Definición de ‘quirófano’
Un quirófano es una sala especialmente equipada, generalmente de un hospital, donde se practican operaciones quirúrgicas o cirugías.
A diferencia de muchos neologismos, el término ‘quirófano’ es exclusivo del español, pues no existen variantes en otras lenguas.
Por ejemplo, en inglés se dice ‘operating room’, francés, ‘salle d’opération’, alemán ‘Operationssaal’, portugués ‘sala de cirugia’, italiano ‘sala operatoria’, etc. Esto se debe a que el vocablo ‘quirófano’ fue acuñado en español el año 1892 por el distinguido médico ginecólogo madrileño Andrés del Busto y López (3 de marzo de 1832-29 de diciembre de 1899), quien seleccionó dos términos del griego antiguo, para darle el significado de “recinto donde se realizan cirugías (quiro-) de manera que los alumnos puedan verlas (-fano), pero sin estar adentro”.
Andrés del Busto anunció en 1892 la acuñación de este neologismo cuando inauguró en Madrid una sala de operaciones debidamente aislada (como medida rigurosa de asepsia), pero lo novedoso era que estaba separado por unos cristales (que él llamó septum lucidum*) de otra sala adjunta, donde los estudiantes de medicina podían ver todas las maniobras quirúrgicas.
ACUÑACIÓN DE LA PALABRA QUIRÓFANO
Cirugía transparente
Lo que el doctor Del Busto quiso expresar con este término era el concepto “cirugía transparente”, como singularidad de un quirófano, en el sentido de poder efectuar las operaciones de tal manera que los alumnos pudieran verlas y que sirvieran de enseñanza, pero sin encontrarse ellos dentro de la sala. Ya que ‘transparente’ (del latín transparentis, de transpareo, transparere ‘aparecer, mostrarse’), significa “objeto que deja ver las cosas a través de él”, como el agua limpia… o ‘los cristales de un quirófano’.
Raíces griegas de “quirófano”
Los elementos que constituyen este neologismo fueron tomados del griego antiguo:
A) χεῖρ
El término χεῖρ y su genitivo χειρός (cheir, cheirós) que significa ‘mano’, ‘la mano y el brazo’, término documentado desde el siglo VIII a. C. en la Ilíada y la Odisea del poeta griego Homero. Más tarde también se aplicó para referirse a ‘la mano de un mono’ en escritos de Aristóteles y Jenofonte, en el siglo IV a. C.
Origen indoeuropeo
Cheir, cheirós se vinculan a la raíz indoeuropea *ghesor- (mano); raíz asociada también a tsar en tocario (grupo lingüístico extinto del centro asiático), kessar en hitita (lengua anatolia extinta que se habló en el milenio II a. C.), en ambos casos con el significado de ‘mano’. Con cheir se han construido muchas palabras, por ejemplo: quirófano, quiróptero, quironómido, quiromancia, quiropráctico, quirografía, etc.
B) φαίνω, φαινεῖν
El verbo φαίνω, φαινεῖν (phaíno, phainein) significa ‘mostrar’, ‘aparecer’, ‘hacer visible’, ‘alumbrar’, ‘traer la luz’, ‘traer a la vista’, ‘algo que se le aparece a uno’ (desde la época de Homero). A veces también con el sentido de ‘reflejarse una imagen en el agua’, ‘revelar’; hablando de sonidos, ‘hacer algo claro al oído’.
Vínculos indoeuropeos
Phaíno, phainein son vocablos vinculados a la raíz indoeuropea *bha-, y su forma antigua *bheh2‑, que significa ‘resplandecer’, ‘brillar’. Raíz también asociada a los antiguos términos griegos φῶς φωτός (phos, photós), ‘luz’ y φάσις (phasis), ‘aparición’, ‘mostrarse’, por ejemplo, cuando ‘un astro puede verse’, como las fases de la luna. De phos, photós derivan palabras como: fósforo (del griego φωσφόρος = phōsphóros, ‘portador de luz), afótico, fosfatasa, fosfaturia, fosfolípido, fotoalergia, fotocarcinogénesis, fotocoagulación, fotodermatitis, fotofílico, fotomanía, fotorreceptor, fotosíntesis, fotoretinitis. Y de φάσις (phasis), fase, interfase, profase, metafase, anafase, telofase. Asimismo, pertenecen a esta familia las antiguas palabras: fantasma (y sus derivados, fantasmal, fantasmagórico), fantasía, fantasioso y fenómeno.
