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sofocación, sofocar, sofoco, fauces

Definiciones de sofocación, sofocar…

I- “Sofocación» (sustantivo) es la acción o efecto de sofocar. El difunto murió por sofocación.

II- La palabra “sofocar” es un verbo que significa:

Evitar que alguien (humano o animal) respire, ahogar, asfixiar. Matar por falta de oxígeno, mediante estrangulación o ahorcamiento. El asesino sofocó a su víctima estrangulándola. Fue necesario ponerle oxígeno porque en ciertos momentos se sofocaba.

Apagar o extinguir, como sofocar un incendio, sofocar la sed. Los bomberos sofocaron el incendio en dos horas.

Impedir el desarrollo o realización de algo. Las protestas fueron sofocadas a golpes.

Hacer que alguien se avergüence, mediante insultos o humillaciones. El uso de este término con este sentido nunca lo he visto en México.

III- “Sofoco” o ‘efecto de sofocar’ es otro sustantivo que obviamente tiene los mismos orígenes que las dos palabras anteriores y que más abajo explicaré.

También se usa “sofoco” (documentado en español desde el siglo XV) con el sentido de ‘sensación de calor, con frecuencia acompañada de sudoración y piel enrojecida, de la que se quejan mucho las mujeres cuando están pasando por la fase crítica de la menopausia o periodo marcado por el cese de la menstruación, y que ocurre dentro de un rango de edad muy variable, entre los 35-58 años, con una media aproximada de 44-47. 

He oído que a veces al sofoco de la menopausia lo llaman “bochorno” o ruborización del rostro, pero con una etimología muy distinta.

IV «Fauces». Sustantivo plural femenino. En ciertos animales —nunca se dice las fauces del gallo o de un ratón—, ‘la parte posterior de la boca’, que va desde el velo del paladar hasta el inicio del esófago. Las fauces imponentes de un león. Caperucita cayó en las fauces del lobo.

ETIMOLOGÍA DE ‘SOFOCACIÓN’ Y ‘SOFOCAR’

“Sofocación” y su forma arcaica sufocación o la acción de sofocar procede del latín clásico suffōcātĭo, ōnis (documentado en Plinio el Viejo del siglo I d. C.): ‘sofocación’, ‘asfixia’, ‘ahogamiento’. Derivado del verbo suffōco, suffocāre: ‘apretar la garganta de’, ‘estrangular’, ‘asfixiar’, ‘ahogar’. El verbo suffocāre está formado por el prefijo latino suf- una variante de sub-, ‘bajo’, ‘debajo’, ‘desde abajo’, más -fōcāre, un derivado verbal de la raíz fauc- (garganta), faux y su plural faucēs, ‘la garganta, especialmente su porción superior’, ‘las fauces’; que también se empleó con el sentido de  ‘desfiladero’, ‘estrechura’, ‘un paso estrecho’, ‘pasillo’, con la terminación verbal -are.

El vocablo lleva la doble efe (ff) porque nos lleva a la idea de algo que oprime debajo (suf- de sub-) de la garganta (faux, faucēs, de donde deriva la forma vulgar española hoz, es decir, una angostura de un profundo valle) y que nos conduce a la sofocación, asfixia o ahogamiento, y eventualmente, a la muerte.

Los lingüistas han tratado de hallar alguna relación indoeuropea del término faux, faucēs, pero no han podido encontrar ninguna. Así que quizá sea una palabra de alguna lengua mediterránea muy muy antigua ¡Quién sabe!

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 25 de septiembre de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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