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Rebeca

Rebeca, nombre personal de mujer

Rebeca es un nombre bíblico femenino de origen hebreo citado en el libro del Génesis y en el NT, Romanos 9:10. Fue hija de Batuel, esposa de Isaac y madre de dos varones gemelos.

El nombre “Rebeca” llegó al castellano del latín tardío eclesiático Rebecca, como aparece en la Biblia Vulgata de San Jerónimo de los siglos IV-V, a su vez tomada de la Septuaginta o la Biblia griega de los siglos III-II a. C., cuyo nombre, en griego koiné (común), se escribió Ῥεβέκκα = Rebékka, tomado del hebreo רִבְקָה = Rivqah, Ribhqeh o Rīvqa, cuya significado que parece tener más credibilidad es “conexión”, “unión”. Nombre relacionado con la hipotética raíz proto semítica *r-b-k (ר-ב-ק): “unir”, “atar con firmeza”; que también daría en árabe rabaca “él ató rápido” y ribhqah “equipo”, “grupo de personas unido por algún motivo”.

La narración bíblica

Grabado de Eliezer y Rebekah 1870 – Ilustración de stock. The Dore Gallery by Edmund Ollier – Cassel, Petter and Galpin (London-New York) 1870. Tomado de https://www.gettyimages.com.mx/detail/ilustraci%C3%B3n/eliezer-and-rebekah-engraving-1870-ilustraciones-libres-de-derechos/591436966?adppopup=true.

Cuenta la Biblia que Eliezer, el siervo más anciano de Abraham, fue enviado a Nacor por el patriarca a buscar esposa para su hijo Isaac, ya que de acuerdo al Derecho babilónico que seguían los judíos, el padre elegía esposa para el hijo.

Ya con la encomienda, Eliezer emprendió el viaje y paró en Harán, una muy antigua ciudad al norte de Mesopotamia. Se sentó en el reborde de un pozo a la hora que llegaban las mujeres al agua y allí llegó Rebeca, con otras jóvenes, llevando un cántaro. Eliezer le pidió de beber, y ella muy obsequiosa lo complació, dándole también de beber a los camellos (Génesis 24:1-67).

La prestancia de Rebeca, su hermosura, virginidad (pues ningún hombre había tenido coito con ella) y oficiosidad, y la acogida que le ofreciera en casa de sus padres, convencieron a Eliezer que en ello estaba la intervención del Señor Jehová y esa doncella era la mujer para Isaac que estaba buscando. Permanecieron sin hijos mucho tiempo, y a los 20 años de casados, tuvieron dos hijos gemelos, Esaú* y Jacob**.

“Cuando se cumplieron sus días para dar a luz, he aquí había gemelos en su vientre”.

“Y salió el primero rubio, y era todo velludo como una pelliza (zamarra), y llamaron su nombre Esaú”.

Después salió su hermano (Jacob), trabada su mano al calcañar (talón) de Esaú; y fue llamado su nombre Jacob. Y era Isaac de edad de sesenta años cuando ella los dio a luz”. (Génesis 25:24-26).

Esaú y Jacob

*Esaú, en hebreo עֵשָׂו Ēsáw, probablemente significa “peludo”. 

Según algunos, **Jacob (Jacobo, Jaime en español), יַעֲקֹב Ya’aqov en hebreo, significa “agarrado del talón” o “el suplantador”, porque le quitó a su hermano Esaú los derechos del hijo primogénito, ya que fue el primero que salió en el parto de Rebeca. Pero otros dicen que significa “que Dios proteja”.

Rebeca fue la segunda —después de Sara— de las cuatro grandes matriarcas. Al morir, fue sepultada en la cueva de Macpela, al oriente de Mamre, Canaán, junto con Abraham, su esposa Sara, Isaac y Lea, hija de Labán (Génesis 49:30-31).

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 30 de junio de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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