido con inmediatos cantos litúrgicos, deseando bienestar.

Bendiciones durante la antigüedad dirigidas a la persona que estornudaba

Los ilustrados del siglo IV a. C., tenían las enseñanzas de Aristóteles e Hipócrates, el ‘padre de la medicina’. Aunque ellos llegaron a explicar que el acto de estornudar era una especie de reacción de la cabeza, ante alguna sustancia extraña y dañina que se trepaba o arrastraba y penetraba dentro de las cavidades nasales. Asimismo, observaban que los estornudos, cuando se asociaban con ciertas enfermedades, frecuentemente presagiaban la muerte. Por ello, ante los estornudos de una persona muy enferma, daban sus bendiciones: ‘Que vivas mucho tiempo’, ‘Que disfrutes de una buena salud’, ‘Que Júpiter (el Dios Romano) te preserve’. Durante muchos años después, los médicos romanos aplicaban esta sabiduría popular y supersticiones a los estornudos.

No obstante, los romanos predicaban la idea que los estornudos, eran (a diferencia de los sujetos sanos) un intento del cuerpo enfermo de expulsar espíritus siniestros de las personas moribundas. De tal modo, que retener un estornudo, era como incubar una enfermedad, lo que llamaba a la debilidad y a la muerte. En consecuencia, surgió luego la idea generalizada en la Roma Imperial, de que los estornudos resultaban favorables, de modo que comenzaron a prevalecer las expresiones ‘post-estornudo’. Por ejemplo: ¡Congratulaciones!, ¡Felicidades!, hacia una persona que lograba un estornudo robusto y ‘bien ejecutado’.

La gran plaga europea del siglo VI y los decretos del papa Gregorio el Grande

La expresión cristiana “Que Dios te proteja”, tiene, sin embargo, un origen algo distinto. Esto comenzó con el decreto papal del siglo VI d. C., durante el reinado del papa Gregorio el Grande (Gregorius Magnus, papa romano, entre septiembre de 590 a marzo de 604). En aquellos lejanos años, una peste virulenta arrasó todo Italia, y uno de sus síntomas eran severos y frecuentes estornudos. Fatalmente fue una calamidad en la que la gente moría muy pronto, después de manifestar estos síntomas; de tal manera que los estornudos llegaron a considerarse como señal inminente de muerte.

Ante estas terribles circunstancias, Gregorio Magno, imploraba por la sanación de los enfermos. Además, ordenó que la bien intencionada y aparentemente pausada frase: “Ojalá disfrutes de buena salud”, fuera cambiada por una invocación más intensa y urgente, “Que Dios te proteja”. Y si no había cerca otra persona que pronunciara estas bendiciones, entonces el enfermo era advertido de exclamar en voz alta ¡Que Dios me ayude! (véase este interesante artículo de Pablo Fuentes Hinojo: Las grandes epidemias en la temprana Edad Media y su proyección para la Península Ibérica. Universidad Complutense. Madrid).

«Que Dios te bendiga» se extiende a toda Europa durante el alto Medievo

Las súplicas post-estornudo del papa Gregorio se extendieron por todo Europa junto con la peste, y la solemnidad o seriedad con la que un estornudo fue considerado, se incorporó a esta nueva expresión, que aún prevalece en el presente (año 2021). Pero sin el conocimiento de esta historia, sus palabras, por sí mismas, son confusas y vagas. Por eso es tan importante indagar sobre el origen y evolución de muchas cosas, lo que permite además tener temas interesantes que discutir o contar ¿Cierto?

El hilo fundamental de esta narrativa está basado en la edición impresa del libro Extraordinary Origins of Everyday Things (El extraordinario origen de las cosas de nuestra vida diaria). pp. 10-11. De Charles Panati. 1987. U. S. A.

Algunas consideraciones fisiológicas

Un estornudo ocurre a menudo cuando partículas del exterior, o estímulos externos pasan a través de los pelos intranasales, hasta alcanzar la mucosa. Lo que desencadena la liberación de histaminas, las cuales irritan las células nerviosas de la nariz que conducen señales al cerebro, para iniciar el estornudo a través de la red nerviosa del nervio trigémino (Nervus trigeminus, el quinto par craneal, con funciones motoras y sensoriales, cuyo nombre significa literalmente ‘los tres gemelos‘, por ser par y tener tres ramas, oftálmica, maxilar y mandibular). Cuando nos duele una muela, es el trigémino el nervio responsable de es ese ¡suplicio insufrible!

El cerebro capta estas señales, y activa los músculos faríngeos y traqueales, propiciando la apertura de las cavidades nasales y orales, terminando en la expulsión de una poderosa liberación de aire y partículas biológicas. En este complejo proceso fisiológico, que, ni por asomo pretendo explicar de manera exhaustiva, se involucran la participación de varios órganos de la parte superior del cuerpo, incluyendo músculos de la cara, garganta, y tórax.

Comentarios finales

No solamente los humanos estornudamos. Este fenómeno se da en muchos animales. Lo he visto en aves, caballos, asnos, perros, gatos, etc. Probablemente en todos los mamíferos. Cuando era niño, durante los años 1950s, me gustaba tomar mi gato y, maliciosamente, le doblaba un bigote (vibrisa labial) y se lo introducía en la nariz para que estornudara. Era una de tantas formas de divertirme ¡En aquella época no había celulares! Ni tantas cosas que ahora crea la tecnología y que a muchos enajena y extasía.

Si alguna ocasión se encuentran en un evento muy ceremonioso o solemne, y desean bloquear un estornudo, presionen con discreción la punta de su nariz unos 10-15 segundos y lo impiden. Funciona muy bien.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 14 de febrero de 2021.

Categoría: ciencia, patrimoniales

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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