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huracán, sinónimo de ciclón tropical

Definición de ‘huracán’

Un huracán es un ciclón tropical. Un  meteoro (no astronómico) que se desarrolla alrededor de los trópicos, concretamente en el océano Atlántico occidental o el golfo de México y el mar Caribe, así como el Pacífico nororiental, frente a las costas de Centroamérica y sur de México. Pero si se forma sobre el Pacífico occidental (frente a las costas de China, Vietnam, Filipinas, etc.) entonces se llama “tifón”. Los huracanes (desarrollados en el hemisferio norte) se desplazan siempre en dirección norte, noroeste o noreste a partir del punto de origen.

Por lo tanto, huracán, ciclón tropical, tifón son la misma cosa; la única diferencia es la ubicación geográfica de su desarrollo. Nada más que los términos más antiguos son ‘huracán’ y ‘tifón’ (c. siglo XVI) y ciclón tropical aparece hasta el siglo XIX. Recomiendo al lector consultar mis entradas “ciclón tropical” y «tifón» para mayores detalles.

Etimología de ‘huracán’

Aunque el término —en español— comenzó a usarse desde mediados del siglo XVI, fue hasta 1609, cuando el diccionario de las tres lenguas francesa, italiana y española de Girolamo Vittore lo incluye.

Diccionario de la RAE año 1734

Me gusta lo que dice la RAE de 1734 sobre ‘huracán’: “viento repentino, que con increíble ímpetu se mueve ordinariamente en remolinos. Causa tales efectos y tan horrendos, que parecen más que naturales: como llevarse grandes piedras, arrancar árboles, doblar los hierros de las rejas, derribar edificios y sumergir navíos”. Pero además atribuye el origen de la palabra al latín, pues agrega: “En latín le llaman Ventus furens*, de donde se pudo decir Furacán, y corrompido Huracán”. Llama la atención “viento repentino”, ya que en el siglo XVIII no había sistemas meteorológicos de detección ni predicción, así que llegaban de manera inesperada.

*Ventus significa ‘viento’ y fŭrens, ‘furioso’ del verbo fūro, furere, ‘enfurecerse, estar fuera de ’.

En el año 1884 ya dice la RAE que ‘huracán es una voz caribe’, y finalmente en 1992 dice que ‘es voz taína’.

‘Huracán’ es una voz caribeña

El vocablo ‘huracán’ —un nombre originalmente dado a una tormenta violenta de Indias Occidentales— procede del español del siglo XVI huracán, del taíno huracán, furacán o hurákan; término relacionado con kulakani (trueno causado por un relámpago) en arahuaco.

El taíno es una variante lingüística de las lenguas arahuacas que se hablaban en el Caribe y parte de Sudamérica cuando la conquista española. Los taínos eran un pueblo que vivía en Cuba, Puerto Rico y la Española (ahora Haití y República Dominicana). Territorios muy amenazados  por los huracanes cada verano. 

Huracán pasó del español al francés como ouragan, el portugues furacão, italiano uragano, holandés Orkaan, etc.

La palabra ‘huracán’ aparece escrita en español desde el siglo XVI 

Huracán se documenta en Gonzalo Fernández de Oviedo y Valdés (1478-1557), escritor español y cronista de Indias en su Historia general y natural de las Indias, cuya primera parte, dedicada a la historia natural (algo así como las ciencias naturales, que incluyen los fenómenos atmosféricos) se editó en 1535.

Furacán aparece en obras de Pedro Mártir de Anglería (1457-1526), un español, diplomático, historiador y cronista de Indias (1520). Por las fechas, es muy probable, que primero se escribió ‘furacán’.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 22 de mayo de 2023

Categoría: ciencia

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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