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Emilio, emular

Emilio procede del latín Æmĭlĭus

Emilio es un un nombre personal masculino y también femenino (Emilia), que proviene del latín Æmĭlĭus, nombre que daban a los naturales de Æmĭlĭa, una provincia al norte de Italia, correspondiente a la actual Emilia-Romaña, así llamada por encontrarse a lo largo de la vía Emilia, una calzada militar construida por el Cónsul romano Marco Emilio Lépido (230-152 a. C.) en el siglo II a. C., que iba de Rímini a Plasencia, para reforzar el poder de la Roma republicana sobre el valle del río Po. 

La gens Æmĭlĭa

La gens Emilia era una muy antigua estirpe romana patricia (privilegiada, notabilísima e ilustrada), de varios personajes notables. Se cree que su fundador era un tal Mamerco (Māmercus), el padre de Lucio Emilio Mamerco, que se desempeñó como cónsul hacia el año 484 a. C. A esta gens pertenecían además las familias de los Bárbulos, Escauros, Papos, Paulos y Regilos. La gens Emilia desapareció durante el siglo I a. C., al finalizar la República y el inicio del Imperio. Había también una escuela de gladiadores (Æmĭlĭus ludus), fundada por Emilio Lépido.

Sacerdotisa Emilia

Según la antigua tradición romana, la sacerdotisa Emilia del templo de Vesta (la diosa que mantenía el fuego del hogar) se quedó dormida y dejó que se apagara el fuego sagrado; al despertar muy asustada y afligida, imploró la ayuda de Vesta, arrojando el velo que la cubría sobre las cenizas y las llamas volvieron a encenderse. Hay otras versiones.

Marco Julio Emiliano (circa 206-254 d. C.)

Fue un emperador romano nacido en Mauritania, designado en el año 253. Después de su derrota ante Valeriano, lo asesinaron sus soldados. Æmĭliānus también fue el sobrenombre de Publio Escipión Africano, hijo adoptivo de Lucio Paulo Emilio.

Emilio en otras lenguas

Emili (catalán), Emeli, Eemil (finlandés), Amilios, Αιμιλιος (griego), Emilio (Italia y Portugal), Emil (Inglés).

EMULAR

Incluyo en esta entrada el verbo ‘emular’ porque según los lingüistas, esta palabra parece estar etimológicamente emparentada con el nombre ‘Emilio’.

Emular es un verbo transitivo que significa “imitar las acciones de otro (hazañas, logros,  comportamiento, trabajos), procurando igualarlo y aun excederlo. Emulación (sustantivo femenino), “pasión del alma o deseo intenso que excita a superar las acciones ajenas”. Emulador (adjetivo y sustantivo), “el que emula”. Émulo, (adjetivo y sustantivo), “competidor de una persona o cosa, que procura aventajarla”.

Émulo es un vocablo que proviene del latín æmŭlus o aemŭlus, “el que busca o se esfuerza en imitar o igualar a otro”, en el buen sentido de la palabra; pero también “rival”, “envidioso”. Por ejemplo en las expresiones: mulĭer æmŭla domestĭæ laudis (Cicerón), ‘mujer celosa de la gloria doméstica, que anhela ganársela’; tĭbia tubæ æmŭla (Horacio), ‘la flauta, rival competidora del clarín’.

De aemŭlus derivan:

  • El verbo æmŭlor, æmŭlāri, ‘emular’, ‘imitar’, ‘rivalizar con’, ‘envidiar’; como el antiguo proverbio Æmŭlāri umbras, que significa ‘tener celos hasta de su propia sombra’.
  • Æmŭlātĭo, ōnis (competencia, rivalidad, contrariedad, envidia), que nos dio en español el término ‘emulación’.
  • Aemulātor, -ōris (émulo, competidor, rival, envidioso), de donde deriva el término ‘emulador’.

El diptongo Æ, æ, ae

Æ es un viejo diptongo (dos vocales unidas que se pronuncian en una sola sílaba) latino que también puede escribirse como ‘ae’. Es el elemento de inicio de palabras que pueden ser verbos, sustantivos, adjetivos, adverbios, toponimias, nombres propios, etc.

Conclusión

El nombre propio Emilio deriva del latín Æmĭlĭus (Emilio) a su vez del nombre de la gens romana Æmĭlĭa, cuyos orígenes se remontan al siglo VI-V a. C., en el periodo republicano de Roma (años  ―509-27). Y todo indica que tiene relación con la palabra æmŭlus arriba mencionada. Por lo tanto, Emilio significa ‘competidor’, ‘rival’, ‘imitador’.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 13 de marzo de 2022.

Categoría: breves, varios

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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