Definición de ‘sotana’
Sotana es una vestimenta larga y ajustada que cubre hasta el tobillo o los talones (talar), usada por miembros de la clerecía y otros participantes legos en los servicios de la iglesia. Por llegar hasta los talones, se usan los nombres en latín: vestis talaris, toga talaris y tunica talaris. Su uso, con diversas variantes, se remonta al siglo IV d. C.
Vestis significa: ‘traje’, ‘vestido’, ‘manto’. Toga: ‘vestido’, ‘toga’, del verbo tego, tegere: ‘cubrir’, ‘vestir’. Tunĭca: ‘túnica’,’vestido interior’. Talāris: ‘lo que baja hasta los talones’, de talus, ‘tobillo’, ‘talón’.
Origen del término ‘sotana’
La palabra sotana es un italianismo derivado de sottana, sustantivo que literalmente significa ‘prenda de uso interior’, pero en origen, ‘falda usada por debajo, femenino de sottano que quiere decir ‘estar por debajo’, del italiano sotto (debajo), a su vez del latín medieval subtana, subtanus, del adverbio subtus (debajo, abajo, en una posición inferior, por debajo), que luego, en el habla vulgar, derivó en subta + el sufijo de pertenencia o relación -anus, -ana, dando al final ‘subtanus‘, ‘sotana’. Así mismo, en subtus está presente la preposición sub- (debajo de) y el sufijo -tus, como en el adverbio intus (dentro, interiormente).
Otras voces derivadas de subtus
Subtus (debajo) también es el origen de términos como sotabarba, sotacoro, sotacura, sota, sótano, sotavento, palabras que, aunque significan cosas distintas, llevan la idea de algo que está abajo o en una posición inferior. Por ejemplo, sótano: recinto de una casa que está en un nivel inferior a la calle; sota: carta de cada palo de la baraja española con la figura de un paje, que era un joven que servía o acompañaba a sus señores.
A mediados del siglo XVII se documenta en francés la palabra soutane para nombrar a un vestido largo de mujer, pero también prenda de vestir larga usada por un religioso. Soutane pasó al inglés sin cambios a principios del siglo XIX.
Probable origen indoeuropeo
Sub- (debajo) está asociada a la raíz indoeuropea *upo- (desde abajo, debajo de), también vinculada al griego ὑπό (hypo) como en las palabras: hipotenusa, hipoteca, hipocrático y muchas más. Con sub- existen palabras derivadas como: subterráneo, subsuelo, subalterno, subestimar, subsidiar, subteniente, submarino, subtítulo, subatómico, sustancia, substancia.
¿Por qué el nombre sotana?
El nombre obedece al hecho de que la sotana se ha usado debajo (sub- soto) de otras prendas de vestir o algunas ornamentaciones propias de los religiosos. Me permito citar textualmente lo que dicen dos diccionarios de 1611, donde claramente lo señalan.
El diccionario español de Sebastián de Covarrubias (1611) dice: “Sotana, ropa de Clérigo, larga que llega a cubrir el tobillo, y se ciñe. Díjose sotana porque se trae soto (significaba debajo) el manteo”. Manteo proviene del francés manteau: una capa larga con cuello, de manga larga, con botones adelante, que llevan los eclesiásticos sobre la sotana y en otro tiempo la usaban los estudiantes.
Y en el diccionario de Francisco del Rosal (1611), se confirma: “Sotana, de soto, que es debajo, porque al principio era túnica ceñida, que se traía debajo del manto o loba (vestidura talar, ‘loba’ es palabra de origen griego) ancha que usaban los eclesiásticos, que hoy (1611) usan los colegios y clérigos graves (importantes), llamada manto, y éste abierto por delante, descubriose la sotana ceñida, pero antes, quitando aquella loba o manto, quedaban honestamente vestidos (los religiosos) con su sotana”.
El uso de la sotana se remonta al siglo IV
Los cristianos primitivos no se distinguían por su vestimenta especial. La túnica usada bajo una casulla era el atavío ordinario de un sacerdote. Sin embargo, durante el siglo IV, la costumbre dictó que el religioso debía usar un conjunto especial de prendas de vestir durante los servicios de la iglesia. Entre los siglos VI-IX las vestimentas eclesiásticas comenzaron a dar al sacerdote una apariencia única. Naturalmente que en aquellos tiempos no existía el término ‘sotana’, ya que sus orígenes son medievales.
Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 8 de julio de 2022.