Definición
Quiromancia es el arte o la práctica de analizar el carácter y adivinar la suerte o el destino de una persona, mediante la inspección de las líneas, ondulaciones y otros rasgos de la palma de sus manos. Es considerada como una pseudociencia, de manera semejante a la astrología, acupuntura, aromaterapia, frenología, numerología, apiterapia, etc. Sin embargo, la quiromancia se sigue practicando en todo el mundo y cuenta con adeptos y detractores.
Etimología de la palabra ‘quiromancia’
Este término proviene del latín medieval chīromantīa, cīa, a su vez del griego bizantino o medieval χειρομαντεία (cheiromanteía), χειρομαντις (cheiromantis), “el que adivina la suerte y el futuro al ver la palma de la mano”. Palabra formada por: 1) χείρ y su genitivo χειρός (cheír, cheirós) que significa ‘mano’, ‘la mano y el brazo’, término documentado desde el siglo VIII a. C. en la Ilíada y la Odisea del poeta griego Homero. Más tarde también se aplicó para referirse a ‘la mano de un mono’ en escritos de Aristóteles y Jenofonte, en el siglo IV a. C.; y 2) μαντεία (manteía), ‘arte de adivinar o presagiar’, ‘adivinación’, como en las palabras mantis, hidromancia, geomancia, ornitomancia, cartomancia y otras.
Nexo indoeuropeo
Cheír, cheirós se vinculan a la raíz indoeuropea *ghesor- (mano); raíz asociada también a tsar en tocario (grupo lingüístico extinto del centro asiático), kessar en hitita (lengua anatolia extinta que se habló en el milenio II a. C.), en ambos casos con el significado de ‘mano’. Con cheir se han construido muchas palabras, por ejemplo: quirófano, quiróptero, quiropráctico, quirúrgico, etc.
Algunos rasgos de la mano que considera la quiromancia
Un quiromántico inspecciona sobre todo la palma de la mano, y dirige en especial la atención a los 7 montes (Júpiter, Saturno, Apolo o el Sol, Mercurio, Marte, Venus, Luna) y las 4 principales líneas de la mano (Vida, Fortuna, Cabeza y Corazón), lo que hace que la quiromancia esté conectada con la astrología. El desarrollo de cada monte se supone que revela rasgos del carácter; por ejemplo, Júpiter (abajo del dedo índice) se asocia con aspectos como la ambición, el interés por la religión y el honor. El crecimiento excesivo de este monte supone ser supersticioso y poseer gran amor propio. En cambio, si es el monte de Marte (entre el m. de Mercurio y la Luna) el que sobresale, indica bravura y carácter garboso; pero un desarrollo menor sugiere cobardía. El de Saturno (abajo del dedo medio) se relaciona con tener buena suerte y sabiduría.
Las cuatro líneas principales de la palma de la mano son analizadas según su relativa longitud y profundidad. Una línea de la Vida corta, revela una muerte precoz y una salud precaria. La línea de la Cabeza se cree que indica el grado de desarrollo de la inteligencia de la persona. La del corazón se relaciona con el afecto o cariño. Y la de la Fortuna se utiliza para predecir los éxitos o fracasos de la persona (Erika Bourguignon)*.
Historia de la quiromancia
La quiromancia es un arte milenario con orígenes no muy claros. Quizá surgió de la antigua astrología India, de donde acaso derivó la adivinación de la suerte por los gitanos, un pueblo que probablemente tenga su origen entre India y Pakistán, y que comenzó a migrar hacia Europa occidental entre los siglos XII-XVII. Sin embargo, la quiromancia se ha practicado durante muchos siglos en China, Sumeria, Persia, Tíbet, Mesopotamia, Egipto y algo modificada, en Grecia, pues se dice que Anaxágoras (siglo V a. C.) la practicaba.
En la Edad Media, por ejemplo, se tenía la creencia que las manchas pigmentadas en las manos eran señal de ‘pacto con el diablo’. Después de algún tiempo de relativa inactividad durante el Medievo, volvió a resurgir en el Renacimiento (ss. XV-XVI). Luego, en el s. XVII comenzaron intentos por fundamentar y racionalizar su uso, de manera que sus bases se consolidaran. Después declina durante la Ilustración (mediados del s. XVIII), pero revive en el s. XIX con las aportaciones de Casimir d’Arpentigny (1798-1861), Louis Hanon (alias el Cheiro) y otros. El psicólogo suizo Carl Jung (1875-1961) fue un seguidor de la quiromancia.
Lectura consultada:
*Erika Bourguignon. Palmistry. Encyclopedia Americana. Vol. 21. p. 327. 2002. U. S. A. Edición impresa.
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 31 de julio de 2020. Revisión: 23 de mayo de 2022.