Otro término griego relacionado con esta raíz IE es φανερός, (phanerós, ‘lo que es visible’), que forma parte de las palabras: fanera, fanerozoico, Phanerocephala (un grupo taxonómico de anélidos), fanerocristalino, faneromanía (manía de morderse algún crecimiento de la superficie corporal, como las uñas), fanerofita, Phanerozonia (ciertos equinodermos), fanerógama.
*septum lucidum
A los cristales que aislaban el quirófano, pero permitían ver claramente la actuación del equipo de cirujanos, Del Busto los llamó en latín septum lucidum, que literalmente significa “valla o cerco transparente”. Veamos porqué:
Septum (septo en español) deriva de saeptum que significa ‘muro’, ‘seto’, ‘barrera’, ‘vallado’, ‘cerco’, del verbo saepio, saepire, ‘rodear de un seto’, ‘cercar’, ‘cubrir’, ‘proteger’, de saepes, ‘cercado’, ‘valla’. Con septum existen muchos términos anatómicos: septum atrial, atrioventricular, crural, femoral, interdental, intermuscular, interventricular, lingual.
Lucidum, de lucidus, que significa ‘claro’, ‘transparente’, ‘luminoso’, de lux, ‘luz’, ‘claridad’. Como en la palabra lucidez, que significa ‘claridad de la mente’, ‘claridad del razonamiento’ y en psiquiatría, lucidus interval, ‘una breve remisión de los síntomas en la psicosis’.
Los motivos del nombre
Durante aquella ceremonia de inauguración (año 1892), en el Hospital Clínico de San Carlos de Madrid, el doctor Del Busto llevó su Memoria “La cirugía del presente y los cirujanos del pasado”.
Por último, debe remarcarse que en una parte de su discurso, Del Busto nos explica las razones por las que eligió el nombre ‘quirófano’, al decir que había usado dos raíces griegas que significan “cirugía transparente”, «una operación quirúrgica que pueda ser vista por los estudiantes, por la transparencia de los cristales, sin que ellos permanezcan en la sala operatoria»: χεῖρός = cheirós o kheirós (‘mano)’ más φανεῖν = phanein (‘mostrarse’).
El término ‘quirófano’ en los diccionarios españoles
- El diccionario de 1917 del filólogo y traductor José Alemany y Bolufer, recoge la palabra y dice: “quirófano (sustantivo masculino): Departamento de las grandes clínicas de cirugía, dedicado a la práctica de las operaciones en perfectas condiciones de asepsia, en forma que puedan ser vistas por los discípulos, sin hallarse ellos en la misma sala operatoria”.
- La RAE de 1925: masculino. “Recinto de planta redondeada con profusión de grandes ventanas, destinado a operaciones quirúrgicas».
Actualmente existen muchas salas de operaciones con el nombre de ‘quirófano’, aunque no tengan ventanales para la observación de las cirugías. A pesar de que esa peculiaridad fue la que originó su nombre.
Los quirófanos del siglo XIX y anteriores
Antes había quirófanos (pero aún no el término), como el Saint Thomas de Londres, que comenzó a operar hacia el año 1822. En el centro del recinto estaba el paciente, el cirujano y sus ayudantes, que tenían que sujetar al paciente, ya que no había anestesia (hasta mediados del siglo XIX comenzó el uso del éter y el cloroformo), y en su lugar le daban a beber alcohol o quizá usaban otras drogas. Además había otros médicos del hospital y un número variable de visitantes que el cirujano principal autorizaba. A veces se reunían hasta 200 personas de forma tumultuosa, con empujones y gritos, pero no se permitía la entrada a mujeres, porque decían que eran emocionalmente incapaces de presenciar la escena. Los cirujanos no se lavaban las manos antes de la operación, sino después, para limpiarse la sangre de la terrible carnicería.
Como desde los inicios de la cirugía, había tres problemas cardinales que siempre estaban presentes, el dolor, las hemorragias y las infecciones posoperatorias.
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 27 de febrero de 2022.