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cloro, gas altamente electronegativo

Generalidades sobre el cloro El elemento químico cloro (símbolo Cl), es un gas altamente electronegativo, corrosivo, tóxico, verde amarillento (que tira más al verde que al amarillo) con un penetrante y desagradable olor, que irrita los ojos y el sistema respiratorio. Pertenece al grupo 17 o VIIA de la tabla periódica, que además incluye elementos como el bromo (Br) flúor (F), yodo (I) y astato (At). El cloro comparte con estos elementos la propiedad de formar sales (halógenos) al combinarse con el sodio. Debido a su alta reactividad, no se encuentra en forma pura en la naturaleza. Los gases volcánicos suelen contener pequeñas cantidades de gas hidrocloruro (HCl), intensamente irritante. Se encuentra formando parte de constituyentes en los seres vivos, donde cumple funciones importantes. Es aproximadamente 2,5 veces más denso que el aire y moderadamente soluble en agua, formando una solución verde amarillenta pálida. Los compuestos que contienen cloro forman alrededor del 0,015% de la corteza terrestre y el 1,9% del agua de mar. Es el ion (Cl−) más abundante en el océano. Acuñación de... leer más

clorofila, pigmento verde fotosintético

introducción La clorofila es el pigmento verde de las hojas y tallos tiernos de las plantas, así como de las algas y ciertas bacterias, esencial para la formación de carbohidratos mediante la fotosíntesis.  La clorofila es un pigmento que contiene carbono, hidrógeno, oxígeno, nitrógeno y magnesio, que virtualmente se encuentra en todos los organismos fotosintéticos, incluyendo la inmensa mayoría de las plantas (reino Plantae), las cianobacterias (Dominio Bacteria, Phylum Cyanobacteria, Stanier, 1973), que aparecieron en el planeta hace unos 3650 millones de años; y las algas (reino Protista). Este pigmento hace que estos organismos aprovechen la luz solar y realicen el proceso de la fotosíntesis, que, en el caso de las plantas, consiste en elaborar carbohidratos a partir del dióxido de carbono del aire y el agua del suelo; produciendo oxígeno que se libera a la atmósfera.  Pero definitivamente la mayor fuente de oxígeno atmosférico se genera en los océanos, en cuyas aguas superficiales (hasta una profundidad de 150-200 m, lo que se llama ‘zona eufótica’) abundan los microorganismos que forman el fitoplancton, una cantidad... leer más