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aleluya

El término «aleluya»

Aleluya es una interjección cristiana para mostrar júbilo y alabar a Dios, sobre todo en tiempos de Pascua. Es una expresión litúrgica de raíces hebreas y tiene sus orígenes en el Antiguo Testamento, que literalmente significa “alabad, glorificad a Dios”. En lenguaje figurado y coloquial expresa satisfacción por haber logrado algún propósito: ¡Aleluya! hasta que te encontré entre tanta gente.

Origen de «aleluya»

“Aleluya” procede del latín tardío (tiempos ya cristianos) allēlūia o hallēlūia que significa “alabad a Dios” y allēlūiāticus a, um es “el que alaba a Dios”. En griego ἀλληλούϊα (allelouia) con igual significado, voces que proceden del antiguo hebreo. 

El término “aleluya” —en hebreo antiguo, hallelouyah o halləlû-yāh, הַלְּלוּיָהּ “load a Yahweh o a Dios”—  está compuesto de dos elementos: hallel הלל (alabanza, loa, canto que glorifica, hillēl, “loar”, “alabar”) más yah (יָה), una abreviación de Yahweh, ( יהוה en caracteres del hebreo antiguo), Jehová en español. 

Romanizando el hebreo הַלְּלוּיָהּ nos queda hallĕlū yăh. Halləlû (hallĕlū latinizado) es el imperativo masculino plural de hillēl, “alabar” o también se considera como “él alabó”. Por lo tanto, puede interpretarse como “ordenar a un grupo de personas congregadas que alaben a Dios”.

Raíz *hwy- de la familia lingüística semítica

Estos vocablos tienen nexos con la raíz semítica *hwy- o *hyy-, con la idea de ser, existir, vivir, descender, acaecer, convertirse en; que tiene también relación con otros nombres bíblicos: Jehová (nombre castellanizado del Dios de los hebreos), Mateo, Zacarías, Isaías, Jeremías, Joel, Juan, Jonatan, Joshua, Jesús, etc.

«Aleluya» en la Biblia y en las liturgias cristianas

La expresión aleluya hallelouyah o halləlû-yāh aparece en algunos Salmos de la Biblia hebrea, habitualmente al principio o al final de cada uno y a veces en ambos sitios. En el antiguo judaísmo quizá se cantaba como una antífona (pasaje que se canta o reza antes y después de cada salmo) de los coros levitas. Un levita era un israelita perteneciente a la tribu de Leví —descendientes del patriarca del mismo nombre— que servía en el templo. 

En el Nuevo Testamento “aleluya” aparece sólo en el libro del Apocalipsis o Revelación, donde se menciona cuatro veces (19: 1, 3, 4 y 6). Del hebreo el término pasó al griego helenístico (ἀλληλούϊα) en la Biblia Septuaginta de los siglos III-II a. C. Después al latín en la B. Vulgata (allēlūia o hallēlūia) de los siglos IV-V, es decir, unos 700 años posteriores a la Septuaginta. No se dispone de fechas precisas.

El cristianismo incipiente tomó el término en sus cultos de adoración, y también se pronunciaba el la Iglesia Ortodoxa, así como en las liturgias de la Católica Romana, la Anglicana y la Protestante.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 8 de noviembre de 2023.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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