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bromo, hedor, olor repugnante

Generalidades

El bromo es un elemento químico, símbolo Br. Líquido rojo muy hediondo, miembro de los elementos halógenos del grupo 17 de la tabla periódica. 

Es un líquido no metálico denso, volátil, corrosivo, café-rojizo o rojo oscuro, que existe como un elemento diatómico, Br2 que despide vapores irritantes, aislado principalmente de aguas saladas. Usado como fumigante, en tinturas, compuestos para purificar el agua, en fotografía. Peso atómico 79,904; número atómico 35; punto de fusión  -7.2°C; punto de ebullición 58.8°C; densidad del gas 7,59 g por litro y el líquido a 20°C, 3,12 g por ml. 

La mayor parte de este elemento se encuentra en el agua de mar (que es la principal fuente comercial) como bromuro, a una concentración de 65 ppm (partes por millón en peso). Los vapores del bromo son color ámbar e irritantes para los ojos, la piel y el aparato respiratorio, al grado que exponerse a ellos, aunque por poco tiempo, puede ser fatal.

Descubrimiento del bromo y acuñación de su nombre

Este elemento fue descubierto por dos científicos en trabajos independientes:

1- Hacia el año 1825, Antoine Jérôme Balard (1802-1876), un químico y boticario, nacido en Montpellier, Francia, quien además fue  mentor de Luis Pasteur (1822-95), aisló una nueva y desconocida sustancia de las cenizas del alga marina género Fucus. En aquellos tiempos, se obtenía yodo de estas cenizas. Por eso él pensó que se trataba, tal vez, de algún compuesto relacionado a este elemento o al cloro. Pero debido a que no pudo aislarlo, aceptó la posibilidad de un elemento químico nuevo o diferente, y como se trataba de una sustancia originada de algas del mar, sugirió el nombre ‘muride’, tomado del latín muria que significa ‘salmuera’, ‘agua salada’, ‘agua de mar’, ‘agua de lluvia saturada con sal’.

Al llegar la noticia a la Academia de Ciencia de Francia (fundada en el año 1666), se le dio más importancia al hecho de que esta nueva sustancia tuviera ese olor tan desagradable, por lo que mejor propusieron llamarla brome (en francés), nombre obtenido del griego antiguo βρῶμος (brómos), que significa ‘hedor’, ‘olor repugnante’, aplicado especialmente a las bestias cuando andan en celo y se concentran en el bramadero. Este término no parece tener nexos indoeuropeos, por lo que tal vez sea de un muy antiguo origen mediterráneo.

Antoine J. Balard, al que se reconoce como el descubridor del bromo. Fue profesor de química, primero en Montpellier y después en el Colegio de Francia en París. Él también descubrió el proceso para extraer sulfato de sodio directamente del agua de mar. Murió en París el 30 de marzo de 1876 (Armstrong John C. The American Museum of Natural History. 2002). Imagen de https://en.wikipedia.org/wiki/Bromine#/media/File:Antoine_J%C3%A9r%C3%B4me_Balard_1870s.jpg

2- A finales de 1825, en el laboratorio de la Universidad de Heidelberg, la más antigua de Alemania, Carl Jacob Löwig (1803-1890), químico alemán que en aquel tiempo era estudiante, descubrió el bromo (independientemente de Balard), como un gas cafesoso, producido después que ciertas sales eran tratadas con yodo.

Pero por la llegada de la época vacacional decembrina, no logró terminar sus investigaciones, y a mediados de 1826 Balard publica sus trabajos y se llevó el reconocimiento como el descubridor del bromo.

Datos adicionales sobre el bromo

Tiene valencias -1, +1, +3, +5 o +7.

A temperatura ordinaria, es un líquido café-rojizo que emana un vapor de coloración similar, con un olor sofocante y muy desagradable. Que irrita piel, ojos, mucosa bucal, faríngea y los pulmones. El líquido puede ocasionar severas quemaduras de piel.

Es miembro de la familia de los halógenos (elementos formadores de sales), del grupo 17 (VIIa), período 4 de la tabla periódica.

Como elemento no metálico, es el único líquido bajo condiciones normales.

Es químicamente menos activo que el cloro y el flúor, pero más que el yodo.

No se encuentra libre en la naturaleza, pero se halla en combinación con otros elementos, sobre todo sodio, potasio, magnesio y plata; especialmente en el agua de mar, en fuentes de aguas ricas en minerales y en depósitos salinos como en Staßfurt (Stassfurt), Alemania. 

La producción comercial se logra tratando el agua salada con cloro.

Algunos bromuros, especialmente el de potasio, se han usado en medicina desde el siglo XIX, para tratar desórdenes nerviosos, por sus propiedades sedativas.  El efecto depresivo de estos compuestos sobre el sistema nervioso central, fue descubierto en 1857 por Charles Locock (abril 1799 – julio 1875), un obstetra británico que lo usó como tratamiento contra la epilepsia. No obstante que se usaron por muchos años, hoy los bromuros han sido reemplazados por fármacos mucho más efectivos. Sin embargo, todavía se utilizan por ahí como remedios populares contra las cefalalgias.

En inglés se escribe bromine, debido a que en esa lengua se le agregó a brome el sufijo -ine, como a los otros halógenos: chlorine (cloro), fluorine (flúor) y iodine (iodo o yodo).

File:Bromine vial in acrylic cube.jpg
Una muestra de 2 gramos de bromo líquido para fines de enseñanza, con una pureza del 99,8%, en un recipiente perfectamente sellado debido a su alta peligrosidad. Autor: Alchemist-hp (pse-mendelejew.de).10 de julio de 2009. Imagen tomada de https://en.wikipedia.org/wiki/Bromine#/media/File:Bromine_vial_in_acrylic_cube.jpg

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 4 de octubre de 2021.

Categoría: ciencia

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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