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hormona

Hormona humanas, animales y vegetales

  • En bioquímica, una hormona es cualquier compuesto segregado o secretado internamente (testosterona, insulina, tiroxina, progesterona, folículo estimulante, la secretina que se produce en el duodeno, etc) por una glándula endocrina que funciona como mensajero químico al ser transportado por la sangre, que puede intensificar, bloquear o regular la actividad de otras glándulas, órganos o sistemas.
  • En botánica, las hormonas se llaman fitohormonas. Son diversos compuestos como las auxinas o las giberelinas que controlan el desarrollo y diferenciación de los tejidos vegetales. Fitohormona, del antiguo griego φυτόν = phytón (“vegetal”, como en las palabras fitopatología, espermatofita, fitoplancton y fitogeografía ) más “hormona”. 
  • El estudio de las fitohormonas es un tema muy complejo de bioquímica y fisiología vegetal. El ácido abscísico (ABA) interviene en la caída o abscisión de las hojas; las auxinas regulan la dominancia apical, el crecimiento longitudinal del tallo y la maduración de los frutos, semillas y hasta los tropismos; las citocininas determinan la división y diferenciación celular; las giberelinas (GAs) regulan algunos procesos de desarrollo, el cese de la dormancia seminal, el desarrollo floral, etc.

En farmacología se utilizan hormonas sintéticas que actúan como tales cuando se administran a una persona, como la dexametasona, flutamida, prednisolona y metiltestosterona, que actúan como agentes anticancerosos.

La palabra «hormona» es un neologismo acuñado por varias personas

La palabra hormona es un neologismo en cuya acuñación intervinieron varias personas, pero de manera notable: el fisiólogo inglés Ernest Henry Starling (1866-1927) su cuñado William Maddock Bayliss (1860-1924), el biólogo William B. Hardy (1864-1934), y el filólogo experto en griego clásico W. T. Vesey, a quien encomendaron la tarea de acuñar un término que designara a “una sustancia que funcione como mensajero químico, con la facultad de estimular a otro órgano o tejido del cuerpo”. Para ello, Vesey decidió usar la antigua palabra griega ὁρμῶν (hormôn), el participio presente del verbo ὁρμάω (hormáo) que significa ‘excitar’, ‘estimular’. Una atinada y excelente selección.

“Hormona” primero se usó en la bioquímica y fisiología humana, pero luego se extendió su aplicación a los animales (vertebrados e invertebrados), plantas, hongos, algas, etc.

El término «hormona» se usó por vez primera en 1905

La nueva palabra fue usada por vez primera en junio de 1905 por Starling en un trabajo que expuso ante el Royal College of Physicians de Londres (Real Colegio de Médicos de Londres), al cual llamó ‘The Chemical Control of the Functions of the Body’ (Sobre el Control Químico de las funciones del Cuerpo. Aquí está el artículo), que luego se publicó en la revista  Lancet 1905; 2: 339–341.

En cierto pasaje de su exposición expresó: “These chemical messengers, however, or hormones (from óρμáω, I excite or arouse) as we might call them, have to be carried from the organ where they are produced to the organ which they affect by means of the blood stream and the continually recurring physiological needs of the organism must determine their repeated production and circulation throughout the body”. TRADUCCIÓN: Estos mensajeros químicos… u hormonas (de óρμáω, hormáo ‘yo excito, yo despierto’), como podríamos llamarlas, tienen que ser transportadas desde el órgano donde se producen hasta el órgano al que afectan por medio del torrente sanguíneo y la continua circulación. Las necesidades fisiológicas recurrentes del organismo deben determinar su producción repetida y su circulación por todo el cuerpo. (John Henderson. Jan. 2005. Journal of Endocrinology).ohn Henderso

El término “endocrino”, que está estrechamente vinculado con “hormona” fue acuñado años antes, en 1893. Pero de eso me ocuparé luego.

Estructura del término “hormona”

Para acuñar esta palabra, el lingüista Vesey usó el antiguo vocablo griego ὁρμῶν = hormón que significa “algo que excita, que impulsa”, que es el participio presente (por lo tanto adjetivo) del verbo ὁρμάω = hormáo, que quiere decir “yo pongo en movimiento, impulso, animo, insto, incito”. A su vez del sustantivo ὁρμή = hormḗ, con el significado de “arranque, inicio, comienzo”; también “agitación, ajetreo, esfuerzo, agresión, violencia, esfuerzo, pasión”.

Al vocablo ὁρμῶν = hormôn se le agregó la terminación -ona (-e en inglés), propia de muchos nombres de sustancias, por ejemplo, belladona, hidroquinona, metadona, peptona y acetona. Esta terminación fue tomada del sufijo griego -ώνη, -one.

Derivados de ὁρμάω

  • El término ὁρμητικός, ή, ον (hormetikós, e, on) significa: “impulsivo, impetuoso, estimulante, excitante”, “que tiene la propiedad de estimular o excitar”.
  • El adverbio ὁρμηδόν (hormedón) significa “impetuosamente”, “impulsivamente”.
  • La antigua voz ὅρμημα, ατος (hormema, hormematos) significa “movimiento apresurado”, “sensación o sentimiento apasionado”.

Relación indoeuropea

Todos los términos citados arriba tienen nexos con la raíz indoeuropea *er-1 (poner en movimiento, mover) quizá de la raíz hipotética *h1er-. Palabras como aborigen, aborto, Ernesto, origen, original, originario, oriente, oriundo y otras, parecen derivar de esta misma raíz.

Pero se trata de un caso discutible, porque esta fuente dice que de *ser-1 (fluir). Véase Pokorny 909910.

Jesús Gerardo Treviño Rodríguez. 27 de junio de 2024.

Categoría: ciencia

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Soy Jesús Gerardo Treviño Rodríguez, un profesor mexicano jubilado y además, ingeniero agrónomo con posgrado en parasitología agrícola. Durante más de un lustro colaboré en una página de etimologías, bien conocida por las personas que se interesan en esta fascinante área del conocimiento. Sin embargo, ahora deseo abordar temas etimológicos, pero además añadir, especialmente, contenidos históricos que fortalezcan el entendimiento de las palabras. No se sorprendan si encuentran contenidos tan disímiles. Me encanta saber, aunque sea algo de todo, o bueno, casi de todo. A los que les gusta la concisión, muy probablemente no tengan la paciencia de leer mis explicaciones, porque me agradan los detalles, y con mucha frecuencia anoto cosas algo alejadas del tema. Pero como aquí decimos "una cosa lleva a otra". Y no importa que eso suceda a menudo. Me encanta pasearme por el mundo de los datos. Echar a andar la imaginación. Precisamente por eso, el lema de Etimologías ¡mucho más! Vaya para todos los que venturosamente se topen con mis notas, una modesta invitación para que lean mis artículos, y expresen su opinión. Dedico este trabajo a la memoria de mi madre, Victoria Rodríguez Quintanilla (mayo de 1904 - abril de 1992), que fue profesora por más de 40 años. A mis hijos, nietos y demás personas con las que tengo vínculos profundos. A todos mis queridos exalumnos, que tuvieron la paciencia de escuchar mis enseñanzas.

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