varios
Dejar un comentario

sartén, freír

definición de «sartén»

Sartén es un sustantivo femenino (la sartén), que en algunas regiones de España y América también se usa en género femenino (la sartén). Es un recipiente de cocina poco hondo, generalmente metálico, circular, poco hondo y con mango largo, que sirve principalmente para freír. 

Sartén de acero inoxidable. https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Pfanne_(Edelstahl).jpg

Tener la sartén por el mango

Tener la sartén por el mango es una locución verbal coloquial que significa “ser dueño de la situación y poder decidir, mandar o imponer su voluntad sobre los demás”. Debido a que cuando algo se está cocinando en una (o un) sartén, el recipiente está muy caliente y no se puede agarrar con tanta facilidad. En cambio, si lo tomamos por el mango, podemos manipularlo con facilidad porque no está tan caliente, y nos permite decidir cómo freír el alimento. 

Clavum tenere

En latín “tener la sartén por el mango” es clavum tenere (tener el timón), y es que clavus, clavum significa “el timón de una nave”. Cicerón escribió en Pro Sestio: clavum imperii tenere “tener el poder sobre el timón”.

“Sartén se usa en femenino y en masculino

El género predominante de “sartén” en España es el femenino o la forma culta, ya que deriva del femenino sartāgo. En cambio, en América existen ambos géneros, pero  predomina el masculino (usa el sartén para freír la carne). Sartenada (lo que se fríe dentro del sartén o lo que cabe en él) y sartenazo (golpe dado con la sartén) son términos derivados.

Origen del vocablo patrimonial “sartén”

El término “sartén” procede del latín clásico, posclásico y tardío sartāgo, y su genitivo singular sartagĭnis, cuyo significado original era “mezcla de porciones”, referido a los platillos que se cocinaban de cosas divididas en trozos. Pero luego sartāgo termina significando al recipiente donde se cocinaban. 

En la formación de la voz “sartén” —que se documenta en español desde el siglo XIII—, la letra oclusiva sonora intervocálica ‘g’ de sartāgo se debilitó gradualmente y luego desapareció.(véase).

Sartago loquendi es una frase latina que significa “mezcolanza”, “batiburrillo”, “revoltijo”, pero referido a hablar sobre varias cosas, en las Sátiras de Aulo Persio Flacco (siglo I d. C.), quien murió a los 28 años bajo el reinado de Nerón. 

Sartāgo deriva del verbo sarcīre

El vocablo sartāgo, sartagĭnis deriva a su vez del verbo latino sarcĭo, sarcīre (remendar, componer, zurcir, coser, restablecer, restaurar, reparar) de donde derivan voces como sastre, resarcir y sartorio (el músculo del muslo). S. detrimentum (Julio César) “reparar un daño”. Estos términos se asocian a la raíz indoeuropea *serk- (remendar, reparar, hacer algo uniendo pedazos).

“Freír” del verbo frigĕre 

Frixōrĭum es un término que Plinio el Viejo (siglo I d. C.) usó con idéntico significado que sartāgo. Del verbo frīgo y el presente infinitivo frigĕre (freír, tostar, asar). Este vocablo es muy antiguo, y quizá tenga un origen onomatopéyico, imitando o recordando el sonido que hace el alimento al freírse. Aunque también se ha propuesto un nexo con la raíz indoeuropea *bher-6 (freír, cocinar, tostar), también asociada con las palabras griegas: φρύ̄γω (phrugo o phrygo) “tostar”, “asar”, “resecar”; φρῡκτός (phryktós) “asado a las brasas”; φρύ̄γανον (phryganon) “aridez”; φρύ̄γετρον (phrygetron) “contenedor de madera para tostar cebada”. 

El adjetivo “frito” (comida frita) viene del latín frictus, participio de frīgo, frigĕre que acabo de mencionar.

 frīgo (freír, tostar) frīgĕo (estar frío)

No confundir con el verbo frīgĕo, -ēre (“quedar o estar frío”) que trato en la entrada “frío”. También, en sentido figurado, frīgĕo se usó con el significado de “estar entumecido sin vida” o “estar muerto de frío”.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 23 de diciembre de 2024.

Categoría: varios

por

Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *