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castigar, castigo, castigador, castigado

Definición de castigar

Castigar es ejecutar o efectuar algún castigo en un culpado. Imponer una pena al que ha incurrido en falta, que se ha portado mal. Este verbo está documentado en español desde el siglo X, mientras que su derivado castigo se documenta hasta el siglo XIII. 

Etimología de “castigar”

Castigar procede del latín clásico castīgo, castigāre —usado tanto en prosa como en poesía— que significa “castigar”, “reprender”, “reconvenir”, “enmendar”, “corregir a los niños o a los animales”: Castigare equum tenacem (Livio) “someter un caballo rebelde”. Tenacem, de  tĕnācĭa  (porfía o tenacidad de un caballo que no se somete al freno ni a la espuela), de tĕnax (obstinado, terco, caballo duro de hocico).

Curiosamente, el verbo castigāre (castigar) está relacionado con los vocablos incesto, incestuoso, casto y castidad

Ya mencioné que castigar deriva del latín clásico castigāre y este verbo está formado por a) el adjetivo castus, a, um, más b) el verbo ăgo, agĕre:

1- Castus, a, um es un adjetivo que primero significó: ‘cualidad de casto’, ‘puro’, ‘incontaminado’, ‘sin mancha’, ‘distanciado de desvíos’, ‘virtuoso’, ‘íntegro’, ‘piadoso’, ‘santo’, ‘irreprochable’, ‘fiel a la palabra empeñada’, ‘abstinente’, ‘moderado’, ‘continente’ (porque se contiene de hacer ciertas cosas); Castŭs (con ŭ breve) se refiere a la ‘normatividad religiosa que mandata el uso de ciertas prácticas o cosas’, como abstenerse de placeres sensuales.

2- El verbo  ăgo, agĕre significa , ‘conducir’, ‘dirigir’, ‘mover’, ‘representar’, ‘defender’, ‘cumplir’, ‘procurar’, ‘desempeñar’. 

Por lo tanto, castigar, castigāre se traduce como “hacer, o al menos tratar que alguien se mueva o se conduzca (ăgo, agĕre) hacia lo virtuoso (castus), que se aleje de los desvíos. Por eso también casto, castidad, castigar y castigo son palabras que comienzan con el componente cast- de castus.

En efecto, con los castigos se intenta hacer que un niño o una persona se dirija hacia una vida irreprochable, sin desvíos. Y además los castigos sirven como ejemplo o advertencia para que otros no incumplan los mandatos del buen comportamiento. Por eso, sobre todo en las sociedades primitivas, eran comunes castigos muy severos, como la pena de muerte, el destierro, las amputaciones y otros.

Castigo

Castigo (castīgātĭo , ōnis) proviene del verbo castigāre (castigar) recién explicado y se define como “la pena que se impone al que ha cometido un delito o una falta”. En sentido figurado “corrección o enmienda de alguna obra”. Y de manera anticuada: “advertencia, ejemplo, enseñanza”. 

El significado original de un castigo (castīgātĭo, ōnis), en los tiempos de la antigüedad romana era, más que imponer una pena, “la acción de ejercer una amonestación, reprimenda, corrección, enmienda o rectificación”, como corregir el comportamiento de un infante en su proceso de formación. En el siglo I d. C., Plinio el Viejo usó el término castīgātio, ōnis para referirse a “la poda de los árboles”, porque es una manera de corregir o enderezar su forma. Pero con el paso de los años, el “castigo» cambió a “la pena impuesta al que comete una falta o delito”, y se consolidó aún más con la llegada del Cristianismo, con la idea del “castigo divino para los pecadores”.

Castīgātĭo contiene el sufijo -tion de efecto o acción, es decir, es el “castigo” o la acción de castigar.

“Castigador” es un adjetivo que significa “que castiga”. Con el sufijo -dor que puede formar adjetivos y sustantivos e indica “que hace, que actúa”, como en borrador, confesor, locutor, medidor, proveedor, relator. Del latín -or. Castigador deriva del latín clásico castīgātŏr, ōris: “castigador”, “el que es puntual o estricto en que se castiguen los vicios”: el crítico, el que enmienda, corrige, condena o censura.

“Castigado» es un participio pasivo que significa “el que ha sufrido o recibido la acción del verbo “castigar”. Con la terminación -ado del latín -atus.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 15 de mayo de 2025.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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