cultismos
Dejar un comentario

féretro, ataúd

Féretro es un sustantivo masculino que designa a ‘una caja donde se deposita un cadáver para enterrarlo o para su cremación’. Sinónimos: ataúd, sarcófago, caja, cajón.

Etimología

La palabra féretro procede del latín fĕretrum, también phĕrētrum que originalmente significó ‘las andas (camillas) en que se llevaban o cargaban los simulacros o imágenes de los dioses, en las pompas (procesiones) célebres’, documentado con este sentido en escritos del poeta épico y político romano Silio Itálico (Silius Italicus, 25-100 d.C.); y con el significado de ‘medio para transportar muertos’ en Virgilio (Publius Vergilius Maro, 70-19 a.C.). El  fĕretrum primero se usaba para llevar el cuerpo a la pira para su incineración; después, con el predominio de las inhumaciones, para transportar el cadáver al sepulcro, en un cementerio.

Fĕretrum es vocablo que proviene del griego antiguo φέρετρον (phéretron) con igual significado, que el historiador griego Polibio (205-123 a.C) menciona en sus ‘Historias’. Ambas palabras se vinculan a la raíz indoeuropea *bher- (llevar, cargar).

En el término φέρετρον (phéretron) está el elemento compositivo φέρω φέρειν, que significa ‘llevar’, ‘cargar’, presente en el neologismo ‘feromona’, acuñado a mediados del siglo XX. Mientras que en fĕretrum encontramos el verbo latino fero (yo llevo), ferre, (llevar, traer), como en la palabra ‘Lucifer’. En ambos vocablos, está presente el sufijo instrumental, -tro (-τρον en griego, -trum en latín). Por lo tanto, “féretro es el objeto que se usa como medio o instrumento (-trum) para llevar o cargar (fero) un cadáver

Los griegos usaban el epíteto φερέτριος (pherétrios) para nombrar al dios Zeus (Ζεύς), y los romanos Fĕretrĭus (quien gana el botín, diccionario Gaffiot p. 660) al dios Júpiter (Iupiter o Iuppiter). Según la tradición, sobrenombre dado por Rómulo, (¿771-717? a. C.), el fundador de Roma (año ―753) y primer rey romano. Ya que para conmemorar su victoria sobre el monarca Acron (rey de los caeninenses), después del rapto de las sabinas, usó un marco que rodeaba una especie de camilla, para llevar a Júpiter la opīma spolĭa o ‘ricos despojos’, ‘el botín del combate’.

Ataúd

Ataúd, con el mismo significado de féretro es, en cambio, una palabra de raíces semíticas. Procede del árabe andalusí ‘attabút’, este del árabe clásico ‘at-tābūt (التبوت )’, que significa ‘cofre’, ‘cajón’, después significó ‘caja para inhumar un cadáver’, del  arameo ‘tēbūtā’, a su vez del hebreo tēbāh, ‘tebat, ‘caja’ y este del egipcio antiguo ḏb’t, con el mismo significado. 
El vocablo ataúd lo recoge con el significado de féretro el diccionario de Cristóbal de las Casas de 1570. Mientras que féretro aparece en el diccionario de la RAE de 1732, que dice: “feretro (sic), la caxa (caja) o andas en que se llevan a enterrar los cuerpos difuntos”.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 18 de octubre de 2020.

Categoría: cultismos

por

Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

Deja una respuesta

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *