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hurto, robo, hacerse de lo ajeno

Significados diferentes de hurto y robo

Con frecuencia consideramos como sinónimos las palabras hurto y robo, así como los verbos derivados ‘hurtar’, ‘robar’. Pero la verdad es que no son estrictamente términos equivalentes o iguales, y además, tienen una etimología distinta.

hurto, hurtar

Hurto es la acción y efecto de hurtar, verbo que significa ‘retener o tomar cosas o bienes ajenos (lo que es propiedad de otra persona), pero sin ejercer intimidación en el dueño, ni fuerza o violencia en los objetos’; como el que vende mercancía sin el peso o volumen completo; también significa ‘desviar’ dinero o recursos. En sentido figurado, se refiere a los ríos o al mar, cuando van penetrando en los terrenos y se los llevan. Por lo general (no siempre, por supuesto), el hurto se consuma poco a poco, de manera silenciosa; como el que hurta (a hurtadillas) con sigilo, sin que nadie, por el momento, lo note. En silencio, evitando ser sorprendido o descubierto. 

robo, robar

En cambio, robo, la acción y efecto de robar, que quiere decir: ‘tomar o quitar para sí con violencia o con fuerza lo ajeno’. Por ejemplo: robo (con violencia) de un banco o negocio; de un transeúnte; o quitarle con pistola en mano el auto a su propietario, cuando conduce por alguna calle o carretera. Penetrar a un domicilio y amagar a sus moradores y quitarles diversas pertenencias. Arrebatar bolsos, alhajas, billetes. Romper el cristal de un auto para sustraer objetos ahí dejados, etc.

robo simple, robo calificado

En jurisprudencia, por lo general se distingue el robo simple, cuando carece de las características previstas por la ley como circunstancias calificativas, y el robo calificado, que merece penas agravadas (más severas, más molestas) con relación al robo simple, cuyos supuestos son: que, por robar, se ocasione homicidio o lesiones graves o muy graves, que se ejecute con efracción (romper violentamente, descerrajar o violentar cerraduras, aunque no haya gente en el interior), etc. Bueno, pero me olvidé de que ¡No soy abogado! Así que… mejor me contengo. No conozco al detalle estas cosas.

Así que entonces, la fuerza y la violencia es lo que caracteriza al robo y lo distingue del hurto.

Etimología de hurto

La palabra hurto proviene del latín furtum, que es: ‘latrocinio,’ ‘el objeto o la cosa robada’, ‘botín’, ‘hurto’; también, ‘estafa’, ‘estratagema’, ‘engaño’ (furtus puer conceptus, “hijo bastardo, resultado de adulterio”). Furtum a su vez procede de fūr, fūris, que quiere decir, ‘’ladrón’ ‘el bandido’. También, en sentido figurado, ‘palabras ofensivas o injurias que se decían o dirigían a un esclavo’. Este término tiene relación con la raíz indoeuropea *bher-1- (cargar, llevar), a la que se le atribuyen una gran familia de vocablos, entre otros:

En latín: a) Lucifer’ (que lleva el componente fero, ferre, ‘el acto de llevar’; es decir, resplandeciente, luminoso, el portador de la luz, como en algún tiempo se llamó al lucero o el planeta Venus y después, en el cristianismo, Lucifer era el ángel caído que se opuso a Dios, es decir, el Demonio; b) ‘furtivo’ (de furtivus, lo que se hace a escondidas, como la caza o la tala furtiva); c) ‘hurgar’ (del latín furicāre, escarbar entre cosas diversas, mirar indebidamente los asuntos de otro), etc. Y derivados del griego como ‘fósforo’ (que lleva luz); ‘metáfora’, ‘teleférico’ y otros.

Etimología de robo

Robo, en cambio, es una palabra de origen no latino, pues, aunque deriva en primer término del latín vulgar (el que hablaba el pueblo raso, no letrado) *raubare, vocablo que quizás fue tomado del inglés medieval reven, de rēafian (robar), a su vez del término germano tampoco documentado *raubôn, con el significado de ‘saquear’, ‘despojar’, ‘arrebatar usando la violencia’; palabra emparentada con rauben, en alto alemán antiguo, con semejante significado, de donde debe haber surgido el arcaico verbo inglés reave (violar, romper y después llevarse algo por la fuerza), ya solo usado en sentido poético, y el alemán actual rauben (robar, despojar con violencia). Lo que finalmente entonces permite colegir, que robo y robar no tienen origen latino como arriba señalé, sino que son palabras derivadas, tal vez, de alguna raíz indoeuropea, pero no a través de la rama itálica, sino de la germánica occidental. 

Verbos que reemplazaron al arcaísmo inglés reave

Reave, palabra ya en desuso con el significado de ‘tomar por la fuerza y llevarse usando la violencia’, es verbo inglés documentado desde el siglo X, y fue gradualmente sustituido por los verbos to rob (que ya se encuentra en escritos del siglo XIII), y que, evidentemente tiene origen semejante a ‘robo’ en castellano; pilfer (usado desde el siglo (XVI); plunder (desde el siglo XVII), steal, thieve, con igual significado y de uso actual, cuya etimología, por ahora, no voy a mencionar. 

Probables orígenes indoeuropeos de robo, robar

Se cree que esta raíz IE pudo haber sido *reup- o *reub-, con la idea de ‘arrebatar’, ‘robar’, también asociada a términos como: berēafian (tomar algo y llevárselo); rōven (robar) en neerlandés y bajo alemán medio; rober (robar) en antiguo francés; rubare (robar) en italiano, la raíz germánica *raubon (saquear, tomar con violencia), En latín, rumpere (quebrar), de donde derivan términos como ‘corrupto’, ‘ruptura’, ‘abrupto’, ‘interrupción’, rutero, erupción, eruptivo, ruta, romper, rozadura, rozar, etc.; así como el verbo usurpo, ūsūrpāre (servirse de, usar, disfrutar, tomar posesión, adquirir algo por el hecho de usarlo, usurpar, allegarse o conseguir algo por el uso de la violencia). En latín medieval rauba, raupa (prendas de vestir), de donde nuestra actual palabra ‘ropa’.

Esta larga y a lo mejor tediosa explicación es para mostrar cómo es que una palabra, en este caso ‘robo’, ‘robar’, tiene nexos remotos con otros términos con diferente connotación, pero que en el fondo, convergen con el significado milenario de ‘robar, arrebatar, irrumpir’, etc. Si se sigue el enlace anterior para *reup-, *reub-, el lector podrá ampliar lo aquí explicado.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 7 de marzo de 2021.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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