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Lucio, Luciano, Lucía, Lucinda

Lucio viene del latín arcaico Lucius

Lucio en latín arcaico, peclásico y clásico era Lucius y proviene de lux, lucis (luz). Un nombre de pila o praenomen (también apellido) muy antiguo y de gran popularidad entre los romanos. Por lo tanto, Lucio puede significar “el luminoso” o tal vez “el que brilla por su blancura”. Resulta difícil saberlo con certeza, pero probablemente el nombre se usó para nombrar a niños muy brillantes o sobresalientes en algo, o a lo mejor por ser de tez muy clara. Quién sabe.

Dos reyes etruscos gobernaron Roma en su época monárquica, Lucius Tarquinius Priscus, entre 616-579 a. C. y Lucius Tarquinius Superbus entre 534-509 a. C. 

Lucio Anneo Seneca

Asimismo, Lucius Annaeus Seneca o Séneca el Joven fue un orador, filósofo y escritor romano que floreció en el siglo I d. C. También Lucio I (siglo III) y Lucio II (siglo XII) fueron papas de la Igrasia Católica. 

Lucius (Lucio) es también un nombre bíblico neotestamentario que se cita en Hechos 13:1 (“en Antioquía estaban profetas y maestros: Bernabé, Simón, Lucio de Cirene”)  y en Romanos 16:21 (“Os saludan Timoteo mi colaborador, y Lucio, Jasón…”).

Λούκιος (Loúkios) en antiguo griego

Los antiguos griegos tenían el nombre masculino Λούκιος (Loúkios, tomado de Lucius romano), pero derivado de la voz griega λευκός (leukós) que significa blanco, luminoso, brillante, de donde los términos leucemia y leucocito. Lux y leukós se relacionan con la raíz indoeuropea *leuk- (luz, luminoso). Hay una antigua obra griega de autor desconocido (¿Pseudo Lucian?) que se llama  Λούκιος ἢ ὄνος = Loúkios e onos que se traduce «Lucio o el asno»

Otros derivados de Lucius

Luciano es un nombre masculino. Lucía es la forma femenina de Lucius. Luz (Nuestra Señora de la Luz). Lucila o Lucilla (en latín, el diminutivo de Lucía).

Luciano

Luciano ya existía en latín como Lucianus. El personaje griego Λουκιανός (Lukianós) de Samosata, Siria (c. 130-200), primero fue escultor y luego escritor satírico. Probablemente murió en Egipto. Luciano de Antioquía (¿240-312?) fue un santo martirizado en Nicomedia (Bitinia), bajo Maximino Daia (emperador romano entre 305-313). Luciano tal vez fue decapitado o muerto por inanición. 

Lucía

Santa Lucía de Siracusa. Artista Domenico Beccafumi  (–1551). https://commons.wikimedia.org/wiki/File:Saint_Lucy_by_Domenico_di_Pace_Beccafumi.jpg

Lucía se interpreta literalmente como “la luminosa”. “Santa Lucía (c. 281-304) fue una mártir de Siracusa durante la persecución de Diocleciano. Según la tradición, se dice que durante el terrible martirio, le sacaron los ojos, por eso se considera patrona de los ciegos y de los enfermos de la vista. 

La leyenda dice que Lucía había dedicado su virginidad a Dios, pero su madre Eutiquia quería casarla con un joven pagano, ante lo cual se negó. Por eso fue castigada por el gobernador Pascasio, que dio la orden de quitarle los ojos. Para sorpresa de todos, antes de ser enterrada vieron que de manera milagrosa de nuevo los tenía, y muy hermosos. Bueno, pero hay otras versiones. Aquí pueden leer más. 

Lucinda

Lucinda —derivado de lux, luz—fue un personaje femenino creado por Cervantes en el capítulo XXIV de la segunda parte del Quijote de 1605, originalmente escrito Luscinda (Fernando González Olle). Tuve una tía materna llamada Lucinda, un verdadero ser de luz que nació en mayo de 1912 y murió en agosto del 2000 q. e. p. d. 

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 25 de diciembre de 2024.

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan dispares. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías y ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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