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corion

El corion, una membrana extraembrionaria de reptiles, aves y mamíferos

El corion es la membrana extraembrionaria más externa de los reptiles, aves y mamíferos. Posee varias capas y está altamente vascularizada. Consiste de mesodermo somático extraembrionario, trofoblastos (donde se genera la gonadotropina coriónica al principio de la preñez), y, sobre la superficie uterina, sus vellosidades (singular villus, plural villi, ‘vello’ en latín) son bañadas por la sangre materna. A medida que avanza la gestación, parte del corion velloso (prolongaciones vasculares) se transforma en la placenta fetal. 

Por extensión, cualquiera de las envolturas no homólogas al corion de los mamíferos, de los huevos de muchos animales (por ejemplo peces). En especial, una membrana de los huevos de algunos insectos secretada por las células foliculares que rodean al huevo en el ovario.

Diagrama simplificado que muestra los primeros estados embrionarios de un humano. 1858. Henry Gray (1918) Anatomía del cuerpo. Autor: Henry Vandyke Carter  (1831–1897). https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Gray24.png

 cŏrĭum versus χόριον  

A la dermis (del griego δέρμα (dérma), δέρμᾰτος “piel’) también se le denomina corium (cuero) o “piel verdadera”. Así mismo, se llama corium a la porción basal o anterior más engrosada de las alas anteriores de un insecto hemíptero (chinches). 

Pero corion con el sentido de “piel” tiene su origen en el latín cŏrĭum (cuero o piel de los animales y del hombre), que también originó las palabras “cuero” y “coriáceo” (latín coriaceus), mientras que “corion” como envoltura embrionaria tiene origen griego que más adelante voy a explicar.

También hay que señalar que, aunque muy semejantes, cŏrĭum (cuero) en latín, no deriva del griego χόριον chórion (membrana, envoltura fetal), pero, aunque es discutible, sí comparten la raíz indoeuropea *sker-, *(s)krē- (cortar). 

gonadotropina coriónica humana

El corion es la fuente de la gonadotropina coriónica humana (hCG), una hormona que mantiene la preñez en la mujer durante los primeros tres meses, hasta que la placenta comienza a producir suficiente progesterona y estrógeno. Precisamente la hCG (fracción beta) es la que se detecta, en suero u orina, cuando la prueba de embarazo resulta positiva. Esta hormona es detectable en sangre (o suero) entre 7-10 días después de la fecundación y entre 15-20 días en la orina. Se aconseja que se haga entre los 3-15 días después de la fecha de menstruación esperada.

Dicen por allí que el sangrado menstrual «son las lágrimas de sangre de un útero engañado”. Porque prepara todo para anidar al embrión y éste no llega…

Refiriéndonos a la especie humana, el rol más importante de la hCG es estimular (durante el primer trimestre de embarazo) la secreción de estrógenos y progesterona en los ovarios, que son necesarios para mantener la gestación. Pero durante los dos últimos trimestres es reemplazada por la placenta (además de sus funciones de transporte, metabólicas y protectoras) que produce estrógenos, progesterona, hCG y otras hormonas, para llevar a buen fin la gestación.

Origen del término «corion»

El término corion procede del latín moderno chorion (primera mitad del siglo XVI), luego pasó al francés chorion (1541): “la membrana llamada chorion” (corion en español) y al inglés en 1541 con la misma grafía y significado. El diccionario de la RAE recoge el término en el año 1780 y dice: corionAnat. membrana exterior de las dos* que envuelven el feto… qua fœtus obtegitur, que yo traduzco como “la que protege al feto” del verbo latino obtegere (ob + tego, tegere) que significa “proteger”, “cubrir”.

*En ese tiempo, según la RAE, sólo se consideraban dos membranas fetales.

La forma latina chorion fue tomada del antiguo griego con el mismo significado actual

Chorion es un vocablo tomado del antiguo griego χόριον chórion, que ya desde Hipócrates, Aristóteles, Dioscórides, Teofrasto, Galeno y otros médicos griegos, tenía el significado de “las membranas que envuelven al feto en el vientre materno y que salen después del parto”, es decir, χόριον es el nombre griego original de la placenta. Aristóteles y Teofrasto comentaron en sus notas que muchos animales se las comen (placentofagia). Lo he visto personalmente en vacas, cabras, gatas y perras

La palabra χόριον también se usaba para denominar a cualquier membrana intestinal y la membrana que rodea el interior del huevo (Aristóteles). Galeno (siglo II d. C.) llamó desde entonces χοριοειδής chorioeidés (literalmente “parecida al corion”) a la coroides del ojo que se encuentra entre la retina y la esclerótica.

Secundinas   

En latín tardío llamaban (Plinio el Viejo, el médico Celso del siglo I d. C) a esas membranas y a la placenta sĕcundāe (secundinas en español), de secundum, secundus, ‘inmediatamente después’, porque son expulsadas después del parto. Si eso no sucede, entonces se habla de retención placentaria, un problema que puede ocasionar metritis por infección bacteriana.

Términos médicos derivados de chrorium

Placa coriónica: en la placenta, la porción del corion que se une al útero.

Vellosidades coriónicas o chorionic villi: las proyecciones vasculares del corion, que luego forman la porción fetal de la placenta.

Corioamnionitis: inflamación aguda e infecciosa del amnios y corion. Sucede alrededor del 1,5% de los partos a término.

En oftalmología

Coriorretinitis: inflamación de la retina y el corion.

Coriorretiniano: relacionado con el corion y la retina.

Coroidoiritis: inflamación del iris y la coroides.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 15 de enero de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